*Compartimos la carta de Feministas de Abya Yala que resume las «muchas preocupaciones y dolores», pero también los «sueños y esperanzas», de las diferentes luchas en los territorios de la región encabezadas por mujeres en defensa de la tierra, el agua, los derechos y la autonomía de los pueblos, frente a las distintas formas de violencia.
Por los territorios de Abya Yala, en diciembre de 2024
Compañeras/compañeres:
Escribimos esta carta en la urgencia de contarles algo de lo que nos ocupa hoy en día. Hemos visto tanto agua pasar bajo el puente, hemos vivido desde las memorias de nuestras ancestras hasta las memorias que dejaremos, tantas penas y alegrías. Sobrevivimos a masacres, esclavitudes, invasiones, destierros, desapariciones, persecuciones, torturas, censuras, silenciamientos, y múltiples violencias para estar aquí. Sólo nosotras/nosotres sabemos los recuerdos que guardamos en la piel, las semillas que esconden nuestras trenzas. El patriarcado, el capitalismo, el colonialismo requieren de la sobre-explotación de territorios y cuerpos. Así como su avance predatorio es internacional, nuestras resistencias también lo son y deben serlo.
Les escribimos porque nuestros pueblos y nuestras hermanas no dejan de ser perseguidxs, detenidxs, amenazadxs y criminalizadxs. Se intenta debilitarnos y acallarnos. Somos el eco de sus voces desde una punta a la otra del Abya Yala, hasta Palestina y Kurdistán. Cada palabra (y cada silencio) como semillas, son nuestro legado. Ustedes sabrán ofrecerlas a la mapu (tierra), cuidarlas y regarlas para que sigan floreciendo, gule gulistan (flor que al luchar siembra un jardín de rosas), por el pan y las rosas de cada día.
Iremos recorriendo estos territorios que habitamos, que habitaron las ancestras, junto a las plantas, los animales, los ríos, para contarles de nuestras hermanas, para llegar a su lado y para que jamás estén solas. Así como rompemos fronteras, recorremos distancias, entramos a los penales, arribamos en comunidad a los territorios que resisten, así viajaremos con esta carta para contarles lo que no puede ni debe ser silenciado. Las situaciones que nombramos son distintas expresiones de la misma violencia, la de lxs dueños de la tierra y el capital, de la maquinaria de muerte con sus empresas de la crueldad y sus Estados serviles.
Les contamos, compañeras, algunas de nuestras muchas preocupaciones y dolores, pero también de nuestros sueños y esperanzas. Queremos que sepan que desde septiembre de 2021 la Comandancia del EZLN advirtió que Chiapas estaba al borde de una guerra civil, y que la violencia ha ido escalando en todo el Estado. También el CDH Fray Bartolomé de Las Casas elaboró un informe que llamó “Chiapas es un desastre: Entre la violencia criminal y la complicidad del Estado”, donde da cuenta de la diversificación y opacidad de los grupos armados que utilizan la violencia para el control social y territorial, violencia marcada por la continuidad de una estrategia contrainsurgente. Esta situación implica grandes violaciones a los derechos humanos, como desplazamiento forzado masivo e intermitente, desapariciones, despojo de tierras, asesinatos, tortura, entre otras. A este ambiente se le suma la remilitarización. El ejército es perpetrador de variados crímenes de lesa humanidad y actúa como un suprapoder.
A mediados de octubre de 2024, lxs compañerxs zapatistas reportaron que el poblado “6 de octubre” había sufrido amenazas de desalojo por parte de los pobladores de la comunidad de Chiapas “Nueva Palestina”, señalando que cuentan con el respaldo de las autoridades municipales y del Estado de Chiapas, que les van a otorgar los papeles que acrediten la propiedad de las tierras despojadas. Claramente es una escalada de contrainsurgencia que se recrudece justo cuando inicia el nuevo período de gobierno federal. Actualmente hay presencia de personas de la comunidad de “Nueva Palestina” con armas largas de alto poder, amenazas de violación a mujeres, quema de casas y robo de pertenencias, cosechas y animales. Esas amenazas llevaron a suspender el Encuentro Internacional de Resistencias y Rebeldías planeado en el Caracol “Nueva Jerusalem”, donde se ubica “6 de octubre”. Afortunadamente, la convocatoria se reprogramó para realizarse en el Caracol de Oventic, ubicado en la zona de Los Altos, y ahí nos encontraremos con otras mujeres, comunidades, y pueblos en lucha. Porque al mal gobierno lo combatimos con organización y esperanza.
