/ Adriana Sarur /
Ahora sí, de manera oficial, comenzaron las precampañas para los comicios en 2024. Llegó el tiempo en el cual veremos a las candidatas y a el candidato presidencial por todo el país fotografiándose en cuanto puesto de garnacha se les atraviese, aprovechando todos los foros para participar y, ya un clásico, promocionando un libro que dicen haber escrito.
Claro está, sumado a ellos tres, todas y todos los candidatos de las 9 gubernaturas en disputa harán lo mismo en sus estados, los suspirantes al Congreso de la Unión y Congresos locales, más aquellas personas que aspiran a ser alcaldes. Mucho spot, mucho anuncio, muchísimas fotos y videos en redes sociales, eso sí, con “mensajes dirigidos a miembros del partido”.
En la carrera hacia el Palacio Nacional vimos lo ya observado antes del inicio de las campañas oficiales, Claudia Sheinbaum se comporta como dice el manual del puntero, pues en la encuesta de El Heraldo (13 de nov.) aparece con una amplia ventaja del 51 %, mantiene la calma, no cae en provocaciones y sigue avanzando a la consecución de su objetivo.
Tenemos a la senadora con licencia, Xóchitl Gálvez, quien aparece con un 21 % de las preferencias, que sigue mostrándose errática en la estrategia, en sus discursos y en su campaña en general. Por último, a quien en la misma encuesta lo colocan con 5 %, Samuel García, junto con Mariana Rodríguez, como un binomio indisoluble, han arrasado las redes sociales en su arranque de campaña “fosfo-fosfo”.
Ante este escenario de arranque no faltan los pronósticos electorales: que Claudia ya ha llegado a su techo y ahora sufrirá un descenso; que Xóchitl debe replantear su estrategia de comunicación si quiere seguir estando en la contienda y; que MC, es decir, Samuel-Mariana, alcanzarán al FAM incluso antes de que las campañas oficiales comiencen.
Con estos futurismos electorales empieza a sentirse el llamado al famoso “voto útil”, ese sufragio táctico para realizar una contienda -de dos- mucho más cerrada y peleada hasta el momento de acudir a las urnas, pero ¿qué es el voto útil y a quién beneficia?
El voto útil busca concentrar los sufragios y así evitar la dispersión en partidos políticos que se asemejen en ideología o bien, que no lograrían alcanzar los objetivos comunes por sí mismos. De esta manera el elector emite su voto de una manera racional por la oferta que le permitiría ganar, aunque a quien elija sea distinta a su opción verdadera para lograr impulsar una agenda determinada o para impedir el triunfo de un candidato, partido o coalición (el puntero en las encuestas) contrario a sus deseos o intereses. Es decir, el voto útil buscaría juntar los votos de la segunda y tercera fuerza políticas para competir y, en su caso, desbancar al partido puntero.
En este tenor, ya comenzamos ver anuncios espectaculares y muchas charlas de café o de especialistas que piden diferenciar el voto, un ejemplo visto impreso en Jalisco: “Aquí votamos inteligente, para presidenta vota a Xóchitl Gálvez (FAM) y para gobernador a Pablo Lemus (MC)”.
También comienza esta narrativa en MC, cuando Samuel dice que “son los únicos que pueden arrebatar el triunfo a Morena”. Claros ejemplos de la lucha por el segundo lugar, para aglutinar las preferencias de la tercera fuerza y competir de manera férrea por el liderato, sumado a lo que se cosecha con esta suma de votos. Así será la lucha, evocar al voto útil y tratar de estar realmente dentro de la contienda hasta el 4 de junio.