*Vida después de la muerte.
Por Ginarely Valencia /Criterio Noticias/
20/07/2021.- Después de la muerte, lo que más hay es vida. Podría parecer contradictorio pero con el último aliento de una persona inicia el desarrollo de un ecosistema: moscas, mosquitos, escarabajos, hormigas, arañas y ácaros se dan cita en un banquete cadavérico.
El biólogo por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Fray Martín Pérez Villegas, describe con simplicidad qué le ocurre al cuerpo después de la muerte.
El cadáver en el sentido biológico se vuelve un microambiente en donde interactúan una serie de insectos, unos nacen, crecen, se reproducen y emigran. Es toda una interacción hermosa lo que hay en el cadáver.
La falta de oxígeno en las células genera reacciones químicas. La putrescina y la cadaverina son sustancias que despiden un olor que cautiva a diferentes especies de moscas carroñeras.
En cuestión de minutos pueden llegar a un cadáver que se encuentra a la intemperie o en un entierro clandestino. Buscan el mejor escondrijo entre los pliegues putrefactos para depositar sus huevecillos para garantizar que completen su metamorfosis.
Con solo observar por unos segundos, Carlos Pedraza Lara, responsable del laboratorio de Entomología Forense de la Universidad Nacional Autónoma de México, puede determinar la fase de transformación de la mosca: huevo, pupa, larva o adulto.
La larva pasa por tres estadios. El primero de 24 a 36 horas, un segundo estadio de una duración similar, pero entre medias hay una muda, es decir, muda su esqueleto y hace uno nuevo y eso le permite crecer más rápidamente, entonces estamos hablando de otro día y medio, después viene uno tercero. Luego entra a un estadio pupal que puede ser el tiempo más largo de la vida de la mosca. En total, emerge el adulto de la pupa de 30 a 40 días después. Dependiendo de la especie.
Mientras miles de las larvas de moscas, no más grandes que un grano de arroz, colonizan los tejidos blandos del cadáver, llega otro grupo de insectos para alimentarse de órganos, piel y uñas, son los coleópteros, comúnmente conocidos como escarabajos.
En el cortejo fúnebre destaca una especie para la que el cuerpo roído y desgastado es el escenario ideal para tener un momento de intimidad.
Los escarabajos de una familia que se llama Staphylinidae, los adultos hembra y macho se atraen al cadáver pero básicamente sólo para reproducirse, para aparearse en las inmediaciones del cadáver. Lo que hacen es aislar una parte del cadáver, un pedacito, lo entierran y hacen una especie de madriguera en donde ponen los huevos. Cuando emergen las larvas y ya tienen el recurso de la carne para alimentarse y ahí completan debajo de la tierra su maduración y ya emergen los adultos.
Durante el proceso de descomposición del cuerpo arriban otros insectos de especies predadoras como hormigas, arañas y algunas especies de ácaros. Todos ellos actúan como minuteros de la muerte.
Conocer éstos procesos biológicos ha permitido a la entomología forense determinar el intervalo post mortem de una persona, es decir, el tiempo estimado de la muerte. También es posible determinar si fue movida del lugar después del deceso, si ingirió alguna sustancia o droga, incluso, se puede obtener el ADN (Ácido Desoxirribonucleico) para la identificación del cadáver.
Pérez Villegas asegura que aunque no hay un orden definido en los insectos que arriban al cadáver, si se conocen un par de reglas.
Número uno: nunca encuentras capullos. Número dos: nunca encuentras larvas de escarabajo en los primero días. Entonces tú ya vas descartando hasta que llegas a un punto en el que no fallas. Si estamos hablando de casos de muerte, nunca vas a encontrar larvas grandes en los primeros tres días, te estoy hablando de 14, 16, 18 o 19 milímetros no las vas a encontrar. Y con esos conocimientos, con la talla de las larvas ya podíamos ver más o menos cuánto tiempo, nada más hay que justificarlo, creas tu intervalo de tu tiempo mínimo y tu tiempo máximo. Así lo dictaminas.
