Con Janine Otálora van cuatro (y podrían ser cinco) altos funcionarios que deciden dejar sus cargos, casualmente, después de que se concretó el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en la elección presidencial.
La renuncia de la magistrada como presidenta del Tribunal Electoral se suma a las de Juan Carlos Zepeda, de la Comisión Nacional de Hidrocarburos; y de los integrantes de la Comisión Reguladora de Energía: Marcelino Madrigal y Neus Peniche; se dice que también se iría Montserrat Ramiro, aunque ella misma ha negado tal versión.
Por si fuera poco, como subgobernador del Banxico fue nombrado un incondicional de AMLO: Gerardo Esquivel, esposo de la actual secretaria de Economía.
Uno de los aspectos más preocupantes de la renuncia de Otálora es que, hasta donde se sabe, se da a raíz de las presiones que sufrió luego de que el Trife le otorgó el triunfo a Martha Érika Alonso en los comicios poblanos. El propio López Obrador, ya siendo presidente constitucional, se lanzó durísimo contra los magistrados, al calificar de “antidemocrática” su decisión.
A partir de ahí vino un incesante golpeteo interno encabezado por el magistrado José Luis Vargas Valdez, quien sin mucho recato exigió la dimisión de la presidenta y anunció denuncias en su contra. Finalmente ayer Otálora se hizo a un lado, lo que con- firma que desde el Ejecutivo hay una fuerte presión hacia los organismos autónomos, a fin de eliminar los contrapesos al señor presidente. Se lee en Templo Mayor de Reforma.