Arcón de Hipatía
/ Sarai Aguilar Arriozola /
Gaslighting” es la palabra del año de acuerdo con la firma que edita el diccionario Merriam-Webster. Así, sin una coyuntura o sin un por qué específico. Las búsquedas de la palabra en merriam-webster.com aumentaron mil 740% en 2022 en comparación con un año antes.
Luz de gas, por su traducción literal al español, define el tipo de maltrato psicológico que manipula la percepción de la realidad de otra persona. No obstante, en un artículo publicado por la Fundéu se especifica que “gaslighting” puede sustituirse por hacer luz de gas, esto es, “intentar que (alguien) dude de su razón o juicio mediante una prolongada labor de descrédito de sus percepciones y recuerdos”.
Este término para muchos puede ser simplemente una palabra de moda en un sector “woke”. No hay nada más errado. El término surge de una obra teatral de 1938, “Gas Light” y la posterior película estadounidense en 1944, en la que un marido intenta convencer a su esposa y a otros de que está loca: cuando atenúa las luces de gas, insiste en que ella se lo está imaginando.
El término engloba un maltrato psicológico atroz pues en este la víctima puede dudar de su propia percepción de la realidad para creer aquello que su abusador desea hacerle creer, sumiéndola en estados depresivos y de ansiedad. Por esto mismo, el maltrato del victimario se complementa con amenazas de que necesita ser medicada la víctima, o recluida en algún centro psiquiátrico. Y si bien la violencia psicológica no es exclusiva en contra de las mujeres, las estadísticas sí nos demuestran que ellas constituyen la gran mayoría de las víctimas.
Contrario a quienes dicen que la violencia no tiene género, la realidad es que sí lo tiene. Pues son las mujeres las más proclives a experimentar un tipo de violencia a lo largo de su vida debido justo a su condición de mujer. Por ejemplo, de acuerdo con datos de UN WOMEN, a nivel global, se estima que 736 millones de mujeres –alrededor de una de cada tres– ha experimentado alguna vez en su vida violencia física o sexual por parte de una pareja íntima, o violencia sexual perpetrada por alguien que no era su pareja (el 30% de las mujeres de 15 años o más).
No obstante, cuando hablamos de violencia psicológica las estadísticas escasean. Esto debido a que, por ejemplo, en el caso del gaslighting, es una violencia casi invisible pues para la víctima es indetectable y aquellos que están en su entorno remotamente la podrán percibir. Una violencia que anula a la víctima, la destroza, pero que ni siquiera es capaz de señalarse. Es omnipresente, pues se puede ejercer en cualquier lugar y espacio, incluso en los virtuales.
Es urgente dejar de normalizar frases como “estás loca”, “eres muy sensible”, “alucinas”, “ves cosas que no son”, las cuales son arrojados en la vida coloquial para referirse por lo general a las mujeres. Es por ello por lo que una vez más se tiene que enfatizar la importancia de la salud mental pero también el peso del lenguaje. La violencia tiene muchas caras, incluso invisibles.
@saraiarriozola