Pueblo Borari, donde mandan las mujeres.

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*Foto: La Cacica Neca Borari en un discurso en la sede de la asociación indígena de la aldea Alter do Chão.

/Raúl Zibechi/

Amazonia, Brasil. A medio camino entre Manaus y la desembocadura del Amazonas en el Atlántico, Santarém es una de las principales ciudades del impresionante río, ahí donde el Tapajós, su principal afluente, vierte en el mayor torrente del planeta. La longitud total de Tapajós, incluyendo su principal afluente, supera los dos mil kilómetros. A sólo media hora de Santarém está Alter do Chao, donde habita el pueblo Borari, en tres aldeas que suman poco más de mil habitantes. Este pueblo lucha por defender su territorio ancestral y ha realizado la auto-demarcación de sus tierras para resistir el extractivismo inmobiliario que amenaza su sobrevivencia como pueblo.

Rafael Zilio es profesor de Geografía en la Universidad Federal del Oeste de Pará, en Santarém y militante del Colectivo Anarquista Tapajoara. Colabora con pueblos indígenas en la Amazonía brasileña, principalmente en procesos de auto-demarcación de territorios. En esta entrevista pusimos la lupa sobre una de las más de 60 experiencias de demarcación autónoma de los pueblos amazónicos, que se vienen implementado en los últimos diez años.

Toma aérea de la aldea Alter do Chão

– ¿Podrías describir al pueblo Borari y el territorio indígena donde viven?

Al pueblo Borari los invasores portugueses llamaron «Tapajós», nombre que terminó dando origen al principal río de la región. Borari significa «flecha envenenada», en alusión a la forma combativa con la que recibían a los portugueses, ya fueran militares o jesuitas. Actualmente, están presentes tanto en la margen izquierda como en la derecha del curso bajo del río Tapajós, casi en su encuentro con el río Amazonas, en el municipio de Santarém. En la margen izquierda se encuentran en la Tierra Indígena Maró, homologada en 2024. En la margen derecha del Tapajós están en la zona conocida como Alter do Chão, un destino turístico muy popular por su belleza escénica, que en 2010 fue descrito por el periódico británico The Guardian como la playa de agua dulce más bonita de Brasil, el «Caribe brasileño».

Una de las características que más llama nuestra atención es que el pueblo Borari es un matriarcado: las mujeres son las liderazgos históricas y participan de manera decisiva en la organización de la vida Borari. Siempre que alguien nuevo llega a una aldea Borari, la cacica comienza diciendo que «aquí quien manda es la mujer». A partir de ahí, la conversación continúa.

El territorio Borari en Alter do Chão presenta una urbanización consolidada. La «villa de Alter» estaba relativamente aislada de los centros urbanos más cercanos hasta la década de 1970, cuando se abrió un camino de tierra hacia Santarém. En la década de 1990, este camino fue asfaltado, y durante una de las administraciones municipales, cerca del 70% de Alter do Chão fue apropiado ilegalmente por agentes vinculados a la alcaldía de la época, así como por jueces y profesionales de gran influencia en la región, ayudados por agentes de algunos organismos del Estado. Se construyeron hoteles, posadas y otros equipamientos que aceleraron la actividad turística, lo que llevó a que los y las Borari fueran paulatinamente expulsados de parte de su territorio, quedando relegados a zonas donde la tierra era más barata. La especulación inmobiliaria es la principal amenaza al territorio ancestral Borari. Sin embargo, gracias a la resistencia del pueblo indígena, hoy en día participan de manera significativa en el turismo local, siendo de su exclusiva responsabilidad las barracas donde se venden comida y bebida en la playa, además de las tiendas en la plaza central de la villa de Alter para la comercialización de artesanías.

Hoteles y posadas en la aldea Alter do Chão

– ¿Qué es la demarcación autónoma?

La demarcación autónoma, o autodemarcación, es una expresión de la organización de los pueblos indígenas y constituye una estrategia muy importante en la lucha por la defensa de sus territorios ancestrales. En Brasil, la responsabilidad de la demarcación de Tierras Indígenas recae en la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas (FUNAI); sin embargo, la mayor parte de los territorios de los pueblos originarios no están reconocidos por el Estado brasileño. Ante la lentitud del Estado y la desconfianza de los pueblos hacia el aparato estatal, hemos presenciado diversas experiencias de autodemarcación de Tierras Indígenas. En términos sencillos, la autodemarcación ocurre cuando un pueblo aún se encuentra en su territorio pero enfrenta diversas amenazas, generalmente provenientes del agronegocio, la extracción de madera y las grandes empresas mineras.

