Ricardo Ahued insiste

Sin tacto

Por Sergio González Levet

Pocos políticos hay tan directos, tan congruentes y tan apegados a la línea de sus electores como lo ha sido Ricardo Ahued Bardahuil.
Pero ésas son virtudes del ícono xalapeño que sin embargo para algunos han resultado piedras en el zapato, clavos en los talones, hoyos en la suela. Y cuando digo “algunos”, me refiero a quienes piensan que el ejercicio del poder es imponer a rajatabla la voluntad del jefe, sin importar si tiene razón o si su mandato es apegado a la justicia y a la verdad.
Como Presidente Municipal de Xalapa (1º de enero de 2005 al 31 de diciembre de 2007), don Ricardo se manejó libre de influencias y de recomendaciones del poder. En parte por eso logró hacer un mandato aplaudido por la ciudadanía capitalina, tanto por la buena disposición hacia las causas ciudadanas que mostró en todo el trienio, como por la calidad de los servicios que mantuvo y las buenas obras que realizó en la capital.
Después, como diputado federal (1 de septiembre de 2009 al 31 de agosto de 2012), Ahued Bardahuil votó siempre apegado a su conciencia y no en acatamiento a alguna orden de los coordinadores de la diputación priista de aquel entonces. Fue histórico su voto -el único tricolor- en contra del aumento del IVA, que había sido impulsado por la bancada de su partido.
Y como diputado local (5 de noviembre de 2013 al 4 de noviembre de 2016) prácticamente fue un legislador independiente, que mantuvo su autonomía frente a las presiones de arriba para que orientara su voto o sus participaciones en tribuna de acuerdo con las indicaciones superiores. Ricardo Ahued actuó siempre en concordancia con lo que él consideraba que era el bien de sus representados.
En el breve tiempo que estuvo en la Dirección General de Aduanas, mostró su espíritu apegado a la razón y al bien hacer. Impuso medidas contra la corrupción, mejoró la administración de las oficinas de las fronteras e internas. Y cuando sintió que no tenía el apoyo necesario de sus superiores, presentó su renuncia y regresó a su escaño con la frente en alto.
Igualmente, como Senador de la República actúa de manera libre y sin cortapisas.
Atiende, como ha sido su costumbre, las necesidades de los veracruzanos hasta donde puede, y se mantiene en contacto con productores, con liderazgos regionales, con grupos y asociaciones, que reciben su apoyo incondicional.
Ricardo Ahued Bardahuil sigue insistiendo en ser un buen representante popular. Insiste también en ser un personaje carismático, amable, confiable.
Y con ello gana votos y más votos.
Ésos que tanto va a necesitar Morrena el año próximo.

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