RESOLUCIÓN CRÍMENES
En 2014, el egresado de la Licenciatura de Biología de la UAEM se convirtió en el primer perito en entomología forense en el estado de Hidalgo. Durante años ha buscado entre los cadáveres a esos testigos silenciosos que pudieran revelar cómo ocurrieron algunos crímenes.
Todos los casos son distintos y únicos, los recuerdo mucho, incluso, la cantidad de microorganismos y a pesar de todo trato de no preguntar porque son historias muy impactantes. Representa un orgullo que tus conocimientos van a contribuir para el esclarecimiento de hechos delictivos
Fray Martín tuvo que iniciar de cero a desarrollar protocolos y emprender la identificación y separación de especies en su laboratorio. Se acostumbró a contemplar la muerte humana que da vida a otros seres.
Te acostumbras a ver un mar de gusanos respirando y pululando por todos los orificios y todas las partes.
El investigador de la UAEM, Moisés Tejocote Pérez, laboró durante cinco años como perito en la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado de México. Sin que existiera el área de entomología forense, siempre empleaba sus conocimientos de biología para analizar los casos.
Se utilizan organismos complementarios que ayuden en el diagnóstico, se utiliza la fauna necrófaga o necrótica. De los dípteros son algunas moscas y moscos. Y en coleópteros una gran diversidad de escarabajos. A partir de ello se hacen estudios genéticos de tipo molecular para poder contribuir con la identificación humana.
Explica que a los cadáveres que se sepultan dentro de un féretro bajo tierra también llegan insectos a colonizarlos pero su descomposición empieza desde su interior. Las bacterias que nos ayudaron a que nuestro organismo funcionara son las que nos van a degradar después de nuestra muerte.
La microbiota cadavérica que es la que realiza entre el 60 y 70 por ciento de la descomposición del cuerpo. Nuestra propia microbiota que tenemos cuando estamos vivos es la que va a hacer nuestro proceso de descomposición.
Constantemente Tejocote Pérez comparte a sus alumnos de la UAEM sus experiencias como perito al realizar exhumaciones de cuerpos en cementerios para completar algunas investigaciones judiciales. Asegura que no es recomendable realizar una exhumación a los dos o tres años del fallecimiento porque el cadáver está en plena degradación.
Participamos en una exhumación que llevaba más o menos cinco o seis años de sepultada la persona, todavía se le veía parte del rostro. Entonces al momento que se abre salen muchos gases y se hace una nube de insectos adultos, larvas y pupas
El primer caso resuelto a través de la entomología forense ocurrió en China en el Siglo XVIII, cuando se identificó al culpable del homicidio de un campesino, luego de que algunas moscas se posaron sobre la hoz que utilizó como arma.
LABORATORIO ENTOMOLOGÍA FORENSE UNAM
Tres siglos después, se siguen buscando muchas respuestas. En el Laboratorio de Entomología Forense de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el investigador Carlos Pedraza Lara, junto con sus alumnos, trata de comprender los ciclos de vida de los insectos que se alimentan de los cadáveres.
Este laboratorio universitario inició actividades en 2016 junto con el arranque de la Licenciatura en Ciencias Forenses de la UNAM.
Este laboratorio tiene la misión o ha sido pensado para tener una parte fuerte en la investigación, principalmente le hemos dado en enfoque en dos líneas, principalmente en la catalogación, de las especies de interés forense, y una segunda tiene que ver el estudio de los ciclos de vida y las tasas de crecimiento de interés forense
Sobre una mesa del laboratorio en la que hay charolas, frascos y bolsas, un grupo de estudiantes clasifican los insectos carroñeros que fueron colectados a través de unas trampas en las que se coloca cebo para atraerlos. El grupo de jóvenes está concentrado en su tarea, parece que ya no perciben el olor fétido que hay en el lugar.