La demarcación autónoma da lugar a un mapa elaborado a partir de talleres y asambleas, con el apoyo técnico de abogados, antropólogos o geógrafos, quienes a menudo son investigadores y profesores universitarios. Algunos académicos y activistas denominan esta etapa como mapeo participativo; otros la llaman cartografía social.

Borari revisan el mapa del organismo estatal INCRA, con cuyos límites no están de acuerdo

Hemos observado que un mapa de autodemarcación tiene un efecto tanto interno como externo para el pueblo. Internamente, incrementa el nivel de organización y la motivación para la lucha contra las amenazas del Estado y el capital. Externamente, sirve como un instrumento de presión ante los organismos gubernamentales, como la FUNAI, para acelerar los procesos de demarcación oficial, la principal demanda de los pueblos indígenas en Brasil hoy (¡Demarcación Ya!). Finalmente, destaco que la experiencia de autodemarcación es muy importante para los niños y niñas que asisten a las escuelas indígenas, ya que desde pequeños aprenden a conocer, reconocer y luchar por su territorio.

– El pueblo Borari decidió demarcar su territorio. ¿Cómo lo hizo? ¿Asamblea de la comunidad o decisión del cacique?

En la organización de los pueblos indígenas con los que tengo más contacto y colaboración, las decisiones sobre asuntos colectivos siempre se toman en asambleas en cada aldea. En este contexto, la figura del cacique funciona como portavoz o delegado de esa asamblea ante instancias indígenas mayores, como consejos territoriales o regionales, que abarcan decenas o cientos de aldeas. El surgimiento de la figura del cacique se da en el contexto de la invasión colonial, siendo una especie de embajador o diplomático, alguien que hablaba tanto la lengua originaria como el portugués. Actualmente, ese papel de “diplomático” sigue siendo muy relevante. Cuando hay manifestaciones indígenas de gran magnitud, como ocupaciones de edificios estatales o carreteras, los caciques siempre dejan claro a las autoridades del Estado que ellos no deciden nada, simplemente transmiten la decisión que su pueblo ha tomado. En el caso Borari no es diferente.

El territorio Borari de Alter do Chão cuenta con tres aldeas: Curucuruí, Caranazal y Alter do Chão (la principal). La propuesta de autodemarcación surgió en las asambleas de cada aldea y luego fue discutida por las cacicas en una reunión del cacicado. Actualmente, el pueblo Borari tiene cuatro caciques: tres mujeres y un hombre. No contamos con un cacique general para todo el territorio.

Equipo de investigadores con indígenas Borari en uno de los puntos a ser demarcados

Cuando supe que el pueblo Borari había decidido autodemarcar su territorio, en 2024 puse a disposición el grupo de investigación que coordino en la Universidad para brindar cualquier asesoría necesaria para concretar el mapa. Este proceso está en su etapa final en este momento y pronto tendremos la divulgación pública del trabajo.

– Demarcar supone que el pueblo está bien organizado. ¿Existe una guardia indígena?

El pueblo Borari en Alter do Chão cuenta con una organización basada en núcleos, como el núcleo de salud, el núcleo de educación, el núcleo de seguridad social, el núcleo territorial y el núcleo de mujeres. El núcleo de mujeres es responsable de debatir sobre género y ancestralidad, además de realizar acciones concretas contra el machismo y el patriarcado dentro del pueblo. Por su parte, el núcleo territorial se encarga de dar seguimiento a los procesos relacionados con la tierra indígena ante los organismos del Estado y de realizar el llamado monitoreo territorial.

Aunque no existe propiamente una guardia indígena regular, el núcleo territorial desempeña funciones de seguridad y autodefensa, identificando a agentes externos que intentan apropiarse de las tierras, previniendo ataques armados de dichos agentes y publicando las amenazas a través de organizaciones indígenas a nivel regional y nacional. Están «armados» únicamente con machetes, herramientas agrícolas y cámaras.

Toma aérea del Lago Verde, corazón de la cosmología Borari

Algo interesante de destacar sobre las cámaras de los teléfonos móviles es el papel de algunos jóvenes indígenas en la documentación de amenazas y la publicación de denuncias en las redes sociales digitales. Esto ha permitido, en muchas ocasiones, avergonzar a figuras públicas influyentes a nivel local y reducir ciertas amenazas. La comunicación indígena en la región del Bajo Tapajós es hoy algo notable y ha logrado captar el apoyo incluso de activistas de otros países.

