ALMA GRANDE.
Por Ángel Álvaro Peña.
Los tiempos en que el gobernador de Veracruz era el consentido del presidente de la República terminaron. Incluso se le consideró presidenciable ante tanta deferencia. Ahora es el enemigo número uno de Andrés Manuel López Obrador, porque le hace más daño que la oposición y que la prensa convencional que responsabiliza al Presidente de temblores y frentes fríos.
La negligencia de un técnico mediocre al frente del gobierno de Veracruz no sólo decepciona a los veracruzanos, sino que desgasta a la figura presidencial y daña al partido que fundó el propio Presidente de la República.
Cuitláhuac García Jiménez acaba de realizar la primera represión social del sexenio, cuando el presidente de la República prefiere permitir excesos que golpear a un manifestante.
La indignación nacional se vuelca contra un hombrecillo a quien le quedó grande el cargo desde el primer día de gobierno y se rodeó de lo que tuvo a la mano según su medio social: strippers, analfabetas, familiares, amigos, compadres, amigos de la infancia, que sólo le aportan recuerdos y eso sí, mucha fiesta, mucha salsa.
Desde que anunció la Cumbre Tajín 2020, la de menos presupuesto en su historia, se sabía que sería un fracaso. La incapacidad para organizar cualquier evento fue evidente desde el inicio de su gestión, que tiene como culminación la represión contra los hombres, mujeres y ancianos que votaron por él.
Pero no votaron por ser él ingeniero y docente, sino por la ola de Andrés Manuel López Obrador, en la que se subió como aprendiz de surf y la ola lo llevó a buen puerto, en el que ahora se ahoga frente a su incapacidad.
La Cumbre Tajín 2020 tuvo como su más grave antecedente la deuda a los artistas que se presentaron en la Cumbre 2019, a pesar de la deuda hubo artistas que cayeron en la trampa de los incondicionales de Cuitláhuac y fueron a ocupar tres días de fiesta, cuando en realidad se reducía a la mitad una celebración que era un acontecimiento cultural a nivel planetario; ahora ni los veracruzanos asistieron.
Pero eso sí, a la hora de inaugurar la Cumbre ahí estaba la secretaria de Turismo, en nombre del cobarde gobernador que le dio miedo asistir, acompañada de lamebotas cómplices, que simulaban que no pasaba nada, para darle lugar a un espacio que había nacido muerto. Mientras eso sucedía, la policía estatal arremetía contra un grupo de campesinos e indígenas que esperaban tener un diálogo con el gobernador. Única oportunidad que tienen de hablar con las autoridades de su estado ya que, por racismo y despotismo, los funcionarios públicos del gobierno de Cuitláhuac nunca los atienden y los dejan haciendo antesala, sentados en el suelo, días enteros.
Así, campesinos adheridos a la organización RACIMOS resultaron golpeados y algunos detenidos por elementos de la policía estatal, muchos de estos no se sabe dónde se encuentran.
Los primeros reportes señalan que aproximadamente 20 personas fueron agredidas, entre ellas mujeres y jóvenes. Entre los detenidos estaría el líder de la propia organización RACIMOS, quien fuera golpeado salvajemente; así como la síndica del ayuntamiento de Coyutla, Encarnación García Pérez, quien fue detenida y liberada varias horas más tarde.
La Cumbre Tajín, donde el mundo entero tenía puestos sus ojos, se manchó de sangre desde momentos antes de la inauguración. Por eso desde el inicio de las actividades, cuando esperaban miles de asistentes, fueron muy pocos los que llegaron. Había más policías que visitantes. Se esperaba un mínimo de 90 mil asistentes no llegaron ni a 25 mil.
El fracaso de Cumbre Tajín 2020 fue notorio. Los talleres lucieron vacíos, los artesanos expresaron que no hubo ventas. Las gradas donde hubo espectáculos no se llenaron ni a la mitad, los pobladores aseguran que es la peor Cumbre que se haya tenido memoria.
