#SEV #Xalapa Docentes denuncian privación ilegal de la libertad en el Jardín de Niños Esperanza Osorio.

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/Darío Pale /

11.11.2025.- Docentes del Jardín de Niños Esperanza Osorio, en Xalapa, denunciaron haber sido retenidos en contra de su voluntad durante casi 11 horas por personal federal de Recursos Humanos, quien habría acudido con el argumento de revisar asistencias laborales.

Ana María Bravo Cazares, maestra del plantel, acusó que el operativo, supuestamente para verificar inconsistencias en inasistencias, derivó en violaciones a derechos humanos y laborales.

“Ayer fuimos secuestrados. Nos prohibieron salir desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la noche. Eso se llama secuestro aquí, en China y en Roma”, expresó.

De acuerdo con su testimonio, alrededor de 30 docentes fueron obligados a permanecer dentro del plantel escolar, bajo advertencias de descuentos y sanciones administrativas en caso de intentar retirarse.

La maestra detalló que las supuestas observaciones sobre inasistencias ya habían sido justificadas y avaladas por supervisión escolar, mediante permisos económicos o incapacidades del IMSS debidamente comprobadas.

Denuncian trato déspota y falta de criterios claros

Bravo Cazares señaló que los funcionarios federales actuaron de manera prepotente y sin normativa clara:

“Nos trataron con despotismo. Dijeron que nuestras reuniones sindicales eran injustificables, que nuestras incapacidades tampoco valían”, acusó.

Además, aseguró que les fueron tomadas fotografías sin consentimiento, pese a que a los docentes se les prohíbe capturar imágenes dentro de las aulas para proteger la identidad de los menores.

Personal sin restricciones… y con refrescos

La maestra también denunció un trato desigual respecto a las políticas restrictivas que se imponen al personal docente.

Mientras a ellos les prohibieron salir a buscar alimentos y consumir bebidas azucaradas —por normatividad estatal—, el personal de la Federación habría salido del plantel y regresado con comida y refrescos sin restricción alguna.

“Nos tienen prohibido traer refrescos y a ellos sí les permiten. A nosotros nos pusieron candado, a ellos no”, afirmó.

Durante el encierro, varios docentes no pudieron ingerir alimentos ni tomar medicamentos, lo que agravó condiciones de salud preexistentes en algunos casos.

Afectaciones a familias y alumnos

La retención provocó que padres y familiares tuvieran que interrumpir sus actividades para recoger a los menores, y algunos —según el testimonio— incluso dejaron situaciones delicadas para acudir por ellos.

“Una compañera tenía a su primo en cirugía, y tuvo que dejarlo porque era la única responsable”, dijo la docente.

Piden diálogo y aclaración de responsabilidades

Los trabajadores exigen que las autoridades educativas estatales y federales expliquen quién ordenó el operativo y bajo qué fundamento se actuó en contra de sus derechos.

“Ayer pedimos hablar con ellos y la respuesta fue: ‘ya váyanse’. Nunca se habían enfrentado con maestros que saben usar la voz”.

Los docentes aseguraron que no se oponen a la supervisión laboral, pero sí reprueban los métodos implementados:

“No somos delincuentes. Nuestro arma es un lápiz y nuestro conocimiento para educar”, declaró Bravo Cazares.