Políticas Públicas.

CON SINGULAR ALEGRÍA

POR GILDA MONTAÑO

Es importante mencionar que las políticas públicas se pueden catalogar como las grandes estrategias para gobernar. Estrategias que pueden ser flexibles, y que siempre se pueden reformular, si las condiciones así lo exigen.

 

Es decir, hablamos de un problema de eficacia y de aptitud. Las políticas públicas, son pues, respuestas a cada problema, de tal manera que cada problema genera su propia política, pues en cada uno, los actores son distintos. Las políticas son orientadas a las soluciones de problemas. La racionalidad pública deberá ser entendida como apoyos y recursos de otros grupos y organizaciones.

 

Es un proceso postdecisional. Es decir, después de los resultados de las políticas. Así pues, las políticas públicas se traducen en métodos de gobierno. De este modo, sumar ventajas y recursos para que apoyen a grupos sociales. El concepto de racionalidad pública tiene que ver más allá del propio contexto del gobierno. Hay que ubicarlo de acuerdo con elementos que nos señalan los resultados y a partir de cómo funcionan y actúan los gobiernos.

 

Ahora bien, cuando creamos una política, ésta tiene un largo camino que andar. Es bien difícil que, a la primera de cambios, se vuelva ya una aceptación de todos los elementos que conforman el gobierno. El desarrollo de éstas, es un camino en el que se tienen que instrumentar diversos aspectos: desde entender el problema a tratar, hasta lidiar con los gobernantes y la burocracia; los insumos; el lugar en donde se implantará; el por qué se deberá hacer; en fin… hasta la creación y aceptación de ésta.

 

Ante un panorama que es cada vez más cotidiano en los países de Latinoamérica, se vuelve más apremiante e indispensable la propuesta de una nueva visión de los administradores, como también la aplicación, coordinación o propuestas de las políticas razonadas, pensadas, bien coordinadas, que vengan a satisfacer las necesidades no sólo de tipo estructural, sino también de tipo cultural, económico y social.

 

Es importante mencionar que México es un país con enormes diferencias sociales. Los últimos gobiernos basados en un modelo económico conocido como neoliberal han propiciado un deterioro del concepto de legitimidad, razón por la cual es necesario reinterpretar a la administración bajo una nueva concepción.

Hoy los votantes castigan con su no voto. La esperanza de un “cambio” fue una utopía. Así, se generará un descontento social que se incuba en las masas colectivas de los sectores más golpeados, por la falta de oportunidades para mejorar su nivel de vida. Ante esto, es necesario abrir los ojos y comenzar a proponer nuevas alternativas de solución a los diversos problemas, que como un cáncer invaden irremediablemente a todos los estratos sociales. Es importante proponer, plantear soluciones, alternativas de esperanza, ya que, de no hacerlo así, estaremos avanzando hacia un callejón sin salida.

La elaboración y el desarrollo de las políticas públicas no son equivalentes a la decisión de las políticas. Hay que crearlas. Una importante cuestión que trata de entrar a la agenda presidencial, es la petición de la ciudadanía para que se creen políticas públicas. Asume pues, que no las hay. O que debemos cambiarlas radicalmente.

Ante este panorama, este trabajo tiene la intención de aclarar por qué son importantes las políticas públicas: el entender qué significa gobernar. Razonar sobre la propuesta de un nuevo modelo de interpretación, teniendo como base la argumentación, para la operación o ejecución de cualquier problema de interés público. Este es un esfuerzo. Este puede ser como contribución, el resultado final de esta investigación. Andemos pues.

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