DESDE A JANELA
FELIPE DE JESÚS FERNÁNDEZ BASILIO
La frase con la que titulo esta columna está inspirada en una de las muchas frases célebres que se le atribuyen a Julio César y es aplicable al momento que empezamos a vivir en México.
Y es que cuando comenzó la guerra civil romana entre Julio César y Pompeyo, el primero cruzó con sus legiones el río Rubicón que marcaba la frontera entre la provincia de la Galia Cisalpina (actual norte de Italia y sur de Francia) y lo que en la antigüedad era Italia propiamente dicha, en la que por un decreto senatorial no podía haber ninguna legión, ya que generalmente las legiones eran incondicionales a sus generales y la ciudad debía de ser libre de cualquier influencia militar, por lo que al entrar César con sus legiones a Italia quedaba fuera de la ley y por lo tanto iniciaba la guerra civil.
Pues bien, Pompeyo siguiendo las leyes mencionadas mantenía a sus ejércitos en España y él estaba solo ejerciendo la política en Roma y cuando los acontecimientos se precipitaron tuvo que huir a Grecia y es ahí cuando César al organizar su plan bélico pronunció la frase que hoy citamos, ya que dijo: “primero voy a España a derrotar a un ejército sin general y a mi vuelta iré por el general sin ejército”.
Pero dejemos aquí a los insignes romanos y traslademos la primera parte de la frase a lo que ocurre políticamente en nuestro país y es que tanto en columnas de opinión de medios nacionales y locales como redes sociales muchos opositores al gobierno están echando las campanas al vuelo al decir que con sus desatinos y con la tormenta perfecta económica, sanitaria y de las manifestaciones de las mujeres, el presidente ha perdido tanta popularidad que simplemente va a quedar como “un pato cojo”, es decir que solo va a medio administrar el país hasta que venga el próximo gobierno.
Y esto es parcialmente cierto en el sentido de que son tantos los errores y la soberbia de los gobernantes actuales que simplemente no se dan cuenta de que por un lado tienen metido al país en una serie de problemas bastante graves y por la otra están cometiendo muchos de los errores que en política son muy costosos, tales como el desoír a un movimiento tan grande como legítimo como lo es el de las mujeres o el no tomar en serio la epidemia que se avecina y eso sin hablar del complicado entorno económico.
Situaciones que naturalmente traen aparejados no solo un desencanto sobre los que votaron en 2018 por el actual mandatario, sino que también crece significativamente y eso es lo más grave para él, el porcentaje de la población que lo desaprueba y pudiera votar en contra de su gobierno en posteriores comicios.
Sin embargo y a pesar de estos datos duros, la situación no es para echar las campanas al vuelo, porque toda esa oposición que está surgiendo es como el ejército sin general al que hacía alusión el político y militar romano y hoy por hoy no se ve por donde pueda salir este.
Ya que la principal fuerza política organizada que se puede oponer al gobierno actual es el PAN, pero tiene exactamente el mismo problema, no cuenta con caudillo en estos momentos y tampoco se ve que pronto pudiera surgir alguno, ya que salvo ciertos liderazgos regionales que conserva, su cúpula es bastante chatita y a lo anterior le sumamos que no tiene una empatía ideológica con muchos de los que hoy por hoy están desencantados con el gobierno de López.
Los otros partidos otrora grandes PRI y PRD se encuentran en una situación peor, ya que al ser parecidos en diversos aspectos al gobierno y al no tener ningún liderazgo visible se encuentran sin general y sin ejército.
De los partidos que vengan la mera verdad es que salvo el de Calderón, van a ser satélites del gobierno tal y como lo fueron el PT, el Verde, el PARM y muchos otros con el antiguo régimen y en el caso del de Calderón el chiste se cuenta solo o ¿acaso Usted votaría por él?
Y mientras eso sucede con la oposición, el gobierno tiene un líder que aunque sea arrogante, retrógrada, enajenado mental, machista, insensible, ineficiente, rencoroso, vengativo y todos los adjetivos que le gusten poner pero al fin y al cabo es un líder y que a las buenas o las malas cuenta también con un ejército, porque no olvidemos que descuida los servicios gubernamentales y cancela los programas exitosos precisamente para alimentar a sus clientes, es decir a quienes les da dinero ya sea para defenderlo o para que electoralmente lo apoyen por eso no importa que los programas fracasen como tales mientras tengan en su nómina a miles y miles de personas.
Así que la cosa no está tan sencilla y para los opositores a López creo que la situación está muy lejos de ser triunfalista, ya que mientras falte un verdadero líder y que sea nuevo el gobierno seguirá apoderándose de lo que le falta en el país, ya que como César lo pensó: es más fácil primero derrotar al ejército sin caudillo, puesto que al no tener a alguien que lo conduzca sus movimientos serán torpes y a eso es precisamente a lo que apuesta Morena en México para manejar a la oposición en los próximos años.
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