“VIOLENCIA VICARIA, LA LETAL OBSESIÓN POR EL DESQUITE”

**HEMISFERIOS –

/ Rebeca Ramos Rella /

A las madres y a sus hijas e hijos que hoy, siguen sufriendo, confrontando el rencor y el ego machista, en un desigual juego de vencidas.

¿Te separaste o divorciaste y ahora él, como despiadada revancha, te amenaza con quitarte o llevarse a tus hijas e hijos? ¿Les manipula contra ti? ¿Las y los esconde, les pega, les lastima para herirte más? ¿Ha sobornado a autoridades para ganarte la batalla en juzgados? ¿Sientes que quiere aniquilarte haciéndoles daño a tus hijas e hijos? ¿Tienes roto el corazón, el ánimo y la economía por esta guerra para controlarte y someterte? No temas. No estás sola.

VIOLENCIA VICARIA. DEFINICIÓN Y DESCRIPCIÓN

En 2012, la psicóloga clínica especializada en victimología, Sonia Vaccaro, argentina y residente en España, fue la primera persona en el mundo en acuñar el concepto de Violencia Vicaria cuando, en una entrevista, profundizó sobre las graves repercusiones contra las madres y sus hijas e hijos, víctimas de violencia doméstica, quienes al momento de un divorcio o de una separación y, después, durante los juicios de custodia, empezaban a padecer una dinámica terrorífica de venganzas, agresiones, amenazas y miedo, usualmente generadas por los padres y su obsesión por el desquite.

La Dra. Vaccaro definió a esta nueva modalidad de violencia contra las mujeres y niñas, niños y adolescentes, como la violencia ejercida contra las hijas y los hijos con el único perverso propósito de herir, dañar y enloquecer a la madre, mediante interpósita persona.

Además de la muerte por feminicidio, nada puede lastimar más a una mujer como la agresión que se puede infligir sobre sus descendientes. El padre, dolido en su orgullo, recurre al extremo, usando a sus hijas e hijos como carne de cañón, para llevar a cabo una vendetta contra la madre; incluso hasta causarles la muerte y ensañarse más aún, con sus cadáveres.

Por esto, la violencia vicaria es así de cruel; es un ataque directo, seco e implacable contra el corazón, la sensibilidad, la estabilidad emocional y mental y, contra la entraña del ser madre

De esta forma deleznable, el agresor hace valer el dominio y el control sobre su ex mujer, alardea de su venganza y de su victoria, sobre alguien que considera inferior y que, por ende, al no someterse, tiene que ser castigada a través de terceras personas, con toda la saña y el aborrecimiento, posibles.

Así, la violencia vicaria no es más que otra de las manifestaciones del odio de los hombres contra las mujeres por ser mujeres y con derechos. Es la destrucción interna de la mujer detestada, al amenazarla con sustraerle a sus hijas e hijos, al secuestrarles y desaparecerles, al matarles, al ponerles contra su madre y forzarles a estar con él, revictimizándoles.

Sin duda, el daño a madres, hijas e hijos es monumental; tanto, que desata la depresión, ansiedad, regresiones psicológicas, emocionales y físicas; también, ideas e intentos suicidas y el síndrome de estrés post traumático.

De lo anterior, ya podemos detectar bien, cómo millones de mujeres y sus familias, han sufrido violencia vicaria por siglos, sin nada que las ampare, proteja ni prevenga, ya que esta violencia hasta 2012, sin nombre ni definición, ha sido normalizada por una sociedad que todavía revictimiza a las mujeres por separarse del agresor, independizarse y exigir respeto y garantías a sus Derechos Humanos.

Tras 10 años de impunidad, afortunadamente ya se ha venido visibilizando, ya se han iniciado procesos de legislación al respecto, en el mundo y en México. Pero falta mucho camino por andar para tipificar a la violencia vicaria como un delito grave de violencia contra las mujeres y niñas, niños y adolescentes.

