Muere periodista desplazado por la narco violencia en Guerrero, clamó ayuda a AMLO #AbrahamMartinezHuerta

Por mis Plumas

*Muere periodista desplazado por la narco violencia en Guerrero, clamo ayuda a AMLO y su respuesta fue quitarle toda protección, al igual que a niños y mujeres con cáncer.

Por ELVIA ANDRADE BARAJAS /reportajesmetropolitanos.com.mx

CIUDAD DE MEXICO, Estados Unidos Mexicanos,- Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador celebraba hoy el tercer año de su triunfo electoral vitoreando una administración “exitosa”, en el otrora paradisiaco Acapulco morìa en la pobreza extrema el periodista guerrerense Luis Abraham Huerta Martínez, desplazado de su natal tierra por la narcoviolencia del convulso estado de Guerrero.

“El Golpeador del Sur”, como lo conocían en la fuente policíaca de Guerrero, se enfrentó al inhumano gobierno de la 4T, que apoyado en su política de austeridad desapareciò decenas de programas sociales, entre ellos los de apoyo a niños y mujeres con cáncer y 109 fideicomisos, uno de ellos el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, a los que según López Obrador, darían el dinero directamente para evitar que se lo robaran.

Pero, eso fue una mentira más del presidente. Para los enfermos no hay atención médica, medicamentos ni hospitales. Nada.

Para activistas y periodistas desplazados sólo hubo dinero unos meses.

Después los regresaron a sus lugares de origen, de donde habían salido huyendo por las amenazas del narcotráfico, pese a que con ello los ponían en riesgo de muerte.

“El Golpeador del Sur” se revelo a este trato.

Denunciò que en el gobierno de López Obrador, cuando estaba en el refugio, asignado por el gobierno del priìsta Enrique Peña Nieto, por el rumbo de Tepeyac, entraban personas a su departamento cuando él salía.

Abrìan su computadora, leían lo que escribía y descaradamente dejaban colillas de cigarro o cascara de plátano en algún lugar, para que él supiera que su vida seguía en riesgo, por lo que pidió su traslado a Querétaro, donde vivió más tranquilo hasta mayo pasado.

Pero el 10 u 11 de mayo le pidieron la llave del departamento y le dijeron que ya no le darían refugio, ni apoyo económico para sus medicamentos, toda vez que él padecía diabetes y muchas complicaciones a causa de dos atentados ordenados por políticos guerrerenses, entre ellos el gobernador Héctor Astudillo.

A mediados de mayo vino a la capital para realizar una huelga en solitario frente a Palacio Nacional, en Gobernación y fue hasta El Universal, para pedir, clamar ayuda, para comprar medicamentos y suplicar que no lo lanzaran del departamento de Querétaro.

Pero todo fue inútil. Llevaron un camiòn de mudanza y sin misericordialo sacaron junto con su familia y pocas pertenencias.

Al estar entre la espada y la pared, Luis Abraham decidió internarse en la montaña de la Costa Chica de Guerrero, ya que no podía regresar a Acapulco, porque lo matarìan.

Pero en la Costa Chica tambièn habìa peligro. Decìa que entraban camiones repletos de sicarios y se abrìan paso a balazos.

Quería irse a Tijuana y pedir asilo al gobierno de Estados Unidos como periodista desplazado por el crimen organizado de Guerrero.

Pero no tenía dinero ni para comer, mucho menos para sus medicamentos y llegar a Tijuana para cruzar a Estados Unidos fue imposible.

Sus amigos y familiares le ayudaban con algo de dinero, pero era insuficiente.

El ya no tenía nada.

El gobierno de la 4T le quito todo; primero el apoyo económico, luego donde vivir y finalmente lo dejo sin medicamentos, provocándole así una muerte segura, lenta y cruel, igual que a los niños enfermos de Cáncer, a quienes el insensible Hugo López Gatell acuso de ser parte de un golpe de Estado.

La estupidez del subsecretario de Salud orilló a los padres de niños enfermos con cáncer a denunciarlo hoy en la fiscalía general de la República por los delitos de genocidio, discriminación y omitir garantizar el abasto de medicamentos para los menores.

Estos delitos también deben ser juzgados al presidente López Obrador, quien hoy se pavoneo de encabezar una excelente administración, que sustenta con una encuesta del propio gobierno, en la que supuestamente 72.4% de los entrevistados quieren que siga en el poder.

Sin embargo, los resultados de las recientes elecciones intermedias revelan lo contrario y evidenciaron que López Obrador ha perdido el apoyo de la clase media, su nuevo enemigo, que en 2018 le confió las riendas del gobierno, para que acabara con la corrupción y la narcoviolencia, que se han disparado en su administración.

También ha peleado con periodistas importantes que por muchos años apoyaron sus aspiraciones políticas con la esperanza de que realmente buscarìa un cambio.

Empero, al ver que su discurso anticorrupción es falso, periodistas nacionales e internacionales lo incriminan y en respuesta a ello, el pequeño emperador del Palacio Nacional los acusa de todo en su mañanera, que utiliza para golpear al que se oponga su gobierno autoritario.

Entre los periodistas que eran sus aliados y creían en su proyecto destacan Joaquín López Dorigan, Carlos Loret de Mola y el conductor Brozo, entre otros, que le retiraron el apoyo luego de que el tabasqueño anunciara que su política era de abrazos, no de balazos.

Esto ha provocado que en México galope y se incrementa impunemente la narcoviolencia de grupos criminales que a sus anchas se disputan las plazas a balazos y crueles ejecuciones cimbrando a los mexicanos.

El trafico de armas es desmedido, al grado que los Carteles del narcotráfico mexicano están armados como si fueran a la guerra.

En las ejecuciones ahora hay cada vez más muertos, debido a que las armas que utilizan los sicarios de los carteles de drogas son automáticas y vomitan balas por segundo.

En tanto, la Guardia Nacional tiene equipo y armamento viejo.

Lòpez Obrador prometió mucho, pero hizo hincapié en que acabaría con la corrupción, misma que continua, incluso en las elecciones circulo y “volò” mucho dinero de MORENA y el Partido Verde Ecologista para comprar el voto, sin que hasta el momento haya un señalamiento legal contra esa acción.

La impunidad y corrupción prevalece y se agiganta en el país. Corre por las carreteras, que están a merced de los carteles del narcotráfico, tras la desaparición de la Policía Federal que las patrullaba y que estorbaban para que los delincuentes se desplacen a sus anchas.

La irresponsabilidad de dejar las carreteras sin vigilancia policiaca ya ha sembrado terror en varios estados del país, especialmente del norte y centro, donde los automovilistas son asaltados, secuestrados o desaparecidos.

Cada vez hay más pueblos fantasmas, cuya población ha sido desplazada por la narcoviolencia, tras la agresiòn de sicarios que entran a los pueblos a balear a los pobladores.

Esto ha orillado a muchos pueblos, especialmente de Guerrero, Guanajuato, Jalisco y Michoacán a alzarse en armas, para defenderse de los malos, pero el presidente, en vez asumir su responsabilidad acusa a los pobladores de incurrir en un delito.

Asuntos como esto, con más detalles, nombres y hasta direcciones documento en Guerrero el reportero Luis Abraham Huerta Martínez, pero en vez de ser apoyado en su trabajo periodístico para denunciar esos cuatros de terror, lo despojaron de todo y lo orillaron a una muerte lenta y cruel.

Descanse en paz

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