Presidenta de la Corte mexicana alerta sobre riesgos de la independencia judicial .

Norma Piña destaca la relevancia de la independencia judicial y alerta sobre riesgos latentes de quienes pretenden diluir los poderes.

20.07.2023 La presidenta de la Corte y titular del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), Norma Piña, ha puesto en relieve la preocupante situación que enfrentan los poderes judiciales en diversas partes del mundo, incluido su país.

En un llamado a la reflexión, advierte sobre las voces y movimientos que buscan cuestionar la legitimidad de la función judicial y socavar la independencia de los tribunales, “persiste la intención de que los tribunales constitucionales se reduzcan a replicar las ideas de un solo hombre”.

“En mi país, pero no solo en mi país, sino lamentablemente en gran parte del mundo, surgen voces y movimientos que intentan poner en entredicho la legitimidad de la función judicial. Pretenden mermar, a veces de forma sutil, otras de forma directa, la independencia de los poderes judiciales. Intentan diluir la división de poderes”

Durante un discurso que ofreció en Nueva York, Norma Piña expresó la necesidad de sensibilizar a la ciudadanía acerca de la trascendencia del trabajo judicial en la vida de las personas. En este sentido, considere que un acercamiento con la población es clave para renovar positivamente la relación entre la institución y la ciudadanía, ya que los jueces no pueden intervenir directamente en la arena política.

No obstante, la presidenta del CJF también advierte sobre un error común en los poderes judiciales y la comunidad jurídica en general: asumir que la independencia judicial está asegurada simplemente por mencionarse en los textos constitucionales. Norma Piña resalta que la experiencia comparada ha demostrado que la independencia judicial es un desafío constante y que hay un camino importante por recorrer en su consolidación.

Durante la ponencia en Estados Unidos, Norma Piña afirmó que las pretensiones de los movimientos “vulneran no sólo uno de los pilares más básicos de nuestras democracias, sino también, directamente, los derechos humanos“.

Norma Piña afirmó que la independencia del Poder Judicial “no es un privilegio, una ventaja excesiva o una concesión superior para los juzgadores, sino campo fértil para que surja la justicia que demanda la sociedad”.

“Con el ánimo de deslegitimar a los poderes judiciales, se tiende a definir a la independencia judicial, ya no digamos como un ‘espacio de libertad’ para los juzgadores, sino como un privilegio. Privilegio en el mal sentido, como una ventaja excesiva, como una concesión superior para los juzgadores”, acusó.

Asimismo, Norma Piña destaca la vertiente poco explorada de la independencia judicial, relacionada con garantizar los derechos humanos. Aunque en el pasado se había dado por sentada esta faceta, hoy en día es necesario resaltarla y comprenderla en su verdadera dimensión.

La independencia judicial no solo se trata de la relación entre los poderes públicos y el Poder Judicial frente a factores políticos y económicos, sino también de proteger los derechos fundamentales de todas las personas.

La situación que enfrentan los poderes judiciales en muchas partes del mundo es un llamado de atención para redoblar esfuerzos en defensa de la independencia judicial. El peligro de que los tribunales constitucionales sean meros replicadores de las ideas de un solo individuo es una amenaza real que debe ser enfrentada con responsabilidad y compromiso.

Es fundamental que la ciudadanía comprenda y aprecie la relevancia de la función judicial en la vida cotidiana. La labor de los jueces impacta directamente en los derechos y libertades de las personas, y la independencia judicial es el pilar que garantiza una justicia imparcial y equitativa.

Ante este panorama, la presidenta de la Corte insta a la comunidad jurídica ya los poderes judiciales a trabajar en conjunto para consolidar la independencia judicial como una garantía sólida de los derechos humanos. Es necesario superar los desafíos presentes y futuros y no dar por sentado que la independencia judicial está asegurada por la mención en los textos constitucionales.

La independencia judicial es una conquista que requiere un esfuerzo constante y una mirada hacia el futuro. Los desafíos son grandes, pero con el compromiso de todas las partes involucradas, se puede construir un sistema de justicia que proteja y respete los derechos de todas las personas, sin importar su origen o condición social.

Norma Piña concluye su mensaje con la firme convicción de que el fortalecimiento de la independencia judicial es esencial para preservar la democracia y el Estado de derecho. El papel del Poder Judicial como garante de la justicia y los derechos humanos es un pilar irrenunciable en el avance hacia una sociedad más justa e igualitaria.

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Presidenta de la Corte alerta sobre riesgos de la independencia judicial.

Norma Piña considera que “persiste la intención de que los tribunales constitucionales se reduzcan a replicar las ideas de un solo hombre”

“En mi país, pero no solo en mi país, sino lamentablemente en gran parte del mundo, surgen voces y movimientos que intentan poner en entredicho la legitimidad de la función judicial. Pretenden mermar, a veces de forma sútil, otras de forma directa, la independencia de los poderes judiciales. Intentan diluir la división de poderes”

“Es fundamental sensibilizar a la ciudadanía sobre la relevancia de la función judicial. Tengo la convicción de que socializar la trascendencia de la decisión judicial en la vida de las personas tiene el potencial de renovar de forma positiva la relación entre la institución y la ciudadanía. Un acercamiento con las personas es la única manera de defender la independencia judicial en la arena política, en donde las juezas y los jueces no podemos intervenir”, indicó.

Para la también titular del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) sería un grave error de quienes integran los poderes judiciales, y de la comunidad jurídica en general, asumir que la independencia judicial está dada.

“Asumir que basta con su mención en los textos constitucionales para que sea una realidad. La experiencia comparada, desafortunadamente, nos ha mostrado que no es así. Tenemos un enorme reto por delante”, refirió.

Consideró que no se ha explorado lo suficiente la otra vertiente, dijo, de la independencia judicial. “Aquella que la entiende como una garantía de los derechos humanos. Tal vez porque no había sido necesario en el desarrollo de nuestras democracias. Tal vez porque lo habíamos dado por sentado. Hoy, me permito insistir: la independencia judicial no es una cuestión que se ocupa únicamente de las relaciones entre los poderes públicos del Estado y del Poder Judicial frente a factores políticos y económicos”.

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