En la esquina del laboratorio, un alumno mira a través de un microscopio cada detalle de una milimétrica mosca que no debe ser subestimada por su tamaño ya que puede ingresar a cualquier lugar.
Son de las pocas que logran ingresar a interiores porque su comportamiento es de escarbar o de abrirse espacio en donde quiera que están, entonces logran encontrar huecos en ventanas, puertas o cualquier oquedad, se cuelan y son las únicas que suele estar en interiores colonizando. Este comportamiento de escarbar les permite ser de los que si un cuerpo es enterrado a más de 40 centímetros casi no llegan otras especies de mosca pero esta sí
De un estante, Pedraza Lara saca un par charolas en las que hay más de 250 insectos sujetados cada uno con un alfiler y con un pequeño número de identificación. Éste es el inicio de la primera colección de artrópodos de referencia forense en el país.
Esta es la primera que tiene el objetivo de tener un alcance nacional y que está reuniendo la diversidad catalogando e incorporando a todo un protocolo la diversidad de especies de artrópodos, porque no solamente hay moscas, escarabajos que son las especies más comunes, sino también ácaros u otro tipo de arácnidos que pueden ser de importancia médico-legal
ESPECIES SIN IDENTIFICAR
A simple vista, todas las moscas de la colección parecen iguales. Sus colores verde y azul metálico no dejan de asombrar. Sólo al acercarse es posible identificar algunas diferencias.
Mientras el investigador explica que cada espécimen tiene un número que corresponde con un fragmento de tejido, información del ADN (Ácido Desoxirribonucleico) y una fotografía, algo llama su atención, podría tratarse de una nueva especie.
Es que pienso que puede ser una especie nueva, por eso me estoy emocionando. Entonces nadie lo ha reportado antes y entonces se me hace una mosca muy bonita y grande. Yo con verla soy feliz. Nos damos cuenta de que hay una serie de especies que quizá no estaban ni descritas para la ciencia
Eso ocurre constantemente. Es posible encontrar especies que ni siquiera tienen un nombre. A eso se enfrentó el entomólogo forense Pérez Villegas en el análisis de casos en la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo.
Hubo una vez un cadáver que fue hallado en un río, la mitad de cuerpo en un río, le sacamos tantas especies, tantas que yo se las tuve que llevar a uno de mis maestros, cuando vio esas tres especies -él ya es un experto en taxonomía- me dijo no tengo ni la más mínima idea de que estamos viendo. Y ahí está la foto de las especies que no pudimos encontrar, no tenemos idea de que es
Lo que dificulta más el desarrollo de la entomología forense es que la presencia de las especies está determinada por las características del lugar como altitud, temperatura, condiciones del suelo, incluso, la estación del año.
Los insectos de la muerte constantemente han despertado la curiosidad del ser humano, eso es lo que ha mantenido a Fray Martín Pérez Villegas, Moises Tejocote Pérez y Carlos Pedraza Lara en la búsqueda de más información a través del desarrollo de la ciencia.
Recordemos que muchas veces las ciencias nacieron así con ciertas preguntas que queríamos respondernos y que a veces no estaban bien vistos por la sociedad, por la iglesia o por el Estado que una persona indagara más allá. Pero gracias a esa curiosidad se lograron grandes avances
Hay una motivación científica. Todo aquel tema que no se conoce bien es un atrayente para personas que nos gusta descubrir el conocimiento, generar ese conocimiento y ponerlo bajo la lupa de la ciencia.
Con la muerte se cierra un ciclo para algunos y comienza otro para muchos. Somos un cúmulo de nutrientes que serán aprovechados por el grupo más numeroso y diverso en el planeta: los insectos.
Como las moscas, nuestro cuerpo ya inerte experimenta una metamorfosis, ésta última fase demuestra la fragilidad del ser humano ante el poder de la naturaleza que nos lleva a nuestro único destino.