LA RADIOGRAFÍA

Echemos un vistazo a la radiografía de la violencia vicaria que colectivas y diversas organizaciones sociales, como el Frente Nacional Contra la Violencia y en Veracruz, las Madres Activistas han visibilizado y difundido y que nos revela vasta información disponible para el análisis y la formación de opinión, porque, cabe comentarlo, en México se ha desatado un intenso debate en la materia, sobre todo, por parte de grupos, especialistas y asociaciones civiles que consideran que, en el caso de que la violencia vicaria se tipifique como delito y se logre legislar sobre sanciones, esto significaría “revictimizar, estereotipar, vulnerar los derechos de los hombres”. Veamos:

Según la Encuesta Nacional a Víctimas, en su segunda entrega, de mayo de 2022, elaborada por la empresa Altermind, las diferencias entre la situación actual de las víctimas y los agresores, en cuanto a los recursos financieros, legales e institucionales de los que disponen estos últimos, son abismales, ya que, en su mayoría, las madres víctimas no generan recursos propios para mantenerse tras un divorcio o separación y del total, el 34% urge requerir de apoyo económico, debido a que sus ingresos no son suficientes para cubrir sus gastos y menos para pagar el proceso judicial que se vuelve eterno en su lentitud.

En la otra cara de la moneda, 9 de cada 10 agresores pueden contar con formas para bloquear los procesos legales de las víctimas y/o los recursos que pudieran favorecer los fallos. Ellos, los padres, siempre llevan ventaja mediante el tráfico de influencias en un 58%; para el alargamiento del proceso legal, en un 67%; y en poder económico, en un 81%. Así que la desigualdad sustantiva ante la ley, se entrona con los recursos y trampas de los agresores, sobre las madres que poco o nada tienen para poder defenderse.

En su desesperación, las madres violentadas, pueden llegar a perder su empleo, si es que lo tienen, ya que, acorde a encuestas, ellas deben invertir hasta 15 horas de sus días interminables, para enfrentar los procesos legales en su contra, puesto que se reporta que, 9 de cada 10 agresores, inician trámites legales contra ellas.

Aunado a este panorama trágico y desgastante en lo jurídico y en lo económico, las madres confrontan, además, una escalada de afecciones emocionales, psicológicas y físicas. Los abusos, la presión social, cultural y familiar y los estereotipos sexistas se erigen por doquier de las madres que sufren día a día.

Así, el 89% de las entrevistadas declararon sufrir daños psicológicos y emocionales; el 60% de ellas declaró padecer miedo y el 23% contestó afirmativamente sobre intentos de suicidio.

En México, hay 34.7 millones de hogares, de los cuáles 28.7% son encabezados por mujeres. Acorde al reporte de Información sobre violencia contra las mujeres y de Incidencia delictiva y llamadas de emergencia 911 del 31 de octubre de 2022 del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el total nacional de llamadas de emergencia por violencia familiar, ascendieron de enero a octubre, a 511 mil 588, de las que 21 mil 027 son de Veracruz, que ocupa el octavo lugar en el país.

Según la organización México Evalúa, existe una impunidad de 97.1% en violencia familiar y en la ENDIREH 2021, se reporta un alarmante 63.3 como la tasa de prevalencia de violencia familiar contra las mujeres, en sus hogares, donde la violencia psicológica sube al 62.4; la violencia física al 16.2 y la económica 16.1.

Por otra parte, la prevalencia de violencia de la pareja actual o última contra las mujeres de 15 años y más por tipo de violencia y periodo de referencia, en total es de 39.9, de las que sobresalen, a lo largo de la relación, las violencias, psicológica, con 35.4; económica con 19.1; física con 16.8. En este rubro de violencia de la pareja contra las mujeres, durante toda la relación, la media nacional de prevalencia es de 39.9 y Veracruz la supera con 42.7.

Ahora, el 78.3% de las mujeres de 15 años y más que experimentaron violencia física y/o sexual por parte de su pareja actual o última, no presentó denuncia, ni queja, ni solicitó apoyo.

En la terrible problemática de violencia contra niñas, niños y adolescentes, el Informe que presentó en mayo pasado, la organización global World Vision Mexico, para Veracruz, reportó que el 75% de las y los menores entrevistados perciben a “su casa” como el espacio con mayor violencia en su contra.

Pese a que, a nivel nacional, aún no existe una base de datos de casos de violencia vicaria, porque recién este año 2022, se iniciaron los procesos de legislación en la materia, el Frente Nacional contra la Violencia Vicaria ha denunciado que, en Veracruz, los casos ascienden al 2.8%, pero seguramente son muchos más.

AVANCES Y ACCIONES

Indudables son la persistencia, la capacidad de visibilización y difusión que las madres del Frente Nacional contra la Violencia Vicaria han desplegado intensamente desde hace tiempo, para que se legisle en la materia; pero sobre todo, para que se comprenda y se acepte que, efectivamente la violencia vicaria es un delito que agrede hondamente la dignidad humana y las libertades fundamentales de las mujeres y de niñas, niños y adolescentes, porque trasgrede sus Derechos Humanos.

