* Antes de la pandemia ya había 130 millones de niñas fuera de la escuela a nivel mundial y se estima que este año 11 millones están en riesgo de no volver al colegio a causa de la covid-19.
UNESCO 11 octubre 2020.- En el último informe de la UNESCO publicado con motivo del Día Internacional de la Niña (11 de octubre) muestra que, desde 1995, se han matriculado 180 millones más de niñas en la enseñanza primaria y secundaria. Sin embargo, a pesar del aumento en todos los niveles de educación, las niñas siguen teniendo más probabilidades de sufrir exclusión que los niños, un fenómeno exacerbado por la actual pandemia.
Por lo tanto, sigue siendo vital que los gobiernos aborden la discriminación persistente para lograr la igualdad para la próxima generación de niñas, sostiene el documento del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (Informe GEM), titulado: Una nueva generación: 25 años de esfuerzos por la igualdad de género en la educación.
La educación es la piedra angular de la igualdad, y que la educación de las niñas y las mujeres es el primer paso hacia un mundo más igualitario en lo que refiere al género.
Informan de los progresos realizados en la educación de las niñas y las mujeres gracias a los continuos esfuerzos de la comunidad internacional, pero el informe detalla que hay muestra que se sigue fallando a los más desfavorecidos: las niñas representan tres cuartas partes de todos los niños en edad de asistir a la escuela primaria que tal vez nunca asistan a ella.
En este momento crítico, en el que la COVID-19 está exacerbando las desigualdades de género, debemos renovar nuestro compromiso con la educación de las niñas y las mujeres. El progreso en este campo repercute en varias generaciones, al igual que los retrocesos de este progreso.
Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO
El informe hace un llamado a la acción mundial en los siguientes ámbitos:
Eliminar las disparidades entre los géneros en el acceso a la educación, la participación en ella y la finalización de los estudios. En el 4% de los países hay menos de 9 mujeres matriculadas por cada 10 hombres en la enseñanza primaria, el 9% en el primer ciclo de la enseñanza secundaria, el 15% en el segundo ciclo de la enseñanza secundaria y el 21% en la enseñanza superior.
Todas las niñas embarazadas y los padres jóvenes deben recibir apoyo para asistir a la escuela. A pesar de la disminución mundial, las tasas de embarazos precoces siguen siendo altas en África Subsahariana. En Chad, Malí y Níger las tasas son más altas que en 1995. En Guinea Ecuatorial y la República Unida de Tanzania, prohibiciones activas siguen impidiendo que las niñas embarazadas vayan a la escuela.
Todos los maestros y los consejeros escolares y profesionales deben recibir una formación para evitar que los estereotipos negativos de género se extiendan a la enseñanza y a la elección de asignaturas por parte de las estudiantes. A nivel mundial, el porcentaje de mujeres que estudian ingeniería o tecnologías de la información y la comunicación (TIC) es inferior al 25% en más de dos tercios de los países. La proporción de mujeres en la enseñanza técnica y profesional disminuyó del 45% en 1995 al 42% en 2018. Son pocas las mujeres que siguen carreras en el ámbito de las TIC.
Todos los currículos y libros de texto deben representar a las mujeres de manera que no se perpetúen los estereotipos de género. Al analizar los libros de texto de muchos países se comprobó que el texto y las imágenes no representan a las mujeres en posiciones sociales y económicas activas, sino en las funciones tradicionales de los hogares.
Todos los estudiantes deben tener acceso a una educación sexual integral que, según se ha demostrado, previene la violencia de género relacionada con la escuela al promover la comprensión y el respeto de las identidades de género de los estudiantes, y también conduce a la reducción de la prevalencia de los embarazos precoces.
Alentar a que un mayor número de mujeres ocupen puestos de liderazgo, para ayudar a cambiar las normas sociales y de género, y actuar como modelos de conducta para las estudiantes. El informe concluye que la estereotipación negativa de la mujer como no apta para ser líder se ve reforzada por la escasez de maestras en la enseñanza superior. A nivel mundial, las mujeres constituyen el 94% de la docencia en la enseñanza preescolar, pero solo el 43% en la educación terciaria o superior. Aún menos mujeres ocupan puestos de liderazgo en las universidades y en la administración de la educación.
