Responde Antonio Lemes a la Dra. Gil Maroño

A los medios de comunicación.

Me dirijo a ustedes toda vez que el día de hoy fue publicada una carta abierta, de su medio de comunicación, suscrita por la C. ADRIANA GIL MAROÑO, en la que se hace una denuncia pública en mi contra, misma que agravia mi integridad moral y la de mi familia.

Como es de conocimiento público, estuve casado con la C. ADRIANA GIL durante 15 años y en ese tiempo procreamos una hija la cual asentamos con el nombre de María. Usted es un hombre experimentado y puede reconocer que, en toda relación humana, las alegrías, diferencias, encuentros y desencuentros forman parte de la convivencia cotidiana. Algunas se superan con amor, otras con madurez y otras con el olvido.

El insulto, la infamia y la calumnia con la que se pretende tergiversar una situación de índole ESTRICTAMENTE PRIVADA, no es un tema que -considero- deba ventilarse públicamente, mucho menos en un medio de comunicación de prestigio, como el suyo. Tengo claro que yo soy nadie para señalar que se debe o que no se debe publicar en los medios de comunicación, porque en la vida he sido un hombre respetuoso de la libertad de prensa y la de expresión.

La gente sabe, reconoce y respeta a quienes se conducen con verdad, por lo tanto, a mí no me corresponde descalificar a persona alguna, como ahora se pretende hacer conmigo. Soy un hombre, que actúa, día con día, de acuerdo con los principios y valores que me inculcaron en la familia.

Ayer, hoy y siempre, he tenido un profundo respeto por las personas. Desde el seno maternal aprendí y comprendí el valor de las mujeres, por ello mi admiración permanente hacia el sexo femenino.

Los diferendos con la madre de mi hija María, la C. GIL MAROÑO, están siendo ventilados en los Tribunales Judiciales correspondientes. La ÚNICA LUCHA, que será durable, es lograr la legítima CONVIVENCIA con mi menor hija, no es un derecho de su madre o mío, sino de la infante.

No es oportuno, por ahora, combatir las fantasías, historias o novelas que difunde la madre de mi menor hija. Sin embargo, es pertinente señalar que estoy atento y dispuesto a comparecer ante cualquier autoridad por todos los delitos que presuntamente cometí en contra de la C. GIL MAROÑO, para cada uno tengo los elementos jurídicos y sociales que pueden probar la falsedad de sus señalamientos.

Desde este espacio público, SOLICITO a las autoridades correspondientes se brinde la protección jurídica y policial a mi mejor hija, a la C. ADRIANA GIL MAROÑO, a sus familiares y a un servidor, para que dentro del ESTADO DE DERECHO estén atentas al comportamiento de cada uno de los involucrados, de esa manera nadie podrá aprovecharse o victimizarse.

De mi parte, no seré rehén de la estrategia de la C. GIL MAROÑO. Apelo a que el grupo de personas que la están asesorando la conduzcan por los mejores caminos. Hoy mi menor hija no tiene capacidad de ejercicio, quizá por ello se aprovechan para montar un espectáculo social que les permita afilar las uñas e intentar seguir medrando.

Aludo a mi derecho de replica que estipula la Constitución mexicana y tenga a bien hacer público mi posicionamiento en el mismo lugar en el que fue publicada la carta a la opinión pública firmada por la C. ADRIANA GIL MAROÑO.

Del resto, en su momento oportuno y con las pruebas jurídicas suficientes, me comprometo a ventilar el resultado de este asunto, con la finalidad de que sean sus lectores y la sociedad en su conjunto quienes formen la mejor opinión de este bochornoso suceso, que hoy enarbola la C. GIL MAROÑO.

Atentamente,

Antonio Selem Hurtado de Mendoza.
Veracruz, Ver. A 3 de diciembre de 2019
C.C.P. A la opinión pública. Para su conocimiento, publicación, difusión y efectos legales conducentes
C.C.P. A las autoridades correspondientes. Mismo fin
C.C.P. A los medios de comunicación. Mismo fin

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