*CAFÉ DE MAÑANA .
/ Por José Luis Enríquez Ambell /
Las agresiones que suceden en el terreno de juego, entre verbales y físicas, han escalado a las gradas y los pasillos en los estadios de fútbol de la Liga Mx e incluso hasta en las calles y avenidas aledañas.
Algunas ocasiones las agresiones verbales entre jugadores ha invadido a las áreas de los entrenadores como el cuerpo técnico de los equipos, pero han venido presentándose golpes, empujones y patadas más allá de los mismos futbolistas.
Estos insultos verbales llegando a las agresiones físicas pone en riesgo a la convivencia de las familias de todas las edades dentro y fuera de los estadios deportivos.
Autoridades civiles como deportivas no deberían dejar aumenten estas diferencias entre los actores en torno al fútbol o de lo contrario ante los niveles de inseguridad y violencia que han crecido en el país, los aficionados enojados por no ver ganar a su equipo favorito, estarían por desatar esa frustración que ocasiona la derrota, en mayores niveles de violencia.
Los campos de juego y los escenarios futbolísticos como deportivos no son arenas para guerreros y gladiadores.
Hace unos días en uno de los estadios sede de la próxima copa del mundo en 2026 en Monterrey Nuevo León, posterior al encuentro entre rayados y Pachuca, un seudosficionado regio agredió a uno de los Tuzos, pero por si fuera poco, afuera del estadio llamado “el gigante de acero”, un grupo de barristas del equipo local, patearon y golpearon a otro aficionado rival.
Desde hace un tiempo, los insultos y las agresiones físicas ya no sólo se viven en el terreno de juego y entre profesionales, en términos deportivos. Ahora, el fútbol mexicano enfrenta incidentes donde “aficionados” desde “la tribuna”, han superado la violencia verbal de la cancha.
Las campañas de concientización con las que se intente atajar este desajuste social – sobre todo de las televisoras y dueños de los derechos de transmisión de los juegos y de algunos equipos de fútbol – no están siendo efectivas, razón que implicaría que las autoridades municipales de los estadios sedes, refuercen las medidas de control y contención antes de que esto termine peor.
En los últimos años, y casi cada fin de semana, se presentan en los estadios de fútbol en México una multitud de episodios violentos en torno al fútbol profesional, más allá de los insultos verbales y pasando a las agresiones físicas entre jugadores en el terreno de juego, y que han escalado a las tribunas y, de ahí, que los jugadores, directores técnicos, entrenadores y árbitros como cuerpos directivos de las escuadras deberían poner mayor atención para cuidar el espectáculo familiar, pero sobre todo evitar daños físicos a las personas de todas las edades.
Los especialistas en psicología y sociología recomiendan revisar y atender estos hechos que calientan el ambiente social fuera de lo deportivo, pues de por si hay deportes como es el fútbol que ya de por sí está cargado por la presión que despierta y que tiene muchos intereses comerciales y económicos.
DE SOBREMESA
Esperemos que las autoridades de la Federación Mexicana de Fútbol y las empresas televisoras intervengan ante el violento crecimiento de los ataques verbales a físicos de algunos aficionados, que además de surgir de la calentura del juego entre jugadores ya ha llegado a las bancas de los mismos equipos, subido a tribunas y que se ha trasladado a las calles.
UN CAFÉ LECHERO LIGHT
Accionar castigos ejemplares será mejor que esperar lamentaciones ante riesgos en el futuro.
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
Los “aficionados” de Rayados del Monterrey y que atacaron a padre e hijo después del juego entre regios contra Pachuca,- hace unos días,- nos debe alertar a todos como sociedad en torno a la violencia en los estadios deportivos y fuera de ellos.
En las redes sociales difundieron un video en el que se observa a dos personas tendidas en la calle mientras eran agredidas por aficionados con playeras de los rayados, y lo peor es que los agredidos – padre e hijo – ni siquiera habían acudido al Estadio de Fútbol BBVA sede del Monterrey.
Las fracturas en el pie y pómulo así como lesiones en el rostro y cuerpo – con la necesidad de cirugía según lo reportan algunos medios – son una de las razones para no dejar que estos hechos pasen desparecidos.
UN CAFÉ CON PILONCILLO
Aunque las agresiones verbales en el campo de juego desde las tribunas resultan a veces muy futboleras, pero transformarse en agresiones físicas hacia las personas que asisten o transitan por los estadios deportivos, ya es otra cosa.
¡ES CUANTO!
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