Ponen luz al silencio que amenaza .

* Gente Como Uno.

/ Mónica Garza /

“En la colonia Las Margaritas, homicidio doloso número 55 en lo que va de noviembre en León”, redactó en su última publicación Adolfo Enríquez Vanderkam, conocido en Guanajuato por utilizar su página de Facebook para hacer denuncias de crímenes en dicho estado.

“Activista, exigiendo un país de leyes, donde el que la haga, la pague”, se lee todavía en su descripción en esa red social, que dejó de actualizarse el pasado 21 de noviembre, la noche que fue baleado cuando salía de cenar de una taquería en la colonia San Juan de Dios, en la capital guanajuatense.

Enríquez Vanderkam —también abogado—, fue quien hizo público el video del asesinato de la joven Milagros Montserrat Meza, en agosto pasado y gracias al cual, el responsable pudo ser identificado y detenido por las autoridades.

Aunque Adolfo Enríquez Vanderkam no era propiamente un periodista, su labor informativa sí cabe dentro de las líneas de investigación, como una posible causa de su homicidio.

Hoy es uno más en la lista de activistas asesinados en México, cuya cifra en 2022 alcanzó las 72 víctimas, entre defensores de territorio, de agua, derechos humanos, promotores culturales, buscadoras de desaparecidos, abogados, feministas, opositores a los mega proyectos y lo mismo activistas trans que sacerdotes, entre otros, según un amplio informe realizado por la interesante revista digital Desinformémonos.

Por su parte, la organización Propuesta Cívica, dedicada a la protección de defensores de derechos humanos y periodistas, siempre insiste en que cuando un periodista es asesinado, se considera todo a su alrededor, menos la historia que estaba exponiendo antes de ser ultimado.

Casi de inmediato el comunicador es exhibido, desacreditado, su vida personal expuesta, de tal manera que al conseguir desviar la conversación del origen del crimen, la verdad queda en el aire y pocas veces se sabe con exactitud, qué o quién lo mató.

Ejemplos se cuentan por decenas en la historia de nuestro país…

Por eso resultará tan interesante echar un vistazo a la arrojada campaña audiovisual que ya prepara Propuesta Cívica y que será lanzada en enero de 2024, cuando todo México estará hablando casi en exclusiva del proceso electoral, desviando la atención de otros temas tan relevantes como éste.

Dicha campaña compuesta de cortometrajes, busca exponer asesinatos de distintos comunicadores, poniendo el foco en la labor que realizaban cuando fueron blanco de la violencia y lo que eso significó en términos de pérdida colectiva.

En lo que va de este 2023 se contabilizan 9 comunicadores asesinados en México, el último fue el fotorreportero de El Heraldo de Juárez, Ismael Villagómez Tapia, cuyo cuerpo fue encontrado al interior de un automóvil abandonado en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Con él suman 163 asesinatos de periodistas en posible relación con su labor informativa en México, según el registro que Artículo 19 elabora desde el año 2000. Por cierto, 43 de estas muertes han ocurrido durante la actual administración.

En Veracruz, el pasado gobierno de Javier Duarte (diciembre de 2010 – 30 de noviembre de 2016), fue el más letal para los comunicadores con 18 crímenes, incluyendo el de Regina Martínez, que será una de las historias protagonistas en la campaña de Propuesta Cívica, con la estrujante crónica de sus últimos minutos de vida.

Regina trabajaba para la revista Proceso y era un referente en los medios locales, cuando fue hallada muerta en el baño de su casa en abril de 2012, golpeada y estrangulada, torturada. Su muerte impactó al gremio nacional.

El caso fue tan estridente que 8 años después un grupo de 60 periodistas de 25 medios, coordinados por Forbidden Stories, retomaron las investigaciones periodísticas que Regina dejó pendientes.

El objetivo es intentar entender su dramático final, en el que destaca el hecho de que la reportera estaba por revelar información sobre desapariciones en Veracruz y nexos entre políticos y narcotraficantes.

Otro cortometraje retomará la muerte del periodista Milo Vela, del periódico Notiver, asesinado en junio de 2011 dentro de su casa, junto con su esposa Agustina Solana y su hijo menor, Misael López Solana.

Por último el ataque que le quitó la vida a Gustavo Sánchez Cabrera, director del portal de noticias La Policiaca, Nota Roja de Oaxaca, asesinado en Morro Mazatán, en junio de 2021.

Las tres historias son apenas una muestra de la violencia con la que lidian muchos del gremio informativo en México, cuya más potente arma es una pluma, un teclado o una cámara fotográfica, que al final nada pueden hacer contra las sorpresivas ráfagas de balas.

En un país como el nuestro, los procesos electorales vulneran a todos los involucrados, empezando por los Informadores. El del 2024 será el más intenso de nuestra historia, y merece ser narrado a detalle, sin tapujos, sin condiciones y en lo posible, sin miedo…

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