También queremos contarles que nuestra hermana, Lolita Chávez, pudo volver luego de siete años de exilio político a su amada Ixim Ulew, mal llamada Guatemala. Retornó en comunidad, porque así lo decidimos: que volvería abrazada por nosotras y nosotres. El retorno en comunidad es en red, legítimo, internacionalista. Surge del amor y la ternura, en defensa de la vida y de los territorios, y construye una filosofía y una pedagogía de nuestro feminismo de Abya Yala. Cuando decidimos este retorno, sabíamos que los malos gobiernos con sus estructuras y sus sistemas de justicia patriarcales, racistas, extractivistas, misóginos, nos persiguen porque los denunciamos de modo sistemático. Sabemos que en muchos de nuestros territorios, no sólo Guatemala, sino en países como El Salvador, Honduras, Perú, Colombia, Brasil, Ecuador y otros, el crimen organizado, los narcos, los dueños de las tierras y los sicarios intentan tener la última palabra, entrelazados con los políticos de turno.
Lolita no volvió sola. Hoy queremos denunciar la persecución que el alcalde municipal, Nery Ramírez, viene realizando hacia el Consejo del Pueblo Kiché por la Defensa de la Vida, Madre Naturaleza, Tierra y Territorio (CPK). Hemos recibido denuncias sobre la estigmatización a Lolita, debido a la actividad que realiza de defensa de las comunidades kichés. Se ha estimulado una campaña de odio para provocar un linchamiento físico o político, y quitarle el respaldo de las comunidades. Queremos denunciar también la desaparición sistemática de niñas, y la impunidad que continúa por el crimen de las niñas en el mal llamado Hogar Seguro. Ante todos estos crímenes, Lolita sigue en movimiento, con esperanza y con tesón en la construcción de espacios de resistencia, como la guardia antipatriarcal, que se coordina con la guardia comunitaria de defensa territorial, para la preservación de nuestro territorio cuerpo y de nuestro territorio tierra.
Por otro lado les contamos, compañeras, que en Honduras, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia confirmó las sentencias de siete de los ocho hombres condenados en los juicios de 2018 y 2021 por el crimen de nuestra compañera Berta Cáceres. Se ratificaron las condenas de David Castillo (empleado principal de la familia Atala); Douglas Bustillo (militar y jefe de seguridad de la empresa de la familia Atala); Mariano Díaz (mayor del ejército); Henry Hernández (militar); Elvin Rápalo; Oscar Torres y Edilson Duarte. Los magistrados han reducido la condena de David Castillo y postergado la resolución del caso de Sergio Rodríguez. Esta decisión confirma una vez más la existencia de una estructura criminal responsable del asesinato de Berta, cuyas cabezas, los miembros de la familia Atala, continúan en la impunidad. Pero como dijo Bertita, “Han creído que la impunidad es eterna, se equivocan. Los pueblos saben hacer justicia.” Les contamos también que las estructuras de poder vienen amenazando y atacando al Pueblo Garífuna, y en particular a Miriam Miranda, dirigente de OFRANEH (Organización Fraternal Negra de Honduras). El domingo 19 de julio de 2020 cinco hombres, incluyendo cuatro garífunas, defensores de la vida y el territorio de su comunidad, integrantes de OFRANEH, fueron sacados a punta de pistola de sus casas en la comunidad de Triunfo de la Cruz, por hombres vestidos con uniformes de la Dirección Policial de Investigación. Los desaparecidos son Alberth Snider Centeno Thomas, Milton Joel Martínez Álvarez, Suami Aparicio Mejía, Junior Rafael Juarez Mejia y Gerardo Misael Trochez. Han pasado más de cuatro años y aún no hay noticias de su paradero. Estas desapariciones forman parte de una persecución sistemática al Pueblo Garífuna. Las organizaciones campesinas del Bajo Aguan, han estado alertando sobre los ataques que sufren por parte de los paramilitares, y la inacción del Estado para prevenirlos. Las organizaciones indígenas, negras y campesinas sufren riesgo de desplazamiento, atentados, y múltiples intimidaciones.