Lo imperdonable es que la protesta campesina tenía como principal objetivo preguntar al gobernador, quien había asegurado asistir, sobre el estado que guardan las promesas del mandatario estatal, sobre los pagos por el desplazamiento progresivo de sus espacios.
Protestaban en la entrada del parque temático Takilhsukut, y los policías de la Fuerza Civil y la montada aventaron los caballos y se abalanzaron contra los integrantes de la Red Autónoma de Campesinos Indígenas, Movimientos y Organizaciones Sociales, cuyo líder, Antonio Hinojosa Saldaña, fue golpeado y detenido, entre otros manifestantes de esta misma organización. La mayoría procedentes de la Huasteca y del Totonacapan. Además, se reprimió a mujeres, que fueron tiradas al piso y otras detenidas por los policías.
El secretario de seguridad Pública, Hugo Gutiérrez, contratado por García Jiménez, fue elegido por estar en Nuevo León, tierra de nadie, donde realizó un trabajo poco menos que mediocre, ahora es el gran represor por órdenes del secretario de Gobierno, Eric Cisneros que no sabe cómo sacudirse los problemas en los que lo mete su jefecito.
Derivado de estos hechos, los diputados federales de Morena, Jaime Humberto Pérez Bernabé y Claudia Tello Espinosa, exigieron al gobernador de Veracruz la renuncia del Secretario de Gobierno, Eric Cisneros, por la agresión que sufrieron en la Cumbre Tajín los campesinos de Papantla, de la organización “Racimos”, por elementos de la fuerza Civil. Pérez Bernabé dijo que es lamentable que el gobierno estatal ponga primero el garrote que el diálogo por parte de Eric Cisneros que engañó a los campesinos de que serían atendidos y no les cumplió.
El estado está lleno de delincuentes y se dedican a reprimir campesinos, mujeres, niños y ancianos desarmados que sólo quieren ser escuchados. Eso es imperdonable e indigna a todo el país.
Después de cinco meses, todavía el gobernador no es capaz de descubrir al asesino del diputado local priista Juan Carlos Molina Palacios, quien fuera asesinado en su rancho Santa Rosa, ubicado en el municipio de Medellín, el también líder de la CNC fue sorprendido por un grupo de sujetos armados. Pero de todo eso el gobernador simplemente sonríe.
Esto muestra que Cuitláhuac escogió muy mal gabinete, que sólo le ha ayudado a hundirse más en la mediocridad y la prepotencia, igual que sus antecesores. Y así convertirse en el principal enemigo de la Cuarta Transformación y del propio presidente de la República, quien lo consideraba alguien capaz y, por lo menos, trabajador.
El manejo de la prensa para convocar a un festival de Tajín completamente amputado por falta de voluntad política y opacidades en el presupuesto fue desgraciadamente un suicidio, porque el numeroso grupo de Comunicación Social no justifica ni su cantidad ni su salario. Nunca se dio la difusión adecuada al evento porque le hubiera puesto más reflectores a la represión del señor gobernador.
Ante tal desencanto la secretaria de Turismo, que pareciera es la que manda en el estado, decidió cerrar antes de tiempo la Cumbre, con el pretexto del coronavirus. La realidad es que no se pararon ni las moscas. El pretexto fue cuidar la salud de los asistentes, pero la gente se pregunta: ¿Cuáles asistentes?
Simplemente cerraron las puertas, nadie dio por concluidas las actividades y sólo hubo pérdidas económicas en un lugar que los artesanos, artistas y miembros de la comunidad cultural y pueblos originarios esperaban para reactivar su economía.
Sólo un escueto boletín de prensa avisó que la peor Cumbre Tajín había concluido, tal vez para siempre. PEGA Y CORRE. – Las compras de pánico sólo generan desabasto, que de llegar a este extremo favorecen a los enemigos del gobierno, quienes esperan con ansias que haya el primer muerto mexicano por coronavirus para decir a los cuatro vientos que ellos tenían razón. Con eso no se juega ni se vale política carroñera. Hay que competir en las urnas… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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