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14.07.2023. Si bien es posible que más personas vivan más que nunca, este aumento en la esperanza de vida va acompañado del desarrollo de enfermedades relacionadas con la edad, como el cáncer o la diabetes tipo 2. Esta es la razón por la que se ha publicado un nuevo e importante informe parlamentario en el Reino Unido, que aboga por una mayor inversión en tratamientos novedosos que retrasen el envejecimiento, en un intento por brindar a las personas cinco años más de vida sana y libre de enfermedades.
La esperanza es que tales tratamientos acorten el período de enfermedad que experimentamos al final de nuestra vida, o extiendan nuestra vida útil total manteniendo el mismo período de enfermedad.
Hasta ahora se sabe que el envejecimiento es causado por nueve mecanismos biológicos, a veces llamados ” características distintivas del envejecimiento “. Para prevenir el envejecimiento en nuestros tejidos, células y moléculas, debemos ser capaces de retrasar o prevenir que ocurran estas características del envejecimiento. Si bien existen numerosos tratamientos que se están investigando actualmente, dos enfoques actualmente son los más prometedores para retrasar el desarrollo de enfermedades relacionadas con la edad.
Medicamentos reutilizados
Un área que los investigadores están investigando es si ya existen medicamentos que puedan combatir el envejecimiento. Este método tiene la ventaja de que ya se han gastado miles de millones de libras para probar la seguridad y la eficacia de estos fármacos y ya están en uso clínico de rutina en humanos. Dos en particular son candidatos prometedores.
El primero es la rapamicina, que se desarrolló originalmente como un inmunosupresor . Pero cuando se toma en dosis bajas, se ha descubierto que prolonga la vida útil de los ratones en alrededor de un 15 %. Esto se acompaña de la desaceleración de múltiples cambios relacionados con la edad , como la rigidez de los tendones y la degeneración del hígado y el corazón. En otros modelos animales, se ha demostrado que retrasa el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Huntington . En humanos mayores, mejora drásticamente la función inmunológica y las respuestas a la vacunación .
La rapamicina retrasa el envejecimiento al inhibir la proteína mTOR , que regula el proceso de producción de proteínas en las células. Inhibirlo permite que las células reciclen las proteínas dañadas en lugar de permitir que se acumulen. Normalmente, mTOR permite que estas células proteicas dañadas se acumulen porque requiere menos energía para que las células continúen construyendo más proteínas nuevas en lugar de reciclar las viejas. Pero esta acumulación de proteínas en las células puede significar que las células no funcionan tan bien como deberían. La inhibición de mTOR puede permitir que las células continúen funcionando correctamente.
El segundo medicamento prometedor es la metformina. Con licencia original para tratar la diabetes tipo 2 , los investigadores notaron después de décadas de uso que los pacientes que lo tomaban tenían tasas más bajas de muerte y enfermedad que los que no lo hacían, independientemente de su diabetes.
Los datos de una variedad de estudios realizados en células, animales y seres humanos muestran que la metformina actúa suprimiendo la inflamación causada por las células senescentes . Una célula entra en senescencia como resultado del estrés, como el daño a su ADN. Luego, estas células dejan de dividirse como defensa contra el cáncer, pero la inflamación continua que causan desencadena una remodelación crónica y destructiva del tejido, similar a la cicatrización. A medida que estas células se acumulan en los tejidos del cuerpo, provocan o exacerban enfermedades y problemas del envejecimiento, como enfermedades cardiovasculares, cáncer, deterioro cognitivo e incluso arrugas.
Una caja de tabletas de metformina.
El medicamento para la diabetes puede detener la inflamación de las células senescentes. Robbie M/Shutterstock
La metformina también mejora el reciclaje de proteínas y mejora la función mitocondrial. Esto es fundamental para la capacidad de una célula para generar energía y llevar a cabo un metabolismo normal. Esta es la razón por la cual el fármaco está programado como un candidato clave en los ensayos clínicos .
Senolíticos y senomodificadores
Otra categoría de fármacos que se están desarrollando actualmente son los senolíticos y los senomodificadores. Estos tienen como objetivo matar o modificar el comportamiento de las células senescentes. Esto evitaría que estas células se acumulen en el cuerpo y podría retrasar el deterioro físico relacionado con la edad.
Se ha descubierto que estos medicamentos, incluidos compuestos como dasatinib , navitoclax , quercetina (que se encuentra en muchas frutas y verduras) y fisetina (que se encuentra en las fresas), matan las células senescentes.
Los fármacos senolíticos ya se han mostrado prometedores en el tratamiento de la enfermedad renal diabética y la fibrosis pulmonar idiopática , ambas enfermedades relacionadas con la edad causadas en parte por células senescentes. También hay evidencia de que el resveratrol (un compuesto que se encuentra en las uvas) revierte la senescencia celular .
Muchas células humanas entran en senescencia cuando pierden sus telómeros, las tapas protectoras en los extremos de los cromosomas. Hasta ahora, dos compuestos se han mostrado prometedores en la activación de la enzima telomerasa de reparación de telómeros, evitando el acortamiento telomérico. En última instancia, esto evitaría la formación de células senescentes en primer lugar. También se ha demostrado que uno de estos compuestos prolonga la vida saludable en ratones hembra y ahora está entrando en ensayos clínicos para ver si es eficaz para revertir el envejecimiento del sistema inmunitario en humanos.
Desafíos
A pesar de estos desarrollos, todavía quedan muchas preguntas por responder a los investigadores. Por ejemplo, todavía no está del todo claro si las alteraciones del epigenoma (que regulan la actividad de un gen) provocan el envejecimiento o son causadas por él. Si estos cambios son la causa del envejecimiento, entonces actualmente tenemos poca capacidad para alterarlos, aunque la investigación en curso de este proceso en animales puede darnos pistas sobre cómo funciona el proceso en humanos.
La evolución en sí misma también puede ser una barrera para el desarrollo de terapias. Hasta ahora, muchas terapias solo han demostrado ser efectivas en animales con historias evolutivas muy diferentes a las de los humanos . Peor aún, la mayoría de los compuestos identificados solo alargan la vida en un sexo pero no en el otro. Esto podría deberse a las diferentes presiones evolutivas que operan en los genomas masculino y femenino. Si es así, comprender mejor estas presiones puede proporcionarnos pistas para el desarrollo de tratamientos más efectivos. Pero no lo sabremos con certeza hasta que los tratamientos estén en ensayos con humanos.
