* Procopio habla de la cobardía de estos seres.
/ Procopio /
Al revisar un poco la historia, en tiempos pasados las maniobras que los hombres utilizaban en su relación con sus semejantes resultan muy parecidos a los métodos actuales. Y de la misma manera, pasa con los subterfugios políticos y, por ello, es usual encontrar frases completas, proverbios y dichos que reflejan exactamente, sin mover una coma ni un punto, lo que sucede hoy y solía ocurrir hace mil años.
Por ejemplo, la pésima manía de tirar la piedra y esconder la mano, una expresión que, para entenderla de mejor manera, se puede dividir por la mitad, para que se entienda mejor su significado, del todo metafórico; tirar la piedra es crear una situación de conflicto, crear una polémica, lanzar una acusación, elevar la temperatura de un problema, acosar, bullear o derechamente iniciar una pelea.
En el caso de esconder la mano, se describe el hecho de retirarse, desaparecer, ocultarse, mirar para el lado con cara de perfecta inocencia, no hacerse responsable de la dinámica que se desata ni de las repercusiones haya tenido el lanzamiento del figurado proyectil, como pasaba con la pequeña maldad infantil de tocar el timbre y salir corriendo.
La gente cobarde es especialista en este arte y otros son los hipócritas, frecuentes lanzadores, actuaciones insidiosas para provocar discordia. Si es malo en términos personales, es intolerable en términos políticos y, sin embargo, hay manifestaciones completas y violentas en plena calle producto de tales enjuagues y manipulaciones, con fines de estrategia, con el propósito de mejorar la pesca a río revuelto. Con razón el Dante puso a los sembradores de discordia en el fondo del infierno.