En esta cruzada, las madres víctimas han logrado que varias legisladoras y legisladores, locales y federales tomen su reclamo, sin importar posturas partidistas y protagonismos de falso compromiso, para avanzar en la legislación necesaria, indispensable y de imperiosa emergencia, tanto en el Congreso federal, como en los Congresos locales y en el Senado de la República.

Así, es de destacar que, con base a mi investigación, a la fecha, la violencia vicaria se ha tipificado como delito y se ha incorporado en los textos de las leyes homólogas estatales a través de modificaciones y adiciones en las Leyes de: Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de violencia; Para prevenir, atender y erradicar la violencia contra las Mujeres; en las de Asistencia y Prevención de la violencia familiar; en Códigos Penales, Civiles y Familiares y también, en las leyes estatales de Protección y de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.

APROBADA COMO DELITO

A la fecha, en 12 entidades ya se han aprobado por unanimidad, en sus respectivos Congresos locales, las modificaciones correspondientes a Iniciativas de reformas presentadas por diversas fuerzas políticas. Aquí las entidades y las y los diputados locales iniciantes de distintos partidos políticos: Sinaloa, PRI y Partido Sinaloense; Baja California Sur, PT; Quintana Roo, PAN; Yucatán, MC; Zacatecas, Morena, que lidera el proceso de aprobaciones legislativas; Estado de México, varias Iniciativas del PAN, PRI, Morena y PRD; Hidalgo, PRI; Puebla, PT, San Luis Potosí, Redes Sociales Progresistas; Guanajuato, Ciudad de México, Morena, PRD, PAN y PRI, Tamaulipas, PRI. En estos dos últimos Congresos locales, recién este 30 de noviembre, fueron aprobadas.

En estas entidades, se ha tipificado el delito de violencia vicaria, como un tipo de violencia infligido exclusivamente contra las mujeres; la definen como: Daños físicos o psicológicos que el hombre ejerce con la finalidad de perpetrar un daño a la mujer con quien mantiene o ha mantenido una relación y con la que tiene hijas o hijos en común.
Se establecen diversas sanciones penales que van desde los 8 a 10 años de prisión para el agresor, hasta limitaciones para el padre violentador, en la guarda y custodia y/o la convivencia con las y los menores. En otras, se contempla la pérdida o suspensión de los derechos que el padre tenga, respecto de las víctimas directas e indirectas, es decir, madres y descendientes, incluidos los de carácter sucesorio, como la patria potestad de hijas e hijos.

Se prevén agravantes en las penas si se incurre en daño físico a las víctimas indirectas, o bien, en aquellos casos en que la familia de quien agrede, incurra en complicidad o haya ejercido algún tipo de violencia en contra de la madre.

PENDIENTE DE APROBACIÓN

Por otra parte, hay Iniciativas legales presentadas que siguen en estudio para dictaminación, en el seno de las Comisiones legislativas respectivas en 7 estados, como: Querétaro, Baja California, Oaxaca, Tabasco, Morelos, Michoacán, Guerrero.

Es de resaltarse que, la primera Iniciativa de reformas a la Ley estatal de Acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, para tipificar la violencia vicaria se presentó en el Congreso local de Tabasco, hace año y medio, el 23 de junio de 2021, a cargo de la Diputada local Ingrid Margarita Rosas Pantoja, del PRI, pero sigue sin dictaminarse ni aprobarse.

En el Congreso de Jalisco, la Iniciativa presentada, ya fue aprobada en la Comisión Igualdad Sustantiva y de Género, a finales del mes de agosto pasado, pero está a la espera de pasar al pleno para su debate y eventual aprobación.

A NIVEL FEDERAL

En la H. Cámara de Diputados, fueron las y los legisladores del PAN quienes innovaron el 10 de marzo de 2022, con la primera Iniciativa presentada para tipificar la violencia vicaria y reformar la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Posteriormente, el Partido Verde presentó otra Iniciativa de modificaciones a la misma Ley General, el 5 de mayo del presente.

De ahí, tanto los Partidos del Trabajo, como Morena, presentaron otras Iniciativas similares, el 20 de julio y el 10 de agosto, pasados, respectivamente.