Les contamos compañeras que en Ecuador, en la mitad del mundo donde el corazón andino resuena, hay un pueblo golpeado por el capitalismo caníbal. Hace unos años dos paros indígenas populares sacudieron las estructuras de poder, y las élites racistas arremetieron contra la población desplegando un proyecto de muerte, crueldad y despojo. Los últimos gobiernos de oligarcas, banqueros y bananeros, han saqueado el país mientras negocian con el narco y los dueños de las armas. Los acuerdos con el FMI, el no cumplimiento de la voluntad popular anti extractivista (Yasuní, Chocó Andino), la intensificación de los contratos con mineras en territorios campesinos e indígenas, la entrega de parte de las Galápagos para que se instale una base gringa, los apagones de 14 horas y el desmantelamiento de lo público, son parte de un proyecto de caos y empobrecimiento generalizado. La complicidad y vínculo directo entre jueces, militares, policías y políticos con las estructuras de crimen organizado y el narcotráfico, han convertido al Ecuador en un laboratorio del horror, donde el perfilamiento racial, las existencias feminizadas, las mujeres populares, campesinas, negras e indígenas, las cuerpas trans, lxs wawas (niñas/es/os) y jóvenes empobrecidxs y racializadxs, son la carne de cañón y el cuerpo colectivo víctima de la crueldad y el disciplinamiento. Queremos contarles hermanas que al momento de escribir esta carta, Ismael, Saúl, Steven y Josué, cuatro niños afroecuatorianos siguen desaparecidos, luego de que los militares se los llevaran hace casi 15 días en la ciudad de Guayaquil. Ellos, como otros niños y adolescentes, están sufriendo desaparición forzada como resultado de la militarización promovida por el gobierno y el imperialismo estadounidense. No podemos más de dolor y rabia. Sabemos por toda la experiencia de nuestros pueblos, que lo que buscan es implantar el terror para contrarrestar la insurgencia popular y garantizar el despojo en favor de sus negocios.
Tienen que saber, compañeras, que el gobierno boliviano, que se presenta como popular, persigue a los movimientos feministas, indígenas y populares, que forman parte de las luchas por un Estado Plurinacional, contra el golpismo, por la defensa del agua, del gas, los bienes comunes, y del territorio cuerpo de las mujeres y disidencias. En vísperas del 25N, Día internacional de lucha contra las violencias hacia las mujeres y disidencias, fue detenida nuestra compañera Adriana Guzmán Arroyo, integrante del Feminismo Comunitario Antipatriarcal y de Feministas del Abya Yala. La tuvieron cinco horas presa sin ofrecer información sobre su detención, acusada de destrucción de bienes del Estado, por un supuesto grafiti en relación al 25N en el edificio de la vicepresidencia, y de encubrimiento por no delatar a otras compañeras. Quieren acallarla para que no denuncie el hambre y las necesidades que atraviesa su pueblo. A partir de esto Adriana Guzmán quedó procesada, judicializada, como otros compañeros y compañeras. Interviene de modo directo en esa criminalización, la vicepresidencia del gobierno de Bolivia.
También queríamos contarles hermanas/hermanes, que en Paraguay, la lucha por la tierra, las semillas, territorios y cuerpos, es reprimida, con graves consecuencias para las organizaciones campesinas, indígenas, feministas y de derechos humanos. Se implementa una política de terror a través de los medios de comunicación, de los dispositivos legales y del aparato represivo buscando disciplinar a las organizaciones populares.
