Se les pasó la política colmillo

Sin tacto

Por Sergio González Levet

Finta. Ademán o amago que se hace con intención de engañar.
Chapuza. Ardid para burlar a alguien.
Marrullería. Engaño que consiste en aparentar amabilidad, buena intención o debilidad para beneficiarse de algo o conseguir cierta cosa.
Pues fue una finta, una chapuza y una marrullería de tal calibre que terminaron por engañarse a sí mismos. Estuvo tan churrigueresca la jugada que no la entendieron ni los informantes de los Yunes buenos.
Fue así, hasta donde se puede colegir: el Secretario de Gobierno empezó a quejarse unos días antes de malestar general. El viernes se indispuso completamente y el sábado ya estaba en la Beneficencia Española (que por cierto ni es beneficencia ni es española, sino un hospital privado bastante caso), muy delicado, intubado al parecer y con una pantagruélica foto que daba cuenta del portentoso calibre de sus extremidades inferiores y de lo grave de su situación de salud.
Era tan definitiva la imagen, que no faltaron los seudo-comunicadores de redes que echaron a volar su imaginación y adelantaron su fallecimiento, sin tener ninguna prueba ni comunicación oficial o certera, como es su costumbre.
Si es cierta la versión de que todo fue un asunto orquestado desde el propio Palacio de Gobierno (lo que nunca sabremos a ciencia cierta, porque Alá es el único que conoce el fondo de todas las cosas y Mahoma es su profeta, diría un musulmán… o Borges); si es apegada a la realidad esa versión, entonces parecería que, como hace el río Misantla a cada rato, se les salió de madre la jugada y terminaron desesperados por tratar de contener el fuego amigo que les salió al encuentro por todas partes.
Fue la política colmillo en toda su extensión, pero pasada de hu… de hu… ¡de humildad! Sobrada hasta el caso de que terminó por volteársele a sus propios promotores.
Muchos especialistas y hasta los expertos en puntos de vista del priismo dinosáurico se preguntan con qué fin sacaron los morenos jarochos la auto-fake news de que su verdadero patrón-cinio había enfermado peligrosamente.
¿Quizás para presentarlo como un mártir que había arriesgado la vida, como sí lo han hecho los médicos y enfermeras en la lucha contra la Covid-19?
¿Tal vez con el fin de hacerlo aparecer como un superhombre que pudo vencer al virus letal en un solo día?
La cosa es que la jugada colmilluda no les salió por ningún lado porque no lograron despertar una conmiseración generalizada por el paciente, y luego a la gente le cayó mal que se fuera a un hospital privado y oneroso, y después nadie le creyó lo de la recuperación milagrosa en horas.
Y tampoco se destaparon los malquerientes del Ball Eigth de manera que pudiera enjuiciarlos el Secretario de Gobierno y sacarlos del gabinete y de la jugada política para siempre.
¿Cuál fue el objetivo? ¿Para qué lo hicieron? ¿De qué sirvió?
¡Pero qué necesidad!

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