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/ Mar Vicent /
Puede que hayan oído hablar de una encuesta que ha salido estos días que aportaba cierta información sobre la opinión ciudadana en relación con el feminismo y las políticas de igualdad.
Nos cuentan que cuatro de cada diez señores han declarado estar convencidos de que las mujeres han ido demasiado lejos y demasiado deprisa y han aprovechado el tirón para dar la vuelta a la tortilla, dando paso a una sociedad que oprime a los hombres y les niega su derecho a ser iguales a las mujeres.
Por ello se sienten oprimidos, víctimas de una injusticia flagrante e inmerecida. Importante señalar que el perfil mayoritario de varón que comparte esta opinión es el de un joven de 16 a 24 años, votante, en su caso, de partidos de derecha y ultraderecha.
Ninguna feminista que se precie debe afrontar esta encuesta desde la hostilidad o la desacreditación universal del sexo masculino. Sería una grave equivocación y es además parte de la trampa que incluye la afirmación inicial.
Porque sin poner en duda las estadísticas, lo cierto es que hay muchas lecturas posibles de los datos obtenidos, y desde luego, muchas realidades incuestionables, aunque no sean percibidas como tales por cierta parte de la población. Algo tendrá que ver en ello que el 80% de los medios de comunicación sean propiedad de personas cuya ideología comulga bien poco con el feminismo y la igualdad.
Diferente conclusión inicial, leyendo los resultados a la inversa, podría ser que más de la mitad de los españoles opina que la igualdad no ha ido demasiado lejos y no los discrimina, lo que los convierte en apreciados compañeros de viaje en la lucha feminista, con la que comparten un análisis racional de la realidad.
Cierto que el 20 % de la población siente antipatía por el movimiento feminista, pero se enfrenta a un mayoritario 84 % firmemente convencido de que las mujeres aún sufren enormes desigualdades que hay que erradicar.
Y es que la verdad canta, aunque a veces no lo suficientemente alto como para apagar el ruido que algunos hacen. Ellas dedican 43 horas semanales al cuidado del hogar e hijos, ellos 18. Ellas cobran un 18 % menos que ellos, casi 5000 euros.
En 2023 se denunciaron más de 3.500 violaciones, una cada dos horas y hay más de 3.600 niñas con riesgo de sufrir mutilación genital femenina. El sistema Viogen pretende proteger a más de 80.000 mujeres amenazadas por la violencia machista.
El dato mata el relato, como suele pasar casi siempre si logra aflorar, a pesar de que la manipulación y la demagogia consigan calar en los hombres más jóvenes y en los que votan a la derecha cuya ideología, ahora y siempre, nunca ha simpatizado con la causa de la igualdad a pesar de declaraciones hipócritas en los momentos adecuados.
En todo caso, el malestar que manifiestan las jóvenes generaciones de hombres tendría que hacer reflexionar sobre las campañas de educación que proliferan desde las diferentes administraciones, que deberían acertar en el tono y en la forma para sortear el efecto rebote existente en muchos de los que escuchan.
Una actitud que hace imposible la comunicación y menos todavía el cambio ideológico. Un dato optimista es el que señala que casi el 88 % de los varones aprueba que un hombre recrimine a otros comportamientos machistas, porque significa que se advierte la necesidad de hacer campaña por la igualdad entre los suyos y sobre todo hacia los hombres jóvenes, creando modelos de masculinidad diferentes.
En todo caso, no es momento de triunfalismos estériles ni de hostilidades gratuitas, sino de apreciar que más allá de titulares envenenados, el movimiento por la igualdad es imparable e incluye a la mayor parte de la gente de este país.
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