Un caso emblemático es el de la familia Villalba. Desde noviembre de 2020 buscamos a Carmen Elizabeth Oviedo Villalba, Lichita, desaparecida a sus catorce años por las Fuerzas de Tarea Conjuntas del Paraguay, luego de que en septiembre de 2020 asesinaran a sus primas María Carmen y Lilian Mariana, de once años, cuando visitaban a su familia, integrantes del EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo). Las niñas asesinadas fueron presentadas por el entonces presidente Mario Abdo Benítez como “guerrilleros peligrosos”. Nadie sabe (salvo los militares de las FTC) dónde está Lichita. El gobierno infanticida es cómplice de esta venganza contra toda una familia. Las niñas no están. Sus hermanes, primxs y amigues las extrañan, las recuerdan, desean volver a ver los animales y las estrellas con ellas, a jugar al tuca cañu, al pollito ciego. Mariana Villalba, su abuela, sus mamás y sus tías, las piensan, las recuerdan y las necesitan. Exigimos justicia para las niñas, que Lichita aparezca con vida, el cambio de la carátula de “víctima de trata” por la de “desaparición forzada», porque esa es la realidad de la causa. Exigimos al gobierno de Paraguay y a las instancias internacionales que se condene a los responsables políticos: el Estado Paraguayo, que en lugar de buscar a Lichita y garantizar justicia para las niñas, persigue a su familia por el mundo, con la complicidad de gobiernos como el de Argentina, que recientemente les quitó el refugio político. Desde el 12 de octubre, Carmen y Laura Villalba, junto a Francisca Andino, se encuentran encerradas en la cárcel de máxima seguridad de Minga Guasú, en absoluto aislamiento, sin ningún tipo de derecho, en celdas ínfimas, sin ventilación, expuestas a altas temperaturas, con alimentación insuficiente. Gracias al trabajo colectivo de quienes somos red y muralla, pudimos verlas. Las encontramos fuertes, con conciencia, cuidándose. Vamos a luchar para que termine el sistema de esclavitud penitenciario, para que las liberen, para que cese la persecución a la familia Villalba.
Compañeras, les contamos también que el pueblo mapuche, en un territorio que se extiende en el sur del Abya Yala, hacia ambos lados de la Cordillera, viene dando una fuerte batalla para recuperar sus espacios políticos, su cultura y su espiritualidad. Sufre por ello múltiples violencias por parte de las fuerzas de seguridad y de los gobiernos tanto de Gulumapu (en Chile) como de Puelmapu (en Argentina). Ya lo dijo la Violetita: “Yo pido que se propague por toda la población que el león es un sanguinario en toda generación”.
En Puelmapu, el pueblo mapuche resiste a las fuerzas represivas, a las balas, a los crímenes, como los que costaron la vida a Rafita Nahuel, a Elías Cayicol Garay, y la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado. Actualmente se encuentra en prisión domiciliaria Matías Santana, de la Lof Lafken Winkul Mapu, luego del brutal operativo del comando unificado donde destruyeron el Rewe, detuvieron y encarcelaron a la Machi Betiana Colhuan Nahuel y a varias integrantes de la comunidad junto a sus niñeces.
En Gulumapu la militarización se ha intensificado mediante políticas represivas, con la ampliación de la ley antiterrorista, el allanamiento de comunidades, como en el caso de Temulemu, ante una persecución y judicialización de defensoras y defensores territoriales, que se refleja en la desaparición desde hace más de un mes de la lamngen Julia Chuñil en la zona de Mafil.
Del mismo modo, en el resto del territorio de Chile la violencia política estatal se ha visto acrecentada con el actual gobierno de Boric, ante la Ley Retamal Nail, que faculta a Carabineros con más herramientas represivas, o la aplicación de una ley anti-tomas, que tiene en velo a más de un centenar de tomas de terreno, así como la promulgación de una ley que criminaliza la migración. Las políticas extractivistas han ido en aumento, como es el caso de la revalidación del proyecto minero y portuario Dominga, que ya había sido rechazado, así como también las falsas soluciones, mediante una serie de proyectos de complejos eólicos, fotovoltaicos, la explotación de litio y producción de hidrógeno verde.
