/Yamiri Rodríguez Madrid /
Si creíamos que las aguas del pleito entre el coordinador de los senadores morenistas, Ricardo Monreal Ávila y el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, finalmente se iban a calmar, estábamos equivocados. Luego de que la Fiscalía General del Estado (FGE) tuviera que aceptar las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en torno a la detención de 6 jóvenes en Xalapa por el delito de ultrajes a la autoridad, otra vez se arma un remolino.
La mañana de este miércoles, a través de un escueto comunicado, la FGE informó que había aceptado y realizado las acciones inmediatas tendientes al total cumplimiento de la recomendación 146/2021, “de manera proactiva como un acto de coherencia para subsanar las irregularidades señaladas en la referida recomendación”. Pero esto, lejos de apaciguar los ánimos dentro de las tribus morenistas, provocará un revire, tal y como ha venido sucediendo.
Pese a las críticas por el número de detenciones y arbitrariedades bajo la figura de este delito, la Fiscalía continuó con sus detenciones de manera masiva, como diciendo: me vale.
Curiosamente un día antes de que la FGE aceptara dichas recomendaciones que se habían dado a conocer la semana pasada, circuló la versión de que un grupo de senadores busca destituir a Monreal, además de la nota sobre los jugosos sueldos que toda su parentela cobra de puestos públicos: más de un millón de pesos mensuales en familia.
En todo esto no hay que perder de vista dos aristas: la primera es que desaparecerlo debe ser analizado a conciencia pues también a diario los elementos de seguridad y procuración de justicia arriesgan la vida y sufren la violencia, aunque nuestras autoridades pareciera la han usado con otros fines.
Y la segunda es que esta es una discusión que para la mayoría de la población resulta estéril, que se volvió casi un tema personal para ellos, una luchita de poderes en medio de un crisis nacional y estatal que nada le deja a los veracruzanos.
@YamiriRodriguez