– Según Fabio Alkmin hay más de 60 pueblos amazónicos, de un total de 105, que han llegado a la demarcación autónoma. ¿Hay relaciones entre ellos que los lleven a inspirarse en los process de los otros pueblos?

Sí. Hoy el movimiento indígena, o los pueblos indígenas en movimiento, son de los mejor articulados del país. Aunque las personas que se declaran indígenas representan solo el 0,8% de la población total de Brasil, es el movimiento que más moviliza militantes junto al Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST). El intercambio entre indígenas de diferentes pueblos de la Amazonía, del Nordeste o del Cerrado brasileño es cada vez más intenso, y una importante culminación de esta articulación son las más de 20 ediciones del Acampamento Terra Livre, una ocupación realizada cada mes de abril en Brasilia, que regularmente reúne a cerca de 7.000 indígenas de todas las regiones del país. En estas ocasiones se comparten experiencias de autodemarcación, recuperación de territorios y monitoreo territorial.

Específicamente en el municipio de Santarém, la autodemarcación Borari no es la primera. Ya en 2015 tuvo lugar la autodemarcación del territorio Munduruku en la zona del planalto santareno, que involucró cuatro aldeas, y en 2021 y 2022 se llevó a cabo la autodemarcación del territorio Tupinambá en la Reserva Extractivista Tapajós-Arapiuns, que abarcó 12 aldeas.

Equipo de investigadores con la Cacica Neca Borari en la Escuela Indígena Borari de Alter do Chão

Una instancia de organización muy importante, que apoya activamente las demarcaciones y autodemarcaciones, es el Consejo Indígena Tapajós y Arapiuns (CITA), que articula a catorce pueblos de la región del Bajo Tapajós en tres municipios: Santarém, Belterra y Aveiro. Estas articulaciones regionales y nacionales sirvieron de inspiración para la iniciativa de autodemarcación de la Tierra Indígena Borari en Alter do Chão.

– La demarcación autónoma nos dice que existe algún grado de autonomía en ese pueblo. ¿Podrías describirla?

Una vez, un cacique de la región me dijo que la autonomía significa «saber que estamos aquí, que este es nuestro territorio; es saber hasta dónde llega lo que es nuestro, preservar nuestra cultura y nuestra ancestralidad independientemente del Estado». Aunque las experiencias de autodemarcación que conozco en esta región de la Amazonía no indican un proceso tan avanzado como en otros lugares de América Latina, sí existe un grado de autonomía expresado en la demarcación autónoma del territorio. Los Borari, en particular sus liderazgos matriarcales, demuestran la necesidad de la acción directa frente a las luchas institucionales, que pueden o no avanzar.

El pueblo recurre, ciertamente, a instancias del Estado: participa en audiencias públicas, presenta demandas judiciales contra invasores de tierras y denuncia expropiaciones o expulsiones ante órganos indigenistas estatales, procesos impulsados por abogados Borari. Sin embargo, percibo una disminución en lo que podríamos llamar la “ilusión del Estado”, es decir, la expectativa de que solo mediante el aparato estatal se pueden garantizar los derechos indígenas ya establecidos en la Constitución Federal.

Reunión del equipo de investigadores con la Cacica Neca Borari en uno de los puntos a ser demarcados

Es muy evidente que los pueblos indígenas de la región del Bajo Tapajós tienen una postura reticente hacia cualquier agente del Estado, principalmente porque estos agentes todavía asumen una actitud de tutela, algo como: “sabemos lo que necesitan los indígenas; ellos no tienen capacidad para decidir”. También existe una postura muy crítica hacia los indígenas que ocupan cargos en la alta administración estatal, como aquellos involucrados en el actual Ministerio de los Pueblos Indígenas. Al mismo tiempo, hay una gran preocupación por no “fracturar” el movimiento entre quienes critican al Estado y quienes están dentro de él.

Por último, diría que la autodemarcación contribuye a “ganar autonomía” al fomentar la autoorganización del pueblo y una postura crítica frente al Estado. Además, colabora con la educación de los curumins y cunhatãs (niños y niñas), al ofrecerles representaciones adecuadas de su territorio mediante mapas que materializan, de alguna manera, los objetivos de las luchas que les esperan en la vida adulta.