Desde los diferentes gobiernos se continúa con la política de despojo de los pueblos originarios, desde el sur hasta el norte argentino, impulsada durante las llamadas campaña al desierto en Argentina y la Pacificación de la Araucanía en Chile. En Argentina buscan borrar leyes como la 26160, que impedía los desalojos, atacando a la mayoría de las comunidades que defienden el agua y la vida. La persecución judicial se ha incrementado, como es el caso de la Lof Quemquemtrew, que luego de enfrentar un duro juicio contra el empresario forestal Rolando Rocco y sus sicarios, hoy tiene una orden de desalojo inminente; la Lof Paillako, blanco predilecto de Milei en sus shows mediáticos, se encuentra luchando contra Parques Nacionales, una de las instituciones que más ha promovido el despojo territorial de las comunidades; la Lofche Buenuleo ubicada en las nacientes del arroyo Ñireco, que se encuentra resistiendo contra un fallo judicial que busca apropiarse del agua. Situación similar atraviesa la Lof Cayunao, guardiana de las nacientes del río Chubut. La comunidad Paicil Antriao enfrenta múltiples causas, tanto con privados inmobiliarios como con el gobierno provincial y municipal que intenta avanzar sobre su territorio. Crece la persecución, pero también crecen las resistencias contra un sistema que piensa a los territorios como mercancía y negocio. Las comunidades en su práctica concreta nos muestran que hay otra forma de habitarlos, donde se pone en el centro la vida, el cuidado de la naturaleza, la defensa del agua, y donde las niñeces puedan crecer libremente sin enfrentar la violencia sistemática del estado.
Les contamos compañeras que en Argentina, el actual gobierno lleva a cabo una política de violación sistemática de derechos contra lxs trabajadorxs ocupadxs y desocupadxs, contra lxs jubiladxs, contra el derecho a la educación y la salud, contra los pueblos preexistentes, persistentes y re-existentes que habitan esta geografía. De norte a sur, su política genocida es también ecocida. Arrasa con conquistas históricas populares, sembrando hambre, miseria, represión y exterminio. El año pasado, Jujuy se levantó ante una Reforma Constitucional viciada, con la que el gobierno provincial buscaba controlar la protesta y desconocer los derechos de los Pueblos Indígenas. La política de los gobiernos provinciales de Jujuy no es muy diferente de la desplegada en diversos territorios: donde se desconocen leyes y tratados nacionales e internacionales y se lleva a cabo una política de acoso económico, policial y judicial contra las comunidades. La voracidad del capitalismo es un pozo sin fin que devora cuerpos y
territorios en un espiral de explotación y violencia. Al mismo tiempo, quienes trabajan en la producción y reproducción de la vida son sometidxs a condiciones de explotación extrema, sin garantías laborales, sin soporte estatal en educación y salud. Mientras tanto el Ministerio de Capital Humano priva de alimentos a quienes los necesitan. Más de cinco mil toneladas depositadas en galpones, venciéndose, pudriéndose, mientras el hambre hace fila, y se sirve en las mesas de los barrios. En ese contexto, hay en todo el país numerosos dirigentes de organizaciones piqueteras y comunitarias judicializados, y continúa en prisión domiciliaria Milagro Sala, dirigente social contra la que se descarga la rabia del poder provincial que se sintió amenazado por su movimiento. Como esto no funciona sin violencia, se habilita al ejército para intervenir en los conflictos internos, es decir, en la represión. La negación de las deudas históricas del Estado Nación, es consistente con la reivindicación del genocidio, la intensificación de la represión y la tentativa de restaurar el tenebroso pasado dictatorial. Y aún así nuestras abanderadas de los derechos humanos siguen logrando que la memoria resista porque como le decía Chicha Mariani, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo a su nieta Clara Anahí, cuya identidad continúa usurpada, sabemos ser de acero para luchar como también sabemos ser nido y tibieza para cobijarnos.
