El pasado 8 de marzo la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, destacó como un logro el que se tenga al primer gabinete paritario, pero pidió pasar de la paridad a la igualdad, eliminar toda forma de discriminación, agresión y violencia contra las mujeres, durante el foro “Derechos Políticos y Electorales de las mujeres. Hacia un proceso electoral 2021-2021.
No obstante su oportuno llamado, la convocatoria cayó en el terreno de creencias de que quienes se ostentan como las más feministas de todas, sin mirar que al lado está la compañera para formar una cadena y avanzar juntas.
La descalificación de la otra ha sido un innecesario juego de la dominación que no alcanza a aportar absolutamente nada a quienes deberían tener una sola causa.
La competencia es bizantina para quienes se dicen la más pura y ortodoxa de las feministas, cuando hoy en día circulan cuentos de feminismos pero una sola es la meta.
Las violencias vienen de un sistema donde las mujeres patriarcales tendrían que voltear a verse a si mismas.
