Adiós 2020

Alguien como tú.

Gladys de L. Pérez Maldonado.Un torbellino de sentimientos encontrados nos aquejan inevitablemente al finalizar un año calendario, sin embargo este 2020 es especial e irrepetible en el sentir.

A partir del mes de marzo, en México nuestra vida cambió, quedamos confinadas/os a nuestros hogares con motivo de una pandemia provocada por el Covid-19, un virus que bien a bien aún desconocemos su naturaleza pero que ha causado muertes alrededor del mundo, que ha causado miedo, incredulidad, rebeldía, desempleo y con ello la tristeza de alejarnos de nuestras familias y amistades para evitar un contagio.

El visitante que llegó sin avisar y que llegó para quedarse provocó la ira de las personas, es infortunado reconocer que las y los mexicanos no estamos hechos para acatar órdenes, ni siquiera aquellas que nos benefician. La indiferencia de mujeres y hombres -sin importar edad o preparación académica- ante este fenómeno nos está llevando a la ruina social en nuestro país.

Casi nueve meses después de decretada la contingencia de salud, las personas no acatan el quedarse en casa y únicamente ir a la calle por razones necesarias a su actividad laboral, para comprar víveres y medicinas o por alguna emergencia de salud o familiar, de lo contrario, anteponen el egoísmo natural del Ser Humano y por motu proprio deciden que el Covid-19 no existe o que no se van a contagiar ni ellos ni sus familias, sin importarles en los más mínimo el esfuerzo de las autoridades de salud, del personal médico que trabaja en los hospitales y menos aún les son interesantes  las cifras que día a día se dan a conocer de los contagios y decesos entre la población, que de la misma manera desmienten y siguen con sus actividades de distracción, aduciendo que se aburren en casa.

Lo cierto es que estamos viviendo una pandemia debido a un virus extraño que nos cambió nuestro ritmo de hacer las cosas, hoy no debemos salir a la calle pues nos podemos contagiar, hoy mueren muchas personas en el mundo y en México por ese algo que no vemos pero está ahí, hoy tenemos que cuidar a nuestros padres porque son por su edad vulnerables al contagio, hoy nuestros hijos e hijas no acuden a sus centros de estudios de manera presencial, hoy no podemos trabajar en nuestras oficinas, para evitar estar más personas de las debidas en un mismo lugar, hoy asistimos a un concierto de manera virtual, estamos confinados a un solo espacio, que es nuestra casa con nuestra familia, por lo que trabajamos día a día, estamos en el lugar que menos disfrutamos diariamente y nos percatamos que no estamos acostumbrados a gozar por lo que luchamos trabajando sin desdén y que es más, nos causa disgusto.

Este cambio de vida ha provocado la falta de civilidad en la sociedad mexicana, recordemos que el personal médico en su momento fue agredido por algunos ciudadanos, pues los veían como un foco de contagio del Covid-19, el personal médico también se agredió entre ellos, provocado por el desconcierto de la enfermedad que deben combatir, se denosta al Consejo de Salud General en  cuanto a su actuación de respuesta para proporcionar insumos necesarios de protección a los centros hospitalarios, además se invita públicamente a no creer en sus cifras y no respetar sus determinaciones, y aunado a todo esto, la violencia al interior de la familia se incrementó.

La debacle social mexicana durante la contingencia decretada por motivo del Covid-19,  nos lleva a contabilizar el aumento en las cifras de violencia familiar contra las mujeres a consecuencia de la convivencia prolongada con sus agresores y nos invita a reflexionar sobre la falta de civilidad latente entre las personas que también genera violencia y desconcierto en la sociedad, analizando nuestra propia naturaleza y dejando a un lado el egoísmo y la ira provocada por el desconocimiento de cómo enfrentar una situación adversa a nuestras costumbres, pues lo único que podemos hacer para resolverla es #QuedarteEnCasaYa y permitir que las autoridades de Salud y el personal médico de los Centros Hospitalarios hagan su trabajo.

No obstante todo lo vivido en los meses anteriores, con motivo de la fiestas decembrinas la gente celebra, se reúne y viaja, al visitante lo vemos de manera indiferente, quizás porque ya tuvimos la suerte de haber salido airosas/os de un contagio o porque ni siquiera lo hemos palpado en carne propia…¡Que egoísta es la humanidad!

Lo que si es seguro es que aún esta ahí, de manera invisible y desafiante buscando el momento preciso para atacar, sabe que las mujeres y hombres de ciencia han descubierto un antígeno para combatirlo y aún así se resiste y muta, esta decidido a no dejarse vencer.

Algunos países del mundo están cerrando nuevamente sus fronteras, para evitar un alza en los contagios y muertes, las autoridades mexicanas invitan a la población a no llevar a cabo reuniones sociales, lleva a cabo operativos policiales para desintegrar celebraciones y como respuesta  las redes sociales se llenan de imágenes de festejos y pics vacacionales, eso si, algunas y algunos usando cubrebocas, se dice que lo hacen con las medidas sanitarias requeridas y la primera advertencia de salud es “no reunirse” ¡Que incongruencia!.

Concluye un año lleno de visisitudes, la ignorancia de la ciudadanía se impuso ante el escenario devastador que ha dejado el 2020, el año venidero no vislumbra una realidad distinta, la vacuna contra el Covid-19 es una luz en el camino largo que aún tenemos que recorrer para doblegar al visitante y solo con la voluntad y el comportamiento sensato de la población se obtendrán resultados favorables.

“Alguien como tú” les desea un resiliente Año 2021.

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