La política de odio hacia los sectores populares empobrecidos y racializados es también una política de revancha patriarcal y colonial. Les contamos compañeras del dolor frente al triple lesbicidio de Barracas, y a las noticias cotidianas sobre travesticidios, desapariciones forzadas como las de Tehuel y Loan, feminicidios, y toda clase de despojos que afectan en particular a las mujeres y personas feminizadas. La Gendarmería asesina a mansalva, como ocurrió bajo la orden de Bullrich, anteriormente con Rafa y Santiago, y ahora con Fernando Gómez, en Salta.
La violencia patriarcal es también adultocéntrica. Las niñeces son hambreadas y depredadas, sometidas a vínculos forzosos con adultos, a violaciones y trata. El gobierno y sus aliados en un poder judicial que es misógino y patriarcal persigue a quienes intentan proteger a las niñeces de las violencias sexuales: madres y xadres protectores, profesionales que les acompañan, denuncian y asesoran. Jueces misóginxs y patriarcales echan mano del falso Síndrome de Alienación Parental (SAP). Como Audre Lorde nos dijo: “(…) las acciones en el aquí y ahora son siempre necesarias. Nuestrxs niñxs no pueden soñar excepto que estén vivxs, no pueden vivir si no son alimentados, y quién sino nosotras les van a dar los nutrientes para que sus sueños no sean diferentes de los nuestros?.” Reivindicamos la Educación Sexual Integral como herramienta que empodera a niñeces y adolescencias y contribuye a la prevención y erradicación de estos delitos. Como ustedes bien saben, compas, las violencias sexuales a las niñeces, en este sistema, es un secretoavoces, es una vulneración gravísima hacia la integridad física y psicológica de les niñes que afecta su desarrollo, y para combatirlas hay que nombrarlas, denunciarlas, erradicar el silencio que las encubre. Por eso acompañamos a les sobrevivientes, apoyamos los juicios por la verdad en situaciones de violencia sexual, porque entendemos que los daños que ocasiona son comparables con los de la tortura; acompañamos a madres y xadres protectoras/es en sus búsquedas de justicia, y denunciamos a la institución judicial por la revictimización, persecución y violencia hacia quienes se animan a denunciar. Seamos muralla compañeras, que nunca más se les vuelva a revictimizar, a revincular a les niñes con sus abusadores. Violencia sexual nunca más.
Como siempre afirmamos: el silencio debería tener lugar cuando las niñeces duermen, para preservar sus sueños, nunca debería reinar silencio cuando las niñeces están siendo masacradas, como sucede en Palestina. Nunca el silencio puede encubrir el genocidio de un pueblo. Nos arrebata los sueños y no nos cabe en el corazón la tristeza de enterarnos día tras día de los bombardeos, la militarización y la violencia con la que Israel, amparado por Estados Unidos, con complicidades de los poderosos del mundo y de gobiernos del Abya Yala como los de Milei o Bukele, arrasan con la vida y la paz del pueblo palestino. El genocidio es aterrador. Se denuncian más de 45.000 personas asesinadas, más de 110.000 heridas. Informes de Naciones Unidas dan cuenta del desplazamiento forzoso de más de un millón de niñas/os, la desaparición de 21.000 personas; más de 20.000 niñas/os perdieron a uno o ambos padres; 17.000 se encuentran solas/os o separadas/os de sus familias, decenas han muerto por desnutrición y otros miles están en peligro de muerte. La “limpieza étnica” que lleva adelante Israel hace especial foco en las mujeres y en las niñeces, para impedir que sigan naciendo niñxs que multiplicarán las resistencias. Destruida casi la totalidad de las viviendas, escuelas y hospitales de Gaza, el impedimento de ingreso de alimentos y medicamentos por parte del ejército israelí está amenazando con la hambruna y la falta de agua como arma de guerra. Como Feministas del Abya Yala hemos exigido una y otra vez el alto al fuego, el retiro de las tropas israelíes de Palestina, así como el cese de los bombardeos criminales en Líbano y Siria. Rechazamos la política exterior del gobierno de Milei, cómplice de los crímenes de Israel. Denunciamos el Memorándum aún oculto que ha anunciado el presidente en el Encuentro empresarial argentino-israelí, en noviembre. Rechazamos los acuerdos de los gobiernos de 11 provincias argentinas, y varios países del Abya Yala con Mekorot, empresa estatal de aguas de Israel, que opera a la par de la invasión del territorio palestino con la creación del agronegocio, que condujo a la necesidad de elevadas cantidades de agua, robada a las comunidades palestinas. Para Mekorot, dirigida por un criminal de guerra (comandante de represiones y masacres del Ejército israelí), el agua es un arma. PALESTINA LIBRE es un eje de la lucha feminista. De la sierra hasta el mar, Palestina vencerá.
