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15/02/2022/ México.- Como en todos los países, en México, la lucha de la mujer por ejercer sus derechos civiles, políticos, laborales, económicos y sociales ha sido un camino largo, lleno de obstáculos y fracasos, aunque a veces con avances y logros. En el año de 1961, el 15 de Febrero, quedó instituido en nuestro país el Día de la Mujer Mexicana. La Lic. Amalia González Caballero de Castillo Ledón y la dramaturga, Maruxa Villalta, convocaron en esas fechas a una reunión a la que asistieron mujeres destacadas con el objeto de fundar el Comité de servicio social y cultural A.C .y acordaron instituir un día dedicado a la mujer mexicana. Así que teniendo como testigos a personalidades de alto nivel, quedó marcada la fecha en el calendario nacional: el 15 de febrero se conmemora el “Día de la Mujer Mexicana”.
La conmemoración de este día tiene como antecedente importante el reconocimiento de los derechos políticos de la mujer mexicana, hecho que se concretó durante el periodo del Presidente Adolfo Ruíz Cortines, quien el 6 de abril de 1956 reconoció el derecho al voto de la mujer, quedando también constituido el “Día de la Independencia Política de la Mujer Mexicana”.
Desde entonces, cada año se celebra ante la necesidad de reconocer a la mujer, quien padece desde los orígenes de la humanidad y en casi todos los rincones del mundo, la desigualdad frente al género masculino, la marginación y discriminación en todos los ámbitos de su vida.
Las mujeres continúan luchando por ver reflejadas sus expectativas en las políticas públicas del Estado, por gozar de un empleo mejor remunerado (sin discriminaciones o basado en la sujeción del acoso sexual), por exigir respeto a vivir sin violencia en todos los órdenes, por gozar del respeto a las prestaciones a las que por ley tienen derecho en un trabajo y en sus vidas, por lograr el mejoramiento de la calidad de vida propia y de la familia, por pugnar por una mejor distribución de la riqueza y el de seguir exigiendo la acción del Estado y de todos los actores sociales y políticos para detener el clima de inseguridad que priva en los propios hogares y en el país, ya que constantemente se vulneran sus derechos fundamentales al vivir en riesgo permanente de ser violentadas o abusadas en su integridad física, mental y emocional, afectando la dinámica propia, de las familias y de la nación en su conjunto.
Fuente suprema Corte de Justicia.