Cara y cruz de la Inteligencia Artificial

Gente como Uno

MÓNICA GARZA

“Aclaro que es totalmente falso. Nunca he hecho tales afirmaciones. Está producido con Inteligencia Artificial. No es real”, así desmintió el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, el audio que circuló esta semana en el que, presuntamente intenta mover piezas para beneficiar a Clara Brugada en el proceso interno de Morena para elegir a quien contienda para gobernar la Ciudad de México en 2024.

Ilustración que representa a una Inteligencia Artificial trabajando.
Ilustración que representa a una Inteligencia Artificial trabajando.Foto: Freepik
Hasta hoy no existe información de que Batres haya iniciado de manera más formal alguna investigación sobre quién hubiera querido manipular su voz con tan malas intenciones.

Pero lo cierto es que, el hecho nos dejó clarísimo lo que nos espera en el próximo proceso electoral, con esta nueva herramienta que es la Inteligencia Artificial, que para bien y para mal, resulta el engaño perfecto.

La inteligencia artificial electorera en México, prácticamente debutó hace unos meses con Xóchitl Gálvez, cuando su equipo de jóvenes expertos en estas tecnologías, lanzó una serie de videos en los que aparecía un avatar de la candidata del Frente Amplio por México, dando distintos mensajes.

Tampoco fue la única, en julio pasado, Ricardo Monreal —entonces también aspirante a convertirse en candidato a la Presidencia por Morena— publicó en su canal de Youtube un breve video en el que “dialogaba” con Benjamín Franklin sobre asuntos bilaterales.

En aquellos momentos, Marcelo Ebrard también recurrió a la Inteligencia Artificial, pero como una propuesta de seguridad en su llamado Plan ANGEL, que provocó todo tipo de reacciones.

Hasta Claudia Sheinbaum se subió a esta tendencia cuando compartió su tan comentado “Yearbook” de los 90’s a sus redes sociales.

La realidad es que la Inteligencia Artificial es un recurso más, para intentar definir la decisión que tendrán millones de mexicanos en las urnas el próximo año.

Hay quienes opinan que utilizar un avatar para hablarle al electorado —con una imagen más estética además— puede generar confusión y alejamiento del candidato con su objetivo, porque no se muestra real y no da certeza por lo tanto.

Iván Priego, director de tecnología de la agencia de estrategias digitales Realithink, en entrevista para el diario El País señaló que, ellos que se dedican al marketing ven “que nos puede ayudar a generar análisis predictivos de sentimiento”. Interesante…

La Inteligencia Artificial hoy es como un miembro más en un Cuarto de Guerra. Podría ser capaz de generar, casi de forma instantánea, un nuevo rumbo de estrategia de acuerdo a cómo se vayan moviendo las fichas durante las campañas.

Podría quizá, ser el generador de discursos estratégicos, el diseñador gráfico estrella, el “oráculo” con un simple vistazo al algoritmo, de lo que ve y consume el ciudadano objetivo, para cada personaje de la contienda.

¿Qué tan riesgoso va a ser poner a competir a un robot contra otro? Si la Inteligencia Artificial puede usarse también con fines de “difamación”, por ende, desinformación en redes sociales por suplantación de identidad, manipulación de hechos, etc.

Asimismo, puede utilizarse como justificación para hacer ver un material real, como falso. Y es que la tecnología se aprecia hoy tan capaz de engañar, con tal precisión, que entramos en el peligroso terreno de la incertidumbre más burda, sobre la autenticidad —en todo sentido— de cada personaje objetivo.

En Estados Unidos el tema ya preocupa al Congreso, tanto, que a través de su Servicio de Investigación (CRS por sus siglas en inglés) ha emitido al menos 4 informes respecto al uso de la IA en las campañas electorales, de abril a septiembre.

Y es que esta herramienta parece presentar nuevos desafíos para campañas y votantes, “sobre cómo determinar si las comunicaciones son auténticas”, dice un documento publicado el pasado 16 de agosto.

Entonces, si bien la IA puede brindar a los candidatos ganancia en tiempos o estrategias innovadoras para emitir mensajes, también puede generar una fuerte polarización, por tergiversar la realidad, como lo hacen las aplicaciones que generan imágenes de fotografía a partir de pocas palabras.

Vaya reto al que nos enfrenta la Inteligencia Artificial y sus recursos para ganar simpatías en un complejísimo y polarizado año electoral, que se expone desde ya, a las sucias guerras internas en todos los institutos políticos. Ninguno se salva.

Pero de que ya se convirtió en la más burda de las justificaciones, para lo que podrían ser los más evidentes desórdenes políticos entre los competidores, no hay duda. Porque en el ADN de la ambición de poder y en cualquier campaña, la traición nunca ha sido artificial y sí muy real.

No olvidemos que en política los “aliados” pueden ser de mentiras y los enemigos, siempre de a deveras, y en eso no hay nada de artificial, por más que la tecnología se esmere.

Esto ya comenzó…