Recorremos las geografías compañeras, y por todos lados nos encontramos con más y más mujeres rebeldes que se levantan contra las opresiones, como las mujeres kurdas que llevan su lucha bajo el lema: jin jiyan azadi (mujer, vida, libertad) en contra de la opresión impuesta por el imperialismo en sus territorios ancestrales, a través del accionar de los Estados Turco, Sirio, Irakí e Iraní, y de fuerzas fundamentalistas como ISIS, impulsadas por el imperialismo, que tienen como objetivo manejar el control territorial, el acceso al agua, y el petróleo en la región. Como resultado del 29° levantamiento del pueblo kurdo, surgió el PKK, Partido de los Trabajadores del Kurdistán, y las mujeres kurdas se han organizado tanto política como militarmente en torno a un sistema social alternativo, el confederalismo democrático, cuyo espíritu es la jineoloji. Jineoloji es la ciencia de la mujer para repensar todos los saberes, desde la perspectiva de las mujeres, con un sentido revolucionario. Actualmente las mujeres kurdas se encuentran amenazadas por las fuerzas yihadistas-islamistas, quienes cometen constantemente crímenes graves. Violaciones de los derechos humanos, feminicidios, violencia de género son pilares claves de la estrategia de actuación en la región. En 2024, decenas de mujeres (la mayoría entre 13 y 16 años) fueron secuestradas o asesinadas. Estos actos reflejan la estrategia más amplia de limpieza étnica. En este momento la política turca busca establecer una denominada «zona segura» a lo largo de su frontera meridional, dentro del territorio habitado mayoritariamente por kurdos del norte de Siria, con el objetivo de ocupar otras partes del norte de Siria y destruir el sistema de autogobierno del pueblo multicultural y multilingüe. Desde la caída del régimen dictatorial de Assad, los ataques genocidas del estado turco y sus mercenarios yihadistas se han intensificado, pretendiendo expandir sus fronteras antes de que el nuevo modelo para Siria quede definido. Actualmente el mayor peligro se cierne sobre Kobane (el símbolo de la resistencia) es una invasión total de ese territorio. La solidaridad internacional es esencial en este momento para defender la revolución de Rojava, un faro de esperanza para todos los pueblos y mujeres del mundo. A la vez en Turquía, se sigue deteniendo a diario a activistas y parlamentarios, y se prohíbe el uso de la lengua, la música y los bailes kurdos. En definitiva se pretende borrar la voluntad política del pueblo kurdo. Les contamos compañeras que el fundador del PKK, Abdullah Öcalan, representante legítimo del pueblo kurdo y arquitecto de su resistencia, se encuentra detenido desde 1999 en condiciones inhumanas en la prisión de la isla de İmralı, en Turquía. Exigimos su libertad, y también exigimos la liberación de la activista kurda Werishe Muradi, condenada a muerte por un Tribunal de Teherán en Irán, así como la libertad de lxs presos y presas políticas kurdas.
Si nos dan miseria, sembremos rebeldía. La resignación no encuentra lugar en nuestros corazones compañeras, no vamos a acostumbrarnos a ver cada vez más hambre, personas en situación de calle, cada vez más pobreza, violencia y represión. Porque como Lohana Berkins nos enseñó, el tiempo de la revolución es ahora y el motor de cambio es el amor. Acá nadie le suelta la mano a nadie. Acá nadie se rinde.
