Errores humanos

▲ El primero de abril trabajadores de protección civil del municipio de Solidaridad, Quintana Roo, clausuraron la atracción acuática Río Salado en el parque Xenses, propiedad del Grupo Xcaret, donde Leonardo, de 13 años, fue succionado por un sistema de filtración y más tarde falleció.

Por: Zaira Rosas

Errar es de humanos, es una de las frases que constantemente escuchamos. En ocasiones por justificar las equivocaciones, en otras porque realmente la naturaleza humana es compleja. Por ello en las instituciones y empresas se intenta considerar todo tipo de variables para prevenir errores. ¿Pero qué pasa cuándo las fallas se presentan sin importar la prevención?

Hay errores que pueden derribar una trayectoria, arruinar vidas o acabar con ellas. Algunos son mayores que otros, sin embargo, una vez presentados deben ser el antecedente ineludible de grandes aprendizajes. Tal es el caso de lo ocurrido en el parque Xenses de Xcaret, donde un menor de edad perdió la vida debido a un descuido que aún no se ha logrado explicar.

La historia de Leo luna, conmocionó al país, un joven de 13 años fue succionado por un filtro abierto, quedó gravemente herido y el Padre declara que el parque no brindó la atención debida, lo que provocó su deceso. Ante lo anterior Xcaret sólo pudo emitir un comunicado en el cuál señalaba: “En la investigación realizada pudimos determinar un error humano al realizar unos arreglos no autorizados en la zona del accidente”.

El padre del menor se movilizó a través de diversas plataformas solicitando justicia ante la lamentable pérdida. El hecho tuvo lugar el 27 de marzo. La empresa emitió un comunicado 4 días después de la muerte del niño y los hechos alrededor de la situación aún no son del todo esclarecidos, pero un cuestionamiento es latente. ¿Se pudo evitar? ¿En quién recae la responsabilidad de lo ocurrido? Las respuestas son múltiples, mientras tanto ante la justicia de las instituciones públicas, la vida de Leo tiene un costo de $150,000. Ese es el monto que el parque Xcaret pagará como multa debido a la falta de protocolos adecuados.

Por su parte, el padre del menor después de relatar las múltiples irregularidades padecidas, reiteró que no busca dinero, su intención es evitar que más personas vivan algo similar. Él como médico tiene la certeza de que su hijo seguiría con vida si el personal del lugar hubiese contado con la capacitación adecuada. Para reforzar lo anterior, protección civil municipal comentó a diversos medios que ante sucesos similares se deben brindar primeros auxilios, aplicar medidas de reanimación cardiopulmonar y llamar al número de emergencia. De lo anterior no existe un reporte que compruebe la realización de estas recomendaciones.

La mala experiencia de una familia de Durango, debería ser lección suficiente para que el centro de entretenimiento familiar haga la capacitación debida a su personal, analice los trabajos realizados de mantenimiento y determinen un protocolo verificado de atención ante desgracias semejantes. El error sin duda pudo evitarse, desgraciadamente nada podrá devolver la vida de Leo Luna, pero sí es posible determinar un nuevo rumbo para que el funcionamiento del lugar sea seguro.

Un simple error humano además de privar de la vida a un menor de edad ha repercutido en la economía de las agencias turísticas del Caribe, las cuales declaran un declive en sus ventas de hasta un 70%. Los turistas nacionales son los primeros en optar por otras opciones y los internacionales antes de elegir visitar alguno de los parques de Xcaret preguntan si la problemática ya fue debidamente atendida y resuelta.

De acuerdo a especialistas como el psicólogo británico James Reason, lo fundamental para corregir errores es saber reconocerlos y ser conscientes de la posibilidad de los mismos, para así poder prevenir sobre múltiples escenarios cuál es el curso de la acción. Que la tragedia de una familia sirva no sólo a los responsables, sino a todos para decidir con precaución, reconociéndonos como seres perfectibles, pero nunca perfectos, en constante proceso de aprendizaje, más no omisos de responsabilidad ante cualquiera de nuestras acciones.