*Miscelánea, salud y política .
/ Judith Álamo López /
“La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”: Abraham Lincoln.
Digna de ser destacada entre las imágenes que hablan más de mil palabras está la foto del presidente Andrés Manuel López Obrador besando y abrazando a Claudia Sheinbaum, no en un plano de igualdad, sino como el padre dominante que es, un caudillo que distinguió con su confianza a una destacada pero moldeable alumna, a quien encumbró sobre hombres, como el complaciente Marcelo Ebrard, a quien solo utilizó para coronar su proyecto de trascendencia.
Cuesta trabajo al líder populista relacionarse en plano de igualdad con cualquier persona, pero especialmente con mujeres, como es el caso de quien ascendió a presidenta virtualmente electa, y con ello dejó de ser la subalterna sumisa, quizá a ello respondió la urgencia de reformar al Poder Judicial y demostrar quien manda.
Luego de que Juan Ramón de la Fuente, recién nombrado coordinador para la transición , diera una entrevista el pasado 6 de junio a la periodista Carmen Aristegui en la que exponía el deseo de Claudia Sheinbaum de querer avanzar “sin ruptura y sin sumisión”, con diálogo responsable, apareció un mensajero de AMLO, Ignacio Mier Velazco, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, anunciando que la reforma al Poder Judicial va en septiembre próximo.
Desde entonces y pese a una reacción negativa en los mercados interacionales, una devaluación del peso frente al dólar, el líder de la 4T ha machacado todos los días hábiles en la Mañanera que las reformas en contra de los corruptos del Poder Judicial va “porque es más importante la justicia que los mercados”. La caída de nuestra moneda no se ha hecho esperar, hoy 12 de junio, está a 18.78 pesos el dólar, según el Banco de México.
El presidente López Obrador ratificó en los hechos que su mejor relación con mujeres es cuando son subalternas, de las miembros de su gabinete además de recibir visibles muestras de admiración, ha obtenido total obediencia, y es que hace mucho no escucha a nadie más que a sí mismo, con un ingrediente adicional, la lealtad incondicional a su liderazgo ideológico, moral y político. Cuando se siente agradecido, las premia con un beso en la mejilla, con su peculiar estilo.
Para ilustrarnos sobre su personalidad y la dificultad para enfrentarse a mujeres opositoras recordemos que, pese a todas sus habilidades o quizá gracias a ellas, el caudillo de Macuspana, Andrés Manuel López Obrador, para evitar confrontaciones o “falta de respeto a su investura” –dijo– por parte de la senadora Lily Téllez, mejor decidió no asistir a la entrega de la Medalla Belisario Domínguez en 2021, y así lo hizo de conocimiento público.
El político con habilidades de comunicador, así suele castigar a hombres o mujeres que suelen ser críticos a su punto de vista, cuando no arremete en su contra en forma personalísima en su Conferencia Mañanera, lo hace a través de Elizabeth García Vilchis en la sección: “Quién es quién en las mentiras” para atacar con el lenguaje despectivo y soez –aderezado con la deficiente pronunciación de la lectora– a quien se atrevió a disentir con el jefe del Ejecutivo.
¿López Obrador es rencoroso y vengativo? Parece ser que sí, bastante. Ahí está el caso de Rosario Robles Berlanga, quien antes de los videoescándalos que mostraron cómo obtenía recursos el obradorismo, hace poco más de dos décadas, señala que cuatro años antes fue cuando empezó la enemistad con el mandatario, que a la larga le costó tres años de prisión injusta porque finalmente salió exonerada de los cargos y rehabilitada para el ejercicio público.
Recordó que en 1999, “antes de que entrara al gobierno, él me solicitó, por ejemplo, que yo subiera la tarifa del Metro. O sea, que yo cargara con el paquete, yo le dije que no, que él tenía seis años por delante y pues no le gusta que las mujeres le díganos que no. No le gustan las mujeres independientes, no le gustan las mujeres autónomas”, afirmó Rosario Robles, jefa de Gobierno del D.F., en relevo del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas. (https://www.infobae.com/mexico/2023/07/17)
A veces hay que reflexionar en lo obvio: López Obrador es parte fundamental del triunfo de la doctora Claudia Sheinbaum, él lo sabe y trabajó de forma legal e ilegal más de 5 años en hacerlo posible. Ella es hoy la virtual presidenta electa de México y obtuvo el triunfo contundente con la promesa de construirle un segundo piso a la Cuarta Transformación, proyecto del cual es fundadora. El periodo de AMLO concluirá el 30 de septiembre, dentro de 110 días.