Las mamás, abuelas, tías, hermanas, amigas, cada día garantizan los cuidados de las niñeces. Las Madres de Plaza de Mayo, las Abuelas, les Nietes, les Hijes, las Hermanas de desaparecides siguen exigiendo MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA, mientras luchamos por defender los espacios de memoria. Las madres de Cromañon reclaman justicia, a 20 años de la Masacre. Los familiares de Darío y Maxi, mantienen su lucha aunque se enfrenten a la libertad de algunos de sus asesinos. Los familiares de lxs pibes asesinados por el gatillo fácil siguen marchando para que no se repitan los crímenes de la maldita policía. Las madres de víctimas de trata y prostitución y de feminicidios, siguen denunciando, acompañándose en la búsqueda de justicia. Lxs jubiladxs defienden el derecho a un presente y un futuro dignos, ejerciendo nuestro derecho de habitar las calles, desobedeciendo represiones. El pueblo trabajador sostiene al mundo y lucha por sus derechos. Lxs trabajadorxs sindicalizadxs disputan los gremios para desterrar a las burocracias funcionales al poder de turno. Les trabajadores de la educación defienden a la escuela pública, laica, gratuita y emancipadora. En las Universidades, sus estudiantes, docentes y no docentes resistien cierres, ajustes y políticas de recorte. Les trabajadorxs de la salud defienden la salud pública, también resistiendo cierres y recortes. Les científicxs defienden el derecho de los pueblos a una ciencia digna. Las trabajadoras de casas particulares luchan por trabajo registrado y la defensa de todos sus derechos. Les trabajadores migrantes luchan por el acceso a la salud y a la educación; porque migrar no es delito, ningún ser humano es ilegal. Lxs trabajadorxs campesinxs defienden la agricultura familiar, la agroecología, el alimento sano. Las asambleas vecinales resisten a los megaemprendimientos asesinos del habitat y la vida. Les comunicadores, periodistas y artistas luchan por políticas de acceso a la cultura. Las disidencias sexuales se organizan por una vida digna de ser vivida, por su orgullo, porque no las maten o las quemen o las persigan; exigiendo justicia, que paren los travesticidios, el lesboodio, la homofobia y toda forma de querer meternos en sus armarios del horror. Los feminismos y transfeminismos comunitarios y populares cuidan el cuerpo territorio y dan respuesta al hambre en comedores y ollas populares, en las huertas comunitarias, guardando las semillas, sosteniendo prácticas comunitarias del buen vivir.
¡Qué vivan las asambleas, las multisectoriales,los comedores, las escuelas y todos los espacios comunitarios que construyen poder popular! ¡¡Vivxs, libres de violencias y gozosas nos queremos!!
Hermanas, seguramente hay mucho más para contar. Tenemos la certeza de que muchas de estas situaciones se repiten, con especificidades, en cada territorio. Por eso escribimos esta carta. Porque si es claro que no hay fronteras para la crueldad, el odio, y el fascismo, sostenemos que no hay fronteras para la solidaridad internacional, para la movilización, para la construcción de unidad popular y feminista, para ampliar las luchas entrelazándonos, fortaleciendo los tejidos populares y las luchas anticapitalistas, antirracistas, antipatriarcales, en defensa de los bienes comunes, de las mujeres, de las identidades disidentes.
Les convocamos a pronunciarse desde Abya Yala hasta Palestina y Kurdistán, para que cesen las hostilidades contra las comunidades, y se termine el apañe a los personeros machistas y racistas que violentan a los pueblos. Como nos dijo la compañera Marielle Franco: “Debemos ocupar con nuestros cuerpos todos los espacios.”
Sigamos rompiendo el silenciamiento y el cerco mediático que intentan imponer; organizándonos en asambleas, construyendo nuestros tribunales éticos, populares y anti- patriarcales. Sigamos denunciando cuando se nos oprima. resistiendo, sanando el tejido dañado mientras sostenemos la vida. No se puede, hermanas, permitir que nos arrebaten la esperanza, seguiremos luchando hasta que sea todo como queremos y soñamos.
“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”. Rosa Luxemburgo
Fuente: Desinformémonos