Sería difícil ubicar esta revelación presidencial como el único motivo por el cual la delincuencia organizada a desplazado a decenas de familias para despojarlos de su territorio en Michoacán, pues lo mismo ocurre en Zacatecas, Guerrero y Veracruz (dos últimos Gobernados por Morena) pero si es preocupante que solo porque haya un gobernador de oposición, un presidente -que se supone gobierna para todos- abandone a un estado y sus habitantes a los brazos de los carteles criminales, y sobretodo, no se haya atendido la denuncia de Silvano Aureoles sobre la injerencia del crimen organizado en la estructura institucional municipal y estatal, producto de una presunta narco -elección.
Este fin de semana el presidente López Obrador refirió públicamente la siguiente explicación de su ausencia (física y de Estado, acusan habitantes) en el Estado de Michoacán
“Nos vamos a seguir encontrando porque yo voy a estar recorriendo, visitando, Michoacán. Ahora ya no voy a tener nada que me impida venir libremente”, dijo el presidente López Obrador en su gira para legitimar al nuevo gobernador de su partido Alfredo Ramírez Bedolla, cuyo ascenso su antecesor vincula con la delincuencia.
Preocupante que mientras estuvo un gobernante del PRD que no se sometió a los caprichos presidenciales no hubo Plan de Apoyo a dicho estado como lo dio a conocer ayer en Morelia.
El mandatario mexicano dijo que Ramírez Bedolla es su “representante” en la entidad michoacana y quien coordinará los programas sociales del Gobierno Federal. Es decir, la parte federalista se antoja fracturada, pues anula la autonomía de un gobierno estatal, como ocurre con los gobiernos morenistas y priístas en los estados, tal como ocurre en Oaxaca con Alejandro Murat y lo que aconteció en Sonora, Sinaloa, entre otros.
Preocupante muy preocupante…