No obstante y dada la intensidad y polémica en la discusión nacional entre personas expertas, asociaciones civiles, colectivas, madres y padres y, de cara a la diversidad de Iniciativas legales presentadas, el Congreso de la Unión decidió, a través de la Comisión de Igualdad de Género, convocar al Parlamento Abierto, celebrado el 20 de junio de este 2022, a fin de darle voz y escuchar todas las visiones y propuestas de la sociedad civil organizada, juristas, familias y especialistas en violencias de género contra las mujeres, contra niñas, niños y adolescentes.
Comparto el link para mayor análisis y conocimiento:

Por su lado, en el H. Senado de la República, la Senadora Martha Lucía Micher Camarena, de Morena, presentó el pasado 13 de junio, la Iniciativa para reformar y adicionar diversas disposiciones de la Ley general de Acceso de las Mujeres a una vida libre de violencia y del Código Civil federal, en materia de violencia a través de interpósita persona, es decir, a través de terceras personas (violencia contra mujeres a través de daños a sus hijas e hijos).

Todas esta Iniciativas presentadas a nivel federal, aún se encuentran “en estudio” en las Comisiones legislativas competentes. ¿Por qué no se han discutido ante los Plenos de ambas Cámaras y por qué no se han aprobado? Este es el quid de la cuestión.
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EL DEBATE

Otro caso a resaltar, es lo que se aprobó el 26 de agosto pasado, en el Congreso local de Quintana Roo donde, al votar la propuesta en el Pleno de la Legislatura, se discutió otra versión, en la que las y los diputados locales coincidieron en reconocer a la violencia vicaria infligida tanto contra madres como a padres, asumiéndolos como víctimas de maltratos psicológicos, físicos y demás actos como la privación de la libertad y de la vida, de sus hijas e hijos. Se remarca que, en el caso de que sean las madres las afectadas por violencia vicaria, ésta sea una agravante a la hora de imponer la sanción.

Esta interpretación que hicieron en el Congreso local de Quintana Roo ha desfogado una intensa crítica por parte de feministas, expertas y colectivas de madres víctimas, ya que, hay que precisar que, todas aquellas acciones generadas por parte del padre, contra la madre y sus hijas e hijos, se configura como VIOLENCIA VICARIA que es un tipo de violencia de género contra las mujeres.

A juicio de especialistas, cuando se voltean los roles y se trata de lo que, ciertamente los padres padecen con sus hijas e hijos por parte de sus exparejas mujeres, que se da, que existe y que no se puede negar, se llama de otra forma distinta y que es, lo que las y los abogados denominan como “alineación parental”, que ya está tipificado en las legislaciones locales y federal, respectivas.

Lo ocurrido en Quintana Roo, destapa la polarización de opiniones al respecto de tipificar la violencia vicaria, sólo como un delito contra las mujeres que, genera además severas afectaciones a menores de edad, ya que colectivos, padres de familia, juristas y psicoterapeutas coinciden en que, al imponer sanciones sólo a los hombres y tipificar el delito sólo para la protección de las mujeres, se podría estar incurriendo en una “criminalización de los hombres” y, también, se alega que sería una reforma discriminatoria contra los padres de familia.

De aquí que, por lo pronto, se debate en que sólo se modifiquen las Leyes de Acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, los Códigos Civil y/o Familiar, en sus versiones estatales y federal, únicamente para definir a la violencia vicaria, pero cuando se trate de tipificarla como delito y se mandaten sanciones dentro de los Códigos Penales, estatales y federal, la ambigüedad predomina.

Ahora, cierto es que de nada sirve tipificar el concepto y la descripción de la violencia vicaria en las Leyes y Códigos mencionados, si no se sanciona en los Códigos Penales estatales y federal, a los agresores, porque bien sabemos que, sin sanción, no se previene ni se inhibe la comisión de este tipo de violencia de género contra las mujeres y, peor, no se les estarían dando herramientas a juristas y jueces para proceder y sentenciar.

En este punto, es evidente que por estos elementos de falta de consenso, varias Iniciativas presentadas en los estados, siguen pendientes y algunas, que están en el tintero o cocinándose en la consulta y participación ciudadana, sin haberse presentado ante los Plenos de los Congresos locales, como es el caso de Veracruz, se encuentran “a la espera” de lo que resulte más pertinente, sobre todo, de lo que decidan los grupos parlamentarios mayoritarios, tanto en la H. Cámara de Diputados, como en el H. Senado de la República.

