Plutarco, historiador griego.

** Con singular alegría .

/Por Gilda Montaño /

“Para saber hablar, es preciso saber escuchar”.

Plutarco, historiador griego.

Yo quisiera saber por qué está tan enojado, si el ganó la presidencia y el INE avaló los resultados. Yo no lo entiendo ni un gramo de lo que pueda pasar por su mente. Trato de ponerme en sus zapatos, los únicos que tiene, dice, y no logro entender absolutamente nada. Caricaturas van, caricaturas vienen; testimonios se hacen permanentes; las manifestaciones avalan lo que piensan muchos, miles de los ciudadanos de este país, en todas partes: de norte a sur y de oriente a poniente, y no se puede entender el descaro y en encono que trae en su haber el presidente. Pobre enojado presidente.

Y a las pruebas me remito: en todo el país marcharon muchos, miles de mexicanos que saben leer y escribir, y entienden que algo raro, extraño y siniestro quieren hacer con la institución que ha hecho que ganen presidentes, senadores y diputados, de muy distintas corrientes e ideologías.

El discurso que pronunció José Woldemberg, es verídico, histórico, inteligente y digno. De verdad, en defensa de la democracia de un país que tiene 33 años luchando por su libertad, y su justicia. Que tiene un instituto electoral que ha visto pasar a muchos presidentes de muchos también, partidos políticos. Y lo ha hecho de una forma pulcra, sin que se le caiga ningún sistema, como a Manuel Bartlet cuando fue secretario de gobernación. Es un patrimonio común de nosotros, los mexicanos. Al quererlo quitar, deshacer, transformar, solamente se está poniendo en jaque nuestra democracia.

Y si dejamos atrás al país de un solo partido, ¿por qué tenemos que volver a lo mismo? Si somos los constructores, ¿por qué demoler al gigante que ya tenemos, y que hicimos por espacio de 33 años? ¿Por qué queremos parecernos a Venezuela, Cuba, o Corea del Norte? Entendería, si se intentara algo parecido al Ballotaje de Argentina, o sea, la segunda vuelta.

No solo ha sido histórica la marcha del día 13, por la mañana. Ha sido un desfile de miles, de muchas personas, que creen que el INE no se debe de tocar.  Y gritaban, después de cantar el Himno Nacional a todo pulmón: “Dicen que fuimos 12 mil? Pues el reporte es que hubo más de 100 mil: No fuimos uno, ni fuimos cien, pinche gobierno, cuéntanos bien.” Y eso solo en la CDMX. Pero que tal que también se juntaron en 80 lugares de la República Mexicana.

Y extraño caso, de verdad que las noticias se restringieron a su mínimo ejercicio de informar. Triste y fuera de todo contexto, porque lo que se ve por las redes, no se juzga.

“…se requirió de movilizaciones, luchas, denuncias, acuerdos —muchos acuerdos— y sobre todo conformar normas e instituciones electorales capaces de ofrecer garantías de imparcialidad y equidad a la diversidad de fuerzas políticas que modelan el país. Ocho reformas se llevaron a cabo entre 1977 y 2014 y los resultados están a la vista. Fue necesario edificar autoridades electorales autónomas, tribunales capaces de desahogar la aguda conflictividad, construir condiciones equitativas de la competencia, puertas de entrada y salida para las distintas corrientes políticas que cristalizaron en partidos, y de manera paulatina pero sistemática nos acostumbramos a la diversidad, a las contiendas competidas, a las alternancias en los ejecutivos, a los congresos plurales y a los mecanismos de diálogo, negociación y acuerdo que los mismos reclamaban.

“Esa democracia se construyó con el trabajo de millones, de varias generaciones de mexicanos y mexicanas

“El problema mayúsculo, el que nos ha traído aquí, el que nos obliga a salir a las calles, el que se encuentra en el centro de la atención pública, es que buena parte de lo edificado se quiere destruir desde el gobierno. Es necesario insistir en eso, porque significa no sólo una agresión a las instituciones existentes sino a la posibilidad de procesar nuestra vida política en un formato democrático.

“México no puede volver a una institución electoral alineada con el gobierno, incapaz de garantizar la necesaria imparcialidad en todo el proceso electoral. Nuestro país no merece regresar al pasado porque lo construido permite elecciones auténticas, piedra angular de todo sistema democrático.

“México no puede destruir las destrezas profesionales, los conocimientos adquiridos y el compromiso de los funcionarios que integran los servicios profesionales electorales.

“México no puede centralizar todos los procesos electorales en dos instituciones descomunales, no sólo porque somos —según la Constitución— una república federal, sino porque ni el INE ni un solo Tribunal podrán realizar con eficiencia lo que hoy encuentra cauce y solución en 32 entidades soberanas”.

Pero Batres dijo que solo había diez mil manifestantes. Mientras probablemente su jefe esté en su rancho…

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