La nueva publicación del Informe GEM hace un análisis de los progresos realizados en la educación de las niñas en los dos últimos decenios y medio desde la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, un compromiso histórico de 189 países para promover los derechos de las niñas y las mujeres. Desde 1995, la tasa mundial de matriculación de niñas aumentó del 73% al 89%, y las mayores mejoras se observaron en África Subsahariana y Asia Meridional, especialmente en India. Se han hecho progresos significativos en la matriculación en la enseñanza primaria en 23 países, entre ellos Bhután, Djibuti y Nepal, donde se ha logrado la paridad de género en comparación con 1995, año en que asistían a la escuela menos de 80 niñas por cada 100 niños.
Además, actualmente hay el triple de mujeres matriculadas en las universidades que hace dos decenios, y se observan progresos particulares en África Septentrional y Asia Occidental. En Marruecos, la paridad se alcanzó en 2018, en comparación con solo 3 mujeres matriculadas por cada 10 hombres a principios del decenio de 1990.
A pesar de los alentadores progresos realizados, el género sigue desempeñando un papel importante en la matriculación en muchos países. En Chad, Guinea-Bissau y Yemen, menos de 80 niñas por cada 100 niños terminaron la escuela primaria y es dos veces más probable que los niños terminen la escuela secundaria que las niñas. Persisten grandes disparidades de género, en particular entre los educandos desfavorecidos. En por lo menos 20 países, principalmente en África Subsahariana pero también en Belice, Haití, Pakistán y Papua Nueva Guinea, casi no hay mujeres jóvenes pobres de las zonas rurales que hayan terminado la enseñanza secundaria superior.
El legado de la discriminación del pasado es tal que las mujeres siguen representando casi dos tercios de los adultos analfabetos. Muchas también se enfrentan a barreras adicionales, como la pobreza y la discapacidad. En 59 países, es cuatro veces más probable que las mujeres de 15 a 49 años de edad de los hogares más pobres no sepan leer ni escribir que las de los hogares más ricos.
Manos Antoninis, Director del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo de la UNESCO, declaró: “Veinticinco años después de la histórica Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, las niñas siguen enfrentando barreras que las mantienen alejadas de la escuela e impiden que alcancen su potencial. La educación es el trampolín para lograr las seis Coaliciones de Acción en el Foro para la Igualdad entre las Generaciones previsto para 2021, en el que se producirá la próxima versión de la Declaración de Beijing. Esto significa que el momento en que se publica este informe es particularmente crítico”.
El Honorable Dr. David Moinina Sengeh, Ministro de Educación Básica y Secundaria Superior de Sierra Leona y recientemente nombrado Presidente de la Junta Asesora del Informe GEM, añadió: “Desde la Declaración de Beijing de 1995, los avances realizados en materia de igualdad de género en la educación han sido considerables, pero desiguales. Es necesario que los gobiernos se comprometan plenamente y que las sociedades presten toda su atención para que la exclusión de la educación no frene a las niñas y las mujeres. Este Informe sobre Género 2020 del Informe GEM muestra que el cumplimiento de los derechos de la mujer está intrínsecamente vinculado a sus oportunidades educativas. Sus recomendaciones deben ser puestas en práctica por todas las partes interesadas para lograr la plena igualdad para la próxima generación”.
El Informe GEM ha lanzado una campaña llamada #Soyla1eraNiña, que tiene por objeto mostrar al mundo lo que sucede cuando los gobiernos invierten en la educación de las niñas. Su objetivo es compartir el impacto positivo que tienen los millones de mujeres que son las primeras de su familia en graduarse de la escuela secundaria o la universidad.
Beijing+25: La igualdad entre generaciones empieza con la educación de las adolescentes es la segunda publicación conjunta que se publica hoy y que ha sido producida por el ministerio Francés de Europa y Asuntos Exteriores, Plan International Francia y la UNESCO. En ella se presentan recomendaciones para acelerar las inversiones y las medidas relativas a la educación de las adolescentes durante el Foro de Igualdad entre las Generaciones, y las Coaliciones de Acción conexas, con el fin de acelerar el progreso hacia la igualdad entre los géneros, centrándose en tres “palancas de acción”: la educación en sexualidad integral, la participación de las adolescentes en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, y el desarrollo del liderazgo de las adolescentes.