Traficantes de sueños de opio.

Miscelánea, salud y política

 

Judith Álamo López

¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión… que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son: Pedro Calderón de la Barca

Soñé con un México en el que los políticos decían la verdad, en el que la propaganda política estaba regulada por la probanza; en un país donde los funcionarios públicos electos –presidente, gobernadores, diputados, senadores, alcaldes, etc.– eran responsables de sus dichos y si mentían impúdicamente, se les enjuiciaba en la plaza pública, frente al pueblo, como defraudadores contumaces.

Personajes cuestionados presiden los partidos políticos mexicanos hoy en contienda, en la política de alianzas nadie sale incólume, se les adjudican tratos sospechosos, hay quienes han visto sobres amarillos de procedencia ilícita en sus manos, promesas incumplidas, traiciones y acoso denuncian los perdedores de las postulaciones. Bueno, hay a quien acusan de nunca estar en su juicio.

Mientras la llegada de Javier Milei a la presidencia de Argentina se interpreta como presagio de infortunio para América Latina y un salto al vacío para los argentinos, se omite reflexionar sobre el significado que ha tenido para el continente la presidencia del gobierno populista de López Obrador, tan afín a los dictadores y tan alejado del respeto al derecho ajeno y soberano de las naciones.

Como destino manifiesto, los tiempos oficiales del INE llegaron a los aspirantes presidenciales; quienes por fin iniciaron formalmente las precampañas, dos mujeres y un hombre: Claudia Sheinbaum, la aspirante oficialista, postulada por Morena, PV y PT, ofrece construir un segundo piso a la Cuarta Transformación iniciada por López Obrador.

En la oposición se coloca Xóchitl Gálvez, apoyada por PAN, PRI Y PRD, quien decidió lanzarse luego de que el primer mandatario le negara participar en la Mañanera para ejercer su derecho de réplica otorgado por un juez: quería aclarar que ella sí está a favor de los programas sociales y, no sólo eso, de obtener el triunfo en 2024, promete ensancharlos. Encabezará un gobierno de coalición que acabe con la visión machista del poder, la inseguridad y la injusticia, principalmente.

Recién desempacado está el candidato de Movimiento Ciudadano, Samuel García Sepúlveda, quien realmente llega a esta confrontación como una dupla, integrada por él y su esposa, la influencer Mariana Rodríguez, quien le suma influjo en redes, belleza y carisma, al joven norteño corto de discurso y desmemoriado.

García Sepúlveda pese a su meteórica carrera política, apenas llegó a ser gobernador olvidó que había prometido no abandonar el cargo antes de concluir su periodo (2021-2027), pero esto cambió, algunos creen que, por impulso de AMLO, lo que explicaría que Dante Delgado, el presidente de MC, político de la vieja guardia, dejara fuera la posibilidad de que Marcelo Ebrard pudiera contender por ese partido como aspirante presidencial.

El excanciller, luego de un doloroso martirologio tuvo que regresar maltrecho a las filas de Morena, como aspirante derrotado, dijo ser la “segunda fuerza” en ese movimiento, y eso le valió mayor escarnio del líder y candidata triunfadora de su partido. Antes fue ignorado al denunciar las trampas para favorecer el triunfo de Claudia Sheinbaum. Así, la compleja política.

La guerra sin cuartel se inició, los medios han empezado a variar sus posiciones críticas, lo que hace pensar que están fluyendo a las empresas mediáticas los dineros de la propaganda oficialista y quizá otros recursos de procedencia deconocida. En esta cargada se multiplican las acusaciones en falso hacia la opositora, porque las mismas críticas se repiten una y otra vez.

Verbigracia: se señala que Xóchitl Gálvez es de ultraderecha porque apoya el triunfo del argentino Javier Milei, aunque ella se canse de repetir que apoya el cambio democrático, no sus ideas ni puntos de vista.

Cobran vigencia teorías sobre el hartazgo ciudadano frente a gobiernos ineptos que lleva al triunfo de los candidatos histriónicos, populistas de derecha o de izquierda. México no tiene un candidato de esa especie, coinciden analistas. ¡Qué bueno!

Lo preocupante es que tiene a un presidente de esa naturaleza, un hombre carismático que llegó con promesas falsas, las que quería escuchar un pueblo hambriento, ansioso de justicia; un líder que se victimiza todos los días, y acusa a todos (periodistas, empresarios, opositores, etc.) de quererlo acabar.

Un caudillo que no se guía por leyes, sino que se siente encarnación del poder del pueblo; quien promete en 2024, no obstante ser el ocaso de su administración, que consumará su “Plan C”, obtendrá la mayoría absoluta en el Legislativo para hacer su voluntad y cumplirá su anhelo de desaparecer al Judicial. Ya avanzó en evitar  la transparencia –INAI–, y anuló a la Comisión de Derechos Humanos, también casi acaba con los organismos constitucionales, sólo el Ejecutivo podrá ser el todopoderoso.

Por supuesto, si seguimos en esa línea de elucubración lógica, no “podrá” irse porque su pueblo noble y sabio al ver sus mega obras le reclamará su permanencia, por ello empoderó a “su” Ejército, escogió a una candidata simbiótica, la Shein, misma que deberá supeditarse a sus propios intereses de trascendencia, deberá continuar el segundo piso de la transformación de cuarta, antes que acabar con la inseguridad y su ola de destrucción y muerte.

A debate debería ponerse la salud mental de los candidatos a gobernar naciones. En tiempo de precampañas, la política ficción lopezobradorista alcanza grados de pasmo: por decreto presidencial se anunció el regreso del servicio de trenes de pasajeros sobre los18 mil kilómetros de vías férreas que hoy se usan para transporte de carga. Y por qué no, antes de finalizar el próximo mes de diciembre, entrará en funciones la mega farmacia prometida, en Huehuetoca, Hidalgo; esa a la que no le faltará ni un medicamento.

Ambas propuestas son muy ambiciosas, requerirían de un enorme presupuesto no previsto, requieren de un complejo y especializado aparato para operar y  lograr la satisfacción de los usuarios; por lo tanto, son inviables para echarse a andar en los 11 meses que restan del gobierno de AMLO. Suenan a promesas de campaña o sea a sueños de opio.

Aunque los vientos de cambio podrían traer sorpresas en 2024, los mexicanos podríamos votar a favor de continuar por la ruta de la democracia y valorar la libertad que todavía tenemos, podríamos hacer triunfar a la oposición sobre los partidos en el poder. La vieja teoría del péndulo político que hace que los pueblos opten por gobiernos opuestos, se antoja más vigente que nunca.

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