Morrena estatal

Sin tacto

 

Por Sergio González Levet

 

Pues no, no será Esteban Ramírez Zepeta, el delfín ungido de Cuitláhuac García, ni tampoco logrará coronar su cruzada estatal morrenista el licenciado Gonzalo Vicencio Flores, actual encargado de la dirigencia.

Fieles a su tradición reciente (si disculpan el oxímoron), los testaferros de Andrés Manuel López Obrador prefirieron no ir a una elección interna en Veracruz, preocupados por la falta de control y oficio político del gobernante estatal, y por los índices de repudio creciente que padece entre la población abierta.

Por eso el diputado federal Jaime Humberto Pérez Bernabé -del mero Papantla y anexas, en donde ha reinado desde las filas de la izquierda comedida, desde la izquierda con medida-  soltó en el estado la nueva de que el líder estatal del partido sería un delegado nacional, designado por el comité central, de acuerdo con las órdenes del encuestadísimo Mario Delgado (o #LordlaTerceraeslaVencida).

El mismo Pérez Bernabé ya fue delegado nacional en 2013 y 2014, así que en una de ésas es quien será enviado por su jefe Mario para el negocio de las candidaturas veracruzanas -dicho así sin la menor intención-, pues se elegirán, insacularán o rifarán 212 alcaldías, 30 locales uninominales, 20 pluris y 21 diputaciones federales.

En el revuelo democrático a la tabasqueña, a la fecha hay en Morrena 17 presidencias estatales sin líder, y por eso Mario Moreno decidió cortar por lo sano (que no es lo mismo que cortar por Lozano) y mandará a puros incondicionales suyos, para que se respete siempre y sin condiciones la voluntad del Patriarca, misma razón por la que él preside ahora el partido nacional.

Era de esperarse que no llegara el candidato del Góber Cuitla en el estado, porque éste jugó sus canicas en favor de Porfirio Muñoz Ledo… y perdió.

Una vez más le falló el olfato político al ingeniero mecánico electricista y a sus cuates billaristas, Bola Ocho Cisneros, Bola Nueve Ramos Alor y los varios mingos que los acompañan.

Igual Gonzalo Vicencio se quedó con sus visitas interminables a la militancia morrena en los rincones más apartados de nuestra difícil geografía, con sus llamados a la democracia, con sus señalamientos en contra de la imposición cuitlahuista.

Van a ser, como siempre, los que diga Andrés Manuel.

Y ya.

Serán única y exclusivamente los que señale su dedito. Los que a él se le ocurran. Y así continuará como el factótum invencible.

O los que marque la redina electoral instaurada para ridículo de nuestra democracia.

Pero en Veracruz ya no pudieron hacer su marranada esta vez, porque finalmente el pleito se dirimió en favor de un tercero. Y así Bola Ocho ya no podrá meter a más incondicionales, por ejemplo.

Lástima de tanto dinero gastado en vano para comprar conciencias y atraer simpatías. Lástima de esa corrupción que no beneficia a nadie, ni a los corruptos.

 

sglevet@gmail.com