El Día de las Madres y la Violencia Vicaria

**Alguien como tú.

/ Gladys de L. Pérez Maldonado /

En la actualidad en varios países del mundo se lleva a cabo la celebración del Día de las Madres, aunque en diversas fechas, pero casi todos el segundo domingo de mayo y en otros como en México el 10 de mayo.

No obstante, en nuestro país su origen es bastante polémico, se dice que la adopción del 10 de mayo como Día de las Madres fue una reacción conservadora al movimiento feminista que se llevaba a cabo en el Estado de Yucatán.

Marta Acevedo, especialista en estudios de género, explica el origen histórico de esta celebración. Ella comenta que  en 1916 se celebró el primer congreso feminista en Yucatán, en el que se discutió por primera vez en nuestro país la maternidad elegida y se aconsejó a las mujeres evitar embarazos no deseados mediante el método anticonceptivo.

Seis años después, durante el gobierno de Felipe Carrillo Puerto en Yucatán, se formó una liga de mujeres que luchaba a nivel nacional sobre la emancipación de la mujer y sus derechos civiles, lo que obviamente provocó reacciones del sistema patriarcal y se inició una campaña en los medios de comunicación contra estas propuestas “inmorales” de controlar la procreación.

Acevedo sostiene, que durante ese tiempo, fue que el periódico Excelsior, la Secretaría de Educación Pública, el Arzobispado Mexicano, la Cruz Roja y las Cámaras de Comercio decidieron adoptar el Día de las Madres, como una reacción en contra del movimiento feminista de aquella época que iba ganando terreno y que fue aplastado por la propaganda a favor de la procreación.

Esta teoría del origen del Día de las Madres en México, por supuesto, no ha sido confirmada por fuentes oficiales, muchos señalan que es mera coincidencia cronológica y no una reacción antifeminista de los conservadores. ¡Así las cosas!.

Lo cierto es que, el 10 de mayo de cada año se celebra y enaltece a la mujer que es madre. Este día todo el territorio nacional para en sus actividades, celebraremos a la mujer que nos dio la vida o que sin ser la madre biológica, nos arropó en sus entrañas,  nos da sus horas de sueño, su esfuerzo, su amor de manera incondicional, que trabaja sin cesar para sustentar las necesidades de sus hijos e hijas, que nos aconseja, la que siempre ha estado pendiente de llevar un alimento diario a sus hijos, la que educa, la que forma, crece y administra a la familia, la que siempre perdona y justifica la conducta de las hijas e hijos, en pocas palabras la mujer que siempre está dispuesta en cualquier horario para nosotras/os aunque seamos mayores e independientes económicamente.

Tristemente, la realidad que hoy se vive, es que esa mujer, es aquella que cada vez es más violentada por la sociedad, es a la que se discrimina, a la que se exige un esfuerzo mayor para brillar en un centro de trabajo, es a la que se limita en sus opiniones a nivel familiar, es a la que se le restringe el dinero por su pareja cuando se dedica a las labores del hogar y al cuidado de los hijos y en ocasiones también de los padres, es aquella mujer a la que se le priva de la vida y deja a sus hijos e hijas en orfandad.

En el marco de la conmemoración del Día de las Madres, debemos visualizar a aquellas mujeres que por el solo hecho de ser madres son víctimas de la Violencia Vicaria.

La Violencia Vicaria es un tipo de violencia psicológica que generalmente existe en la pareja, ya que el abuso o la agresión se da entre dos personas que tienen o habían tenido una relación sentimental. El agresor busca causar el máximo daño a la víctima, utilizando para este fin lo que ésta más quiere: sus hijos e hijas.

La psicóloga clínica especialista en victimología, Sonia Vaccaro, de origen Argentino radicada en España, fue quien acuñó el término de Violencia Vicaria en el año 2012 para hacer referencia a los casos en que los padres dañan a sus hijos para causar dolor a sus ex parejas.

Este tipo de violencia de género está presente en el núcleo familiar con amenazas y control hacia la mujer a través de los menores, con expresiones como: “me llevaré a los niños y nunca más los volverás a ver”, las cuales cumplen y alejan a los hijos e hijas de sus madres, sin oportunidad de convivir con ellos o tan siquiera  comunicarse vía telefónica, saber de su paradero o si están bien, causando daño emocional y ansiedad a las víctimas, llevándolas en muchas ocasiones a cometer suicidio.