EN VERACRUZ

El Colectivo de Las Madres Activistas de Xalapa, otras colectivas feministas como la Remufever, la Comisión AMIVER, Mujeres transformando vidas A.C., Feminaria A.C., expertas, juristas, grupos de mujeres organizadas y las madres del Frente Nacional contra la Violencia Vicaria difunden, orientan, sensibilizan y han visibilizado este tipo de violencia contra las mujeres que es añeja si no, milenaria. Por esto, reclamamos que pronto ya se tipifique en nuestra legislación vigente, tal como lo hicimos saber y planteamos a las y los diputados del Congreso del Estado, en el Conversatorio “Hablemos sobre la Violencia Vicaria y el Interés Superior de la Niñez. Hacia las reformas legales”, impulsado por las colectivas y realizado el pasado 24 de junio, en la sede legislativa, gracias a la voluntad política de algunas diputadas.

Si bien varias legisladoras locales, tanto de los partidos de oposición, como del partido gobernante, en réplica genuina a sus homólogas de otras entidades, coinciden en que se debe legislar ya, al respecto de la violencia vicaria en Veracruz; que se debe contar con una base de datos de los casos y sobre todo, de los casos de larga data para darles atención pronta, la realidad es que el tema de las sanciones en el Código Penal veracruzano, es lo que está deteniendo la presentación, discusión, análisis y dictaminación de una Iniciativa de reformas.

Las feministas y especialistas, pero más que nadie, las víctimas madres y sus hijas e hijos, esperamos que la Iniciativa se presente, porque ya está redactada y guardada; queremos que sea conjunta y producto de la consulta ciudadana, del acuerdo y de la responsabilidad política, social y de conciencia de género de las y los diputados de las fuerzas políticas representadas en el Congreso del Estado.

Planteamos que esa Iniciativa se aleje de partidismos que confrontan, de protagonismos inertes, de condicionamientos a tiempos electorales y de negociaciones políticas de las élites que hoy, están dejando en el desamparo legal a las madres veracruzanas y a sus hijas e hijos, frente a este crimen.

Nadie tiene por qué pelear en absurda rebatinga partidista ni individualista, el monopolio de las Agendas estatal y legislativa de los Derechos Humanos y de los Derechos de las Mujeres, Niñas, Niños y Adolescentes, porque los derechos no se negocian, se ejercen y se garantizan y porque las banderas y las causas que empuña el legítimo reclamo ciudadano del respeto a nuestros derechos y libertades fundamentales, pertenecen a todas las personas, no a facciones, ni a oportunismos de falsos feminismos, ni a partidos políticos.

Nadie tiene razón cuando exige exclusividad para adueñarse del privilegio de impulsar, proponer o presentar una iniciativa de reformas o de ley, sobre un asunto de máxima prioridad para la sociedad y de estricto interés general, como el goce de los Derechos Humanos, sólo porque a su partido, a su personalismo, ego o interés particular, conviene. La política de altura abre la oportunidad de construir consensos y esto es lo que se demanda desde la sociedad civil organizada.

La Iniciativa de reformas en materia de violencia vicaria en Veracruz, considero y propongo, debe ser producto del análisis, debate y consenso de las víctimas, las colectivas, las personas expertas y de las y los legisladores locales, mediante la convocatoria a un foro ciudadano de gobernanza legislativa.

Ante estos recovecos, vale remarcar que en el Conversatorio citado, en redes sociales, en encuentros y en múltiples reuniones de trabajo, durante meses, las víctimas siguen exigiendo justicia sin distingos, respeto y garantía de sus Derechos Humanos y penas implacables para los agresores quienes, mientras las y los diputados locales deciden qué hacer, cómo y cuándo, las siguen amedrentando, manipulando, lacerando y reventando por todo ángulo de sus vidas, con la necedad obsesiva del cruel y letal desquite.

En Veracruz, tras la separación o divorcio, las madres y sus hijas e hijos padecen bajo el miedo, la incertidumbre y el dolor inmenso causado por siglos de machismo, misoginia, violencias contra las mujeres y la “cultura” patriarcal que persiste en los mandatos sociales que dictan todavía, que las mujeres debemos quedarnos calladas, aguantarnos, agacharnos, someternos y tolerar todo tipo de violencias, odios, venganzas y denigración, sin defendernos ni inconformarnos.

La violencia vicaria existe y está hiriendo a las familias. Debe atenderse, prevenirse y sancionarse, para poder ser erradicada. Ojalá, pronto haya buenas noticias. Diputadas, diputados, ustedes tienen la solución en sus manos.

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