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26.01.2025 Culiacán Sinaloa-.- Miles de habitantes del Estado de Sinaloa, salieron a las calles multitudinariamente en la capital del estado para exigir la renuncia del Gobernador Rocha Moya, denunciar la corrupción que impera en su gobierno y para demandar la paz para esa entidad, que ha sido impactada por la violencia del crimen organizado ante lo que consideran, omisión, colusión o ineficacia de los tres niveles de gobierno.
La multitud marchó vestidos de blanco, arengando fuerte y claro ¡Fuera Rocha! ¡Fuera Rocha!, reclamando a la autoridades que más allá de sus discursos que consideran “falaces”, se ponga fin a la ola de violencia que ha cobrado la vida de cientos de personas, entre ellos menores de edad, otras decenas de personas desaparecidas y un daño patrimonial incalculable, desde el pasado mes de septiembre.
Los manifestantes se trasladaron al Palacio de Gobierno para exigir la presencia del gobernador a fin de escuchar las exigencias de la población.
Por segunda ocasión, miles de personas protestaron en una marcha en Culiacán, para exigir justicia luego de los homicidios de los hermanos Alexander y Gael, menores de edad que fueron arteramente acribillados junto a su padre, en una agresión armada contra la familia que viajaba en un vehículo.
Cientos y cientos se concentraron frente a la emblemática Catedral de Culiacán, para repudiar al gobernante sinaloense Rubén Rocha Moya y los hechos de violencia cotidianos que se han registrado en los últimos cuatro meses convirtiendo a Culiacán en una capital ensangrentada, atentando hasta contra las infancias y adolescencias, matándoles o reclutándoles forzadamente.
Ante el letal escenario la mega manifestación fue convocada por el hartazgo ciudadano de la inseguridad, lo que se reflejó en las arengas y cientos de pancartas con mensajes de justicia y paz pero, particularmente, la imperante consigna de que se remueva al gobernador Rubén Rocha Moya, involucrado en reportes periodístico y declaraciones de presuntos testigos, en el homicidio de Héctor Cuén y la emboscada al Mayo Zambada.
En menos de tres días, por segunda ocasión, la ciudadanía sinaloense compuesta por mujeres, hombres, adolescentes, niñas, niños, familias completas arengaron al unísono un enérgico reproche a las autoridades para que actúen en la crítica emergencia que ha desbordado a Culiacán, Mazatlán, y municipios aledaños, con masacres sanguinarias y en contra la población civil, como ocurrió en el brutal asesinato de los menores Alexander, de 9 años, Gael, de 12, y su padre Antonio de Jesús.
Las y los inconformes que poblaron las calles este domingo en una ola blanca de protesta pidieron un real esfuerzo de la seguridad pública, abatir la impunidad con investigaciones exhaustivas que permitan encontrar a los responsables de los homicidios y desapariciones, y el castigo penal por las atrocidades que cometen, además de la renuncia o remoción del Gobernante, que reiteran, ha sido señalado por sus vínculos con el crimen organizado inmersos en una narco guerra por la traición al Mayo Zambada.
El crimen organizado ha desbordado los “esfuerzos” de los gobiernos, particularmente del federal, instancia que alega haber enviado a cientos de efectivos y pese a que el Secretario de Seguridad Omar García Harfuch se ha instalado una temporada en el sitio más letal para la población civil de México, no dan resultados.
Durante la narcoguerra entre las dos facciones de los carteles de Sinaloa (mayiza y chapiza) se han reportado cientos de víctimas mortales y decenas de desapariciones, además de un aumento en el robo, quema de vehículos y casas así como otros daños patrimoniales.
La manifestación culminó con un llamado enérgico dirigido a las autoridades estatales y federales, exigiendo acciones contundentes y no solo discursos que solo dejan más civiles inocentes muertos.
La gente de Sinaloa organizada en torno a lideres emergentes han advertido que las marchas son sólo el inicio de más acciones de protesta que se extenderán en todo Sinaloa si los niveles de gobierne no realizan acciones significativos para alcanzar la paz .
