Semanas claves antes de la tormenta perfecta .

  • Análisis de la Frontera .

/ Ana Maria Salazar /

 

Estamos a casi 50 días del proceso electoral más grande en la historia del país. Pero no debemos esperar que sea el 2 de junio cuando se defina el futuro de México. Y aunque faltan casi siete semanas para que los ciudadanos ejerzamos nuestro voto, la realidad es que el futuro del país probablemente se esté definiendo en las siguientes tres semanas. Me explico.

Al igual que los sexenios anteriores, las secretarías y sus funcionarios deberían estar preparándose para llevar a cabo la entrega de la institución y trabajar con el equipo de transición de la nueva presidenta de México. Y seguramente los funcionarios actuales están cruzando los dedos de que la siguiente presidenta sea Claudia Sheinbaum, y que les asegure cierta inmunidad o hasta permanencia en sus funciones.

Para los equipos salientes son semanas terribles, la realidad es que un porcentaje de los actuales empleados del gobierno estarán desempleados a finales del 2024. Y para funcionarios de ciertos niveles son momentos críticos y peligrosos para los equipos salientes que podrían estar haciendo tres cosas:

1. Revisando, haciendo copias y destruyendo documentos para asegurar que no los vayan a perseguir en los siguientes dos sexenios o por lo menos tener la posibilidad de defenderse. Desde que se llevó a cabo la transición democrática en el año 2000, no hay garantías, ni inmunidad para ningún funcionario una vez que concluya su cargo, aunque tenga inmunidad temporal por tener un puesto de elección popular.

2. No me puedo imaginar “la grilla” en las oficinas gubernamentales ante la realidad de que alguien tenga que tragar el sapo y asumir los costos políticos, administrativos y hasta penales de las decisiones, malversaciones y actos penales que se incurrieron en las diferentes secretarías. ¿Quiénes serán los chivos expiatorios? En estas semanas se estaría definiendo

3. A la luz de que pronto estarán desempleados, o tal vez buscando apoyar a los candidatos o pagar deudas a aquellos que apoyaron la administración, o simple y llanamente se están firmando centenares de contratos. Esto es especialmente fácil de hacer en este momento, ya que este “año hidalgo” podría ser particularmente “jugoso” por el simple hecho de que tantos contratos no son de asignación directa y muchos sentirán el manto de impunidad porque no se transparentarán en los siguientes años por razones de “seguridad nacional”.

Y obviamente en estas semanas se agravan las presiones a los funcionarios para que apoyen a los candidatos usando recursos del erario, violando la ley electoral.

De hecho, debemos de cerrar los ojos para poder imaginarnos cómo, en este momento, se están moviendo por auto, a diario, millones y millones de pesos en efectivo, en bolsas y maletas. No es fácil mover millones de pesos, y tiene que ser por auto, ya que se ha dificultado movilizar efectivo mediante vuelos comerciales y privados. La repartición del dinero tiene que empezar semanas antes del día de las elecciones, y eso incluye dinero que proviene del crimen organizado. Tendrían que estar resguardando este dinero en casas de seguridad en todo el país, listos para empezar a entregarse a los operadores políticos.

Pero también es de esperarse que la violencia incremente dramáticamente en las siguientes semanas. Los enfrentamientos entre los grupos son parte no solo de la lucha territorial, sino también de una lucha para quienes van a ejercer el control político en diferentes regiones del país. La hora de negociar terminó hace meses, ahora estos grupos buscarán cuidar su querencia, incluyendo a sus candidatos y candidatas preferidos, intimidando o asesinando a los que no tienen el compromiso.

También, en estas semanas, estas organizaciones criminales seguramente están identificando a las autoridades electorales, candidatos y operadores políticos. Esta información es importante una semana antes de las elecciones, cuando estos grupos criminales implementan su “operativo electoral”, que puede incluir secuestrar y amenazar días antes de las elecciones.

En un mundo donde la democracia mexicana fuera funcional, deberían los partidos y actores de la sociedad civil estar recabando información, documentos, contratos, videos, audios y otras evidencias para usarlos después del 2 de junio para impugnar o por lo menos debilitar por cuestionamientos que seguramente surgirán por injerencias indebidas del gobierno o el crimen organizado.

Ni los tiempos, ni la operación política de la oposición favorecen a Xóchitl Gálvez, pero si Claudia Sheinbaum no llegase a ser la siguiente presidenta de México sería por culpa del presidente, las últimas reformas y las constantes violaciones a la ley electoral pueden afectar a la candidata oficial.

Y todo esto se estaría definiendo en las siguientes tres semanas.

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