Pero la reforma constitucional al Poder Judicial de la Federación presentada por López Obrador no parece ser la prioridad de la nueva jefa del Poder Ejecutivo, se siente como una imposición o cobro de cuota del mandatario en funciones, quien ha externado desde siempre su animadversión hacia ministros, magistrados y jueces de carrera, a quienes de prosperar la iniciativa presidencial, se pretende sustituir el año próximo por personal electo mediante el voto popular.
La reforma de AMLO enviada al Congreso el pasado mes de febrero contempla la reducción de 11 a 9 el número de ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; disminuye el periodo de su encargo, de 15 a 12 años; y se eliminan las dos salas, por lo que la Corte sólo sesionará en Pleno y sus sesiones deberán ser públicas.
Surgen muchas interrogantes: ¿Estas acciones resolverán el problema de injusticia que asola al país? ¿Cómo se podrá atender satisfactoriamente el amplio rezago existente si se reduce el número de impartidores de justicia? ¿Los casos pueden durar años, qué pasará con los asuntos en curso? ¿Será posible conseguir que los más populares sean los juristas más aptos? ¿Cómo evitar que los nuevos funcionarios respondan a intereses políticos de quienes apoyaron su elección? Etcétera.
Hasta ahora, la presidenta virtualmente electa ha respondido positivamente a la urgencia de su exjefe por destruir al Poder Judicial; ella llamó al diálogo y a una consulta pública, pero el presidente la apuró: “ya se discutió suficiente”, y ella asintió asegurando que las inversiones en México son seguras, pero el Proyecto de Nación debe continuar.
Y aquí cabe preguntar ¿Cuáles son las prioridades del nuevo gobierno? Para el saliente no ha sido urgente cambiar la estrategia fallida actual para atender con eficiencia los problemas crecientes de inseguridad, violencia, homicidios y feminicidios, masacres, desplazamientos, cobros de piso, etc. Tampoco vemos acciones de gobierno frente a los problemas emergentes de sequía en estados del norte del país, ni para satisfacer otros requerimientos e insuficiencias.
La calificación electoral aún no concluye, estamos a 24 horas de que cese el periodo previsto por ley para que los partidos políticos puedan presentar impugnaciones a los resultados electorales, es importante que los integrantes de la coalición Fuerza y Corazón por México revisen los hechos ocurridos para dar a sus electores la explicación sobre la derrota sufrida hace 10 días en las urnas frente al triunfo arrollador de candidatas y candidatos de la coalición oficialista liderada por Morena.
El razonamiento que hoy permea en la opinión pública es que la doctora Sheinbaum obtuvo un contundente triunfo democrático con más de 30 puntos porcentuales de distancia del segundo lugar, aunque aún faltan por conocer los resultados finales de la eleccion nacional de más de 20 mil puestos, es evidente que Morena logró el retorno casi total del modelo de partido hegemónico, en elecciones cuestionables pero finalmente democráticas y legales, según información del INE.
Pendiente aún está el veredicto final que dará el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sobre si Morena y aliados lograrán las mayorías calificadas en el Congreso federal, adjudicándose sobrerrepresentaciones cuestionables. Morena, PVEM y PT ganaron el 56% de los votos y quieren adjudicarse el 76% de la Cámara de Diputados.
Por salud pública, habrá que detener las ansias de permanencia del presidente, reconocido por ser un animal político, quien ha empezado a darle un giro a su promesa de que luego de su sexenio se iría a su famoso rancho “La Chingada”, en Palenque, Chiapas. Ha empezado a externar públicamente la idea de mantenerse en la vida pública del país, en la política, si “su presidenta” se lo pide, y además se reservó su derecho a disentir.
En el sistema político mexicano vigente sólo hay un puesto para quien tome el mando, y de acuerdo a los resultados de la elección del 2 de junio, la presidenta de la República será Claudia Sheinbaum a partir del 1 de octubre próximo. Lo otro sería un intento de Maximato que los mexicanos demócratas repudian.