El agresor según los expertos es una persona narcisista, psicópata, manipulador, es un agresivo pasivo el cual se victimiza ante los demás, siempre predispone a los hijos e hijas en contra de la madre diciéndoles entre otras cosas: “que ella los abandonó, que se fue con  otro hombre, que nos los quiere, etcétera…” fomentando el odio hacia su progenitora, en algunos casos, los hijos de la pareja pueden ser maltratados o agredidos, tanto psicológica como físicamente hasta la muerte, con el objeto de hacer daño a la mujer.

Estos violentadores cuentan con la complicidad de sus familiares, quienes eventualmente tienen el depósito judicial de los menores.

Mujeres como Mayte, Alexandra, Elisa, Micaela fundaron en México el Frente Nacional Contra la Violencia Vicaria – www.fncvc.comque actualmente cuenta con más de 900 mujeres asociadas a esta lucha de recuperar a sus hijas e hijos y de que se reconozca la Violencia Vicaria en las leyes mexicanas.

Ellas son mujeres que decidieron terminar una relación de matrimonio con sus parejas por razones diversas, pero que de ninguna manera debe incidir en ser alejadas de sus hijas e hijos. Son mujeres que sufren con el alejamiento de sus menores hijos, son mujeres que tienen el derecho de decidir de vivir en pareja o no, son mujeres objeto de venganza por parte de sus ex parejas, son mujeres además violentadas por autoridades corruptas influenciadas por personas poderosas que decidieron quitarles la custodia y patria potestad de sus hijas e hijos.

El 31 de marzo del 2022, el Congreso del estado de Zacatecas aprobó la tipificación de la Violencia Vicaria como parte de la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, así como de los códigos locales en materia familiar y penal.

La define como “cualquier acto u omisión, por parte de la pareja o ex pareja sentimental de una mujer que inflija a personas con las que esta tenga lazos de parentesco civil, por consanguinidad hasta el cuarto grado o por afinidad hasta el segundo grado, un daño, menoscabo o sufrimiento de cualquier naturaleza con el propósito de causar perjuicio o daño psicológico, patrimonial, físico o de cualquier otra índole a la mujer”.

El 7 abril pasado se adicionó el artículo 8 ter de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado de México, quedando establecido que la violencia vicaria “es el acto u omisión que genera afectación o daño físico, psicológico, emocional, matrimonial o de cualquier otra índole a un descendiente, ascendiente o dependiente económico de la víctima, cometido por parte de quien mantenga o mantuvo una relación afectiva o sentimental con la misma.

El objeto es causar un menoscabo emocional psicológico, patrimonial o de otra índole hacia la víctima, a través de conductas tales como las amenazas verbales, el aleccionamiento, la sustracción de sus hijas o hijos, la imputación de hechos delictuosos falsos donde se demuestre la dilación procesal injustificada o cualquier otra utilizada para dañar a la mujer.”

Los estados mexicanos de Tabasco y Puebla ya cuentan con iniciativas formales para tipificar esta violencia de género en sus ordenamientos legales.

“La Madre” es una mujer y la sociedad lo ha olvidado. Hombres y mujeres sin desdén lastiman a las mujeres los 365 días del año, cuanta incongruencia existe en este siglo XXI, cuanto dolor se profesa a las madres motivando el desprecio y olvido de los hijos y las hijas, cuanta violencia se ejerce sobre aquella madre que le quitan a sus hijas y a sus hijos sin razón, cuanta violencia se ejerce sobre esos menores de edad que sufren alienación parental y les privan del derecho natural de convivir con sus madres biológicas y se las sustituyen por la nueva pareja de su progenitor.

No debemos olvidar que la mujer tiene el don divino de ser madre y que aunque no lo sea, debemos respetarla, valorarla y tratarla con la dignidad que un Ser Humano merece.

Desde este espacio “Alguien como tú” hace un llamado -a usted que nos lee- de sororidad y empatía con estas mujeres que son madres, que han sido alejadas de sus hijas e hijos y que para ellas este 10 de mayo no será un día de celebración pues son víctimas de La Violencia Vicaria

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