*El Papa Francisco, en el último Ángelus de su estancia en el Hospital Gemelli, indicó la importancia de la paciencia que induce a los hombres a la conversión. El Pontífice subrayó los cuidados del personal médico que lo asistió y, a continuación, expresó su dolor por la reanudación de los bombardeos sobre Gaza. Esperanza por el acuerdo entre Azerbaiyán y Armenia.
/ Francesca Sabatinelli – Ciudad del Vaticano /
Las situaciones más difíciles y dolorosas requieren «paciencia confiada, anclada en el amor de Dios». Como la experimentada por el Papa que, en el día de su regreso a la Ciudad del Vaticano, en el texto preparado para el Ángelus, el último de su estancia en el policlínico Gemelli, indicó la importancia de la «paciencia», necesaria para la vida humana.
Es la paciencia de Dios, como indica el Evangelio, la que impulsa a los fieles a hacer de su vida «un tiempo de conversión», como el labrador que espera el fruto de la higuera estéril. El Señor, el «agricultor paciente», labra la tierra de la vida de los hombres para esperar con confianza su «vuelta a Él».