Techo de Cristal del Liderazgo de las mujeres estructurado con discriminación, desigualdad, misóginia, machismo, descalificación del trabajo, acoso sexual, amenazas y persecución.

  • Dan a conocer en San Lázaro la investigación “¿Qué demandan las mujeres en México?”

• Se debe evitar la cultura del victimismo, las mujeres tenemos un poder que el hombre no necesariamente tiene: Secretaria General.

14.03.2023. Ciudad de México.-  En el marco de las actividades que realiza la Cámara de Diputados por el Día Internacional de la Mujer, la Secretaria General Graciela Báez Ricárdez y la Unidad para la Igualdad de Género que dirige Yuriria Guadalupe García Núñez, se presentó la investigación: “¿Qué demandan las mujeres en México? y Mujeres destacadas. Directorio de Liderazgos femeninos”.

​El estudio tiene como finalidad identificar las principales facilidades y obstáculos que en los ámbitos familiares, sociales, educativos y laborales encuentran las mujeres destacadas en su trayectoria, señaló Patricia Gómez Ortiz, directora de Estudios Jurídicos del Centro de Estudios para el Logro de la Igualdad de Género (CELIG).

​Expuso que esta muestra se realizó a 320 mujeres destacadas de las 32 entidades federativas, en los ámbitos cultural, deportivo, científico, académico, empresarial, periodismo y salud, entre las que destacan 10 medallistas paralímpicas.

​Refiere que el 72 por ciento de las mujeres considera que ha tenido mayores dificultades que los hombres en su trayectoria por ser mujer. El 82 por ciento ha tenido menos oportunidades y facilidades que los hombres para el desarrollo de su trayectoria. El 75 por ciento no ha contado con las mismas oportunidades que los hombres en el ámbito laboral.

​Agregó que el 60 por ciento de las mujeres siente que ha ganado menos que los hombres con puestos equivalentes de trabajo que ha tenido a lo largo de su trayectoria, mientras que el 75 por ciento considera que no ha tenido las mismas oportunidades que los hombres en el ámbito laboral.

​A la pregunta abierta sobre sus principales dificultades o barreras que como mujer y líder ha enfrentado en su carrera, disciplina o ámbito de desarrollo, la respuesta principal fue la discriminación, falta de oportunidades, misóginia, machismo, descalificación del trabajo, acoso sexual, amenazas y persecución, así como la maternidad y el hecho de ser muy emocionales para desempeñar labores de liderazgo.

​Respecto a ¿qué demandan las mujeres en México?, los resultados obtenidos señalan que más de la mitad de la población femenina considera que existe desigualdad de oportunidades entre hombres y mujeres a la hora de conseguir empleo, además lo relacionan con el embarazo, la influencia de la pareja y el cuidado de los hijos.

​Además, las tres principales razones de la deserción escolar en mujeres son la falta de recursos, casamiento, embarazo adolescente, acoso de hombres y prohibiciones de sus parejas; en tanto, 38 por ciento de las mujeres se autodefine como plenamente realizada y muy feliz.

​Al respecto Báez Ricárdez, aseguró que, si el 40 por ciento de las mujeres decide ser madres y amas de casa, no es una mala decisión; sin embargo, habría que ver si la toman en completa libertad o son influenciadas.

​La Secretaria General se refirió al victimismo y destacó que muchas veces las mujeres son víctimas de situaciones, pero no necesariamente es así. “las mujeres somos poderosas y tenemos un poder que el hombre no necesariamente tiene, que lo hacemos sentir y lo utilizamos muchas veces”.

​De tal forma, agregó, nos tenemos que hacer responsables de nuestros actos, de lo que nos toca y de nuestra propia vida, de nuestras decisiones y antes de ir a buscar a alguien que responda por nosotras, debemos ser responsables de las decisiones que tomamos para evitar esta cultura del victimismo.

​En su oportunidad, la maestra Aurora Aguilar, directora general del CELIG, cuestionó el hecho de cómo las mujeres se consideran felices, pero los organismos como el INEGI señala que 6 de cada 10 reconocen haber sufrido algún tipo de violencia.

​“Entonces qué pasa, por qué reconocemos que sufrimos violencia, pero al mismo tiempo decimos que somos felices, y esa es una normalización de la cultura de la violencia en la que decimos, pues ya nos tocó vivir así, ya ni modo; y nos vislumbramos que tenemos no sólo el derecho, sino la forma de llegar a vivir una vida libre de violencia”, concluyó.

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