Duelos Internos
Por Zuleyka Franco
La dimensión afectiva tiene que ver con la aproximación o disposición positiva hacia algo o alguien. Es un estado de empatía que involucra el universo de las emociones. La existencia impone etapas de “sufrimiento”, como es el caso de las “pérdidas afectivas”, las cuales solo pueden ser superadas por medio del duelo.
El “duelo” conlleva un proceso en el que se busca equilibrar las emociones después de una pérdida afectiva. Este proceso de duelo se adelanta en un contexto marcado por el dolor, la negación, la tristeza, la confusión, la rabia y la culpa.
Esto, posteriormente, da cabida a la resignación y la reconstrucción.
Un duelo bien resuelto nos fortalecerá frente a las demás adversidades y nos otorgará una experiencia que nos permita llevar una vida más feliz y sana.
Hay diferentes pérdidas en nuestra vida a lo largo del camino.
La pérdida en nosotras las mujeres, es una de las razones por las que las mujeres tenemos esa gran capacidad de “resiliencia” ante la vida, a pesar de que muchos hombres aun nos llaman el “Sexo Débil”, somos por mucho en la mayoría de las ocasiones como el ave fénix….
Resurgimos de las tragedias, las pérdidas, el sufrimiento, la derrota, el fracaso, y muchas veces casi del borde de la muerte, ya que las mujeres, somos seres humanos capaces de transformar nuestras debilidades en fortalezas.
Cuando atraviesas por una pérdida afectiva tus emociones son más intensas y profundas. Las pérdidas afectivas pueden ser diversas: la muerte de un familiar o una persona muy cercana, la ruptura con tu pareja, la aparición de una enfermedad catastrófica como el cáncer, la pérdida del empleo e incluso una jubilación. Un aspecto importante que debemos tener en cuenta es que cuanto más sorpresiva resulte la pérdida afectiva, más difícil será superar el duelo.
Durante el proceso de superación de la pérdida afectiva pueden surgir comportamientos autodestructivos. Dichas conductas pueden estar asociadas con los excesos y los pensamientos obsesivos.
Por lo general, esto obedece a que no hicimos conciencia acerca del grado de dependencia que teníamos de alguien, y cuando sobreviene la pérdida esa parte de nosotros muere con la otra persona. Entonces, nos sentimos desvalidos, hablando específicamente de una pareja o un familiar cercano y hasta de una mascota.
Usualmente cuando las personas atraviesan una etapa de duelo, experimentan una falta de interés por las cosas que antes disfrutaban. En algunos casos llegan a excederse en el consumo de comida, medicamentos o alcohol como un recurso para tomar distancia del dolor, pero con esto solo se empeora la situación.
El proceso de un duelo lleva tiempo, las heridas sanaran gradualmente y es algo que no se puede apresurar. El duelo debe asumirse, tarde o temprano. Y la peor decisión que se puede adoptar es tomar atajos para disminuir el dolor o intentar ignorarlo.
En caso de que el duelo obedezca a una pérdida afectiva por muerte de alguien cercano no es positivo ocultar la aflicción y evitar hablar del fallecido. En un sentido contrario a lo que se suele pensar, hablar de la persona desaparecida produce alivio. También ayuda en la evolución sana del duelo.
Cuando el dolor parece empeorar y hace crisis puede que experimentemos deseos de lastimarnos o incluso tener pensamientos suicidas. En este caso, lo mejor es compartir tus pensamientos con alguien en quien confíes o buscar ayuda terapéutica.
No existe un método correcto o incorrecto para superar un duelo. Este proceso se realiza por etapas y no tiene un tiempo específico de desarrollo.
Dependerá de cada persona y del tipo e intensidad de la pérdida. Incluso puede que haya momentos en los que creas que no vas a poder con eso, pero podrás.
3 Consejos Adicionales
Además de las recomendaciones anteriores, hay otros aspectos que resultan importantes para afrontar con éxito una pérdida afectiva. Tienen que ver, sobre todo, con el manejo de las emociones y percepciones subjetivas.
• Es importante expresar las emociones, esto nos libera y alivia la carga que llevamos.
• Cuando el dolor es insoportable y permaneces estancado en ese punto, lo mejor es buscar ayuda profesional.
• Por injusto que parezca, la vida sigue. Es una imposición prácticamente natural continuar con tu vida e intentar no abandonar tus estudios o trabajo, el cuidado de tu mascota, la práctica de algún deporte. Procura no escapar de tus emociones y trata de realizar las cosas que normalmente harías. Pero, sobre todo, no te sientas culpable por sentirte bien.
El final de algo es el comienzo de otra cosa. Detrás del sufrimiento puede esconderse un mayor bienestar. Puede que no lo veamos al principio y tengamos que esperar un poco para visualizarlo. La pérdida afectiva es un momento de crisis en el que podemos encontrar nuestra verdadera fuerza interior. El sufrimiento puede transformarse en seguridad y confianza para continuar arriesgándonos a existir y a amar…
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