Hamás y la violencia sanguinaria contra las mujeres israelíes.

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08.10.2023 Israel.- Más de 100 mujeres y niñas han sido secuestradas, violadas y asesinadas en las últimas horas tras el ataque del grupo terrorista Hamas, que tuvo como primer objetivo a la población de las mujeres para tomarlas como trofeos de guerra y desfilarlas en videos, muertas, golpeadas, raptadas, humilladas para “ganar” una narrativa de supuesto triunfo y mostrar su “poderío”.

La violencia sexual en los conflictos armados es una de las violaciones más atroces de los derechos humanos que afecta de manera desgarradora a millones de personas en todo el mundo. Esta forma de violencia, que incluye violaciones, esclavitud sexual, mutilación genital y otras formas de abuso sexual, se ha utilizado como un arma de guerra para aterrorizar y controlar a las poblaciones afectadas.

La violencia sexual en los conflictos armados se dirige principalmente hacia las mujeres, aunque los hombres y los niños también son víctimas en menor medida. Los perpetradores a menudo son miembros de grupos armados, incluidos militares estatales y fuerzas rebeldes, que utilizan el abuso sexual como una táctica para aterrorizar a las comunidades civiles, desplazar a la población y desestabilizar a la sociedad.

Las escenas de la barbarie cometida contra mujeres, personas mayores e infancia, el secuestro para convertir en esclavas sexuales y tomar de rehenes a mujeres jóvenes por los extremistas palestinos de Hamas nos obliga hacer una revisión sobre este comportamiento.

Lamentablemente, en los conflictos bélicos, históricamente ha habido casos en los que los combatientes se han centrado en cometer actos de violencia sexual y abuso contra las mujeres.

Estos actos horrendos pueden ser analizados desde la perspectiva del patriarcado, que es un sistema social en el que el poder y el control están mayoritariamente en manos de hombres, y las mujeres tienden a estar subordinadas y desempoderadas. A continuación, se explora por qué esto puede ocurrir en el contexto de este conflicto bélico, donde las mujeres para Palestina e Irán desde esa perspectiva, son simples cosas para mandar mensajes de control:

El poder como objetivo principal: El patriarcado se basa en la idea de que el poder es fundamental, y en un conflicto bélico, el poder se mide en términos de control territorial, político y militar. En este contexto, el abuso sexual de las mujeres puede ser utilizado como una forma de demostrar poder y dominio sobre un enemigo, ya que las mujeres son vistas como vulnerables y subordinadas.

La objetificación de las mujeres: En el patriarcado, las mujeres a menudo son objeto de objetificación y cosificación. Durante los conflictos bélicos, esta visión de las mujeres como objetos de deseo o propiedad puede llevar a que los combatientes las vean como “botín de guerra” y las traten como tal, lo que incluye la violencia sexual.

Control y humillación: El patriarcado se basa en mantener el control y la supremacía masculina, y la violencia sexual es una forma de ejercer control y humillación sobre las mujeres. En un conflicto, los combatientes pueden utilizar la violencia sexual como una herramienta para desmoralizar y aterrorizar a la población enemiga, lo que refuerza su sensación de poder y superioridad.

Perpetuación de normas de género: El patriarcado se sostiene mediante la perpetuación de normas de género rígidas que dictan cómo deben comportarse hombres y mujeres. En un conflicto, los actos de violencia sexual pueden verse como una forma de castigar a las mujeres que desafían estas normas o que son percibidas como “desobedientes”.

Impunidad y falta de rendición de cuentas: En muchos casos, los perpetradores de violencia sexual en conflictos no enfrentan consecuencias legales significativas, lo que puede ser un reflejo de las estructuras patriarcales de poder en la sociedad y en las fuerzas armadas. La falta de rendición de cuentas puede fomentar la perpetuación de estos actos.

Es importante destacar que la violencia sexual en conflictos es una violación flagrante del derecho internacional y de los derechos humanos, y la comunidad internacional ha trabajado para prevenir y castigar estos crímenes. A pesar de las causas y explicaciones desde la perspectiva del patriarcado, es crucial condenar y combatir enérgicamente estos actos atroces y trabajar hacia un mundo en el que las mujeres