* Prosa aprisa .
/ Arturo Reyes Isidoro /
El miércoles en la tarde corrió la versión de que Rocío Nahle había parado un albazo que pretendía dar el gobernador Cuitláhuac García Jiménez en el Congreso local imponiendo un paquete de nuevos nombramientos de magistrados y un consejero en el Poder Judicial.
Traté de indagar qué tan cierto fue porque incluso en las redes sociales circuló una lista de nombres en los que aparecía el de la esposa del exsecretario de Educación Zenyazen Escobar y un presunto recomendado del subsecretario de Finanzas Eleazar Guerrero; algunos medios dieron por buena la versión.
Lo que se me dijo fue que la versión surgió de los mismos diputados que integran la Junta de Coordinación Política (Jucopo), que habrían sido quienes, molestos porque los propuestos no cumplen con los requisitos, filtraron los nombres.
Que los presuntos gandallas pretendían que en la última sesión del primer periodo de sesiones del tercer año constitucional se leyera la lista del gobernador para que de ahí se enviara a la Jucopo donde se elaboraría el proyecto de punto de acuerdo que se aprobaría en una sesión extraordinaria.
Pero que en realidad lo que se buscaba era una aprobación fast track, aunque de todos modos no hubiera pasado porque no había suficiente quórum para lograr los 34 votos que se necesitaban, ya que ese día hubo muchos faltistas, lo que indicaría que quienes intentaron dar el golpe no cabildearon bien y lo suficiente con la mayoría para que los acuerparan.
¿Alguien le informó a Nahle lo que iba a pasar o ya estaba pasando y ella intervino directamente para parar todo en seco? Se me aseguró que sí se intentó llevar el tema al pleno de la sesión, pero que en la Jucopo se paró
Si fue cierta la intentona, como todo indica que sí lo fue, esta se puede repetir en el periodo extraordinario (1 de febrero-1 de mayo) o en el próximo y último ordinario, que será del 2 de mayo al 31 de julio.
Por si sí o por si no, de todos modos, el tema merece un comentario más amplio, que haré la próxima semana.
¿Quién pagará las campañas de diputados?
Comenté ayer que aspirantes a las diputaciones de Morena andan como pepitas en comal caliente (¿las ha visto usted saltar y saltar a un ritmo frenético?).
De ese partido, 176 diputados federales notificaron ante el INE su intención de reelegirse. El artículo 55 de la Constitución se los permite.
En el caso de Veracruz, de 31 diputados que tiene ahora Morena, al menos 20 buscan repetir, dos en forma consecutiva por tercera vez: Jessica Ramírez Cisneros, de Minatitlán, y Elizabeth Cervantes de la Cruz, de Álamo.
Ayer también comenté cómo el dirigente nacional Mario Delgado ya casi les avisó que no les permitirán reelegirse, aunque puede haber casos verdaderamente excepcionales.
Dije que sé que impondrán un candado legal, que por ahora no veo porque para que ello ocurriera tendrían que reformar la Constitución, pero sé que lo van a intentar.
En Morena se maneja que se postulará a los que “el pueblo elija”, o sea, por vil dedazo de Claudia Sheinbaum con el visto bueno de Andrés Manuel.
Se anuncia nuevamente la figura de la “tómbola política”, lo que animó a que miles y miles se registraran como aspirantes pensando que se pueden sacar la lotería sin comprar billete, como sucedió hace tres años.
Pero no se dice que será una tómbola dirigida, con papeletas marcadas, porque no se pueden ahora dar el lujo de aventurar con desconocidos y sin preparación y méritos, porque la caballada de enfrente está gorda.
¿Alguien duda de que en el caso del Congreso local Rocío Nahle tiene sus propias propuestas y Manuel Huerta otro tanto, y son los que llevan mano?
Para los que ya dan, pues, como hecha su reelección, se pueden llevar un frentazo, y para los que aspiran por primera vez, también, con algo más.
Por cuanto hace a los candidatos a diputados locales, su mera postulación no será seguridad de nada y no debieran de perder de vista lo que dice el artículo 178 del Código Electoral:
Los partidos políticos tienen hasta el 15 de abril la oportunidad de sustituir candidatos “por fallecimiento, inhabilitación, incapacidad o renuncia”, o sea, tendrán la espada de Damocles sobre ellos.
Por eso un dicho en política bien dice que lo único seguro es que no hay nada seguro.
Pero no termina todo ahí. Todos los aspirantes, pasen o no la prueba, tienen que preguntarse de dónde sacarán el dinero para sufragar los gastos de sus campañas, que costarán una buena plata, necesariamente.
Los que pretenden reelegirse, se supone que ya han hecho un buen capital y deben tener su cochinito para la ocasión, que han estado engordando, aunque, la verdad, cuando se trata de sus recursos son codos y no quieren gastar lo que acumularon; al grito de lo caído caído, esperarían que sus partidos les dieran de sus prerrogativas. Los que lleguen, si a eso se atienen, se van a quedar sentados esperando.
Los nuevos deben de saber que no les darán un solo quinto para sus campañas si quedan, como sucedió casi con la mayoría hace tres años, y si muchos ganaron es porque Dios es grande y porque los arrastró al triunfo López Obrador.
A todo el que vaya a pedir le van a decir lo mismo: no necesitas dinero, la diputación ya la tienes ganada, solo sal y cuélgate de los programas sociales, porque es la carta fuerte, la única, que traen.
Las campañas políticas, pues, cuestan y según el sapo es la pedrada.
Hasta ahora sabemos y hemos visto cómo el gobierno federal y, en el caso de Veracruz, el estatal han destinado cuantiosos recursos a las, de hecho, campañas de Claudia Sheinbaum y Rocío Nahle.
A la de Nahle ha sido a lo bestia, todo un despilfarro para acarrearle a miles de supuestos simpatizantes, desde que le inventaron los “foros de energía” a principios de 2022.
Cuando se dieron cuenta lo que costaban los acarreos, obsequiosos, entonces, llevaron al altar de los sacrificios a los empleados de contrato para obligarlos a que ellos mismos pagaran sus gastos.
En realidad, han abusado porque formalmente todavía no iniciaba el proceso electoral y no temían que el OPLE o el INE les cuantificaran los gastos, aunque se sabe que de todos modos la oposición lleva un registro puntual de todo.
Se supone que para las elecciones de gubernatura y diputaciones hay topes de campaña, que fija el OPLE, aunque sobre todo el partido en el poder no los respeta y siempre busca cómo burlarlos.
Será a partir del 15 de marzo cuando se reciban las postulaciones de candidaturas al cargo de gubernatura, y el 27 de marzo a diputaciones locales de mayoría relativa y de representación proporcional (plurinominales).
Aunque no se cree que en ningún caso sucederá, ojo, todavía hasta el 30 de marzo los partidos podrán sustituir la postulación de candidatos a la gubernatura “por fallecimiento, inhabilitación, incapacidad o renuncia”, esto de acuerdo al artículo 178 del Código Electoral.
Las campañas a la gubernatura comenzarán legalmente el 31 de marzo y a las diputaciones el 30 de abril. Todas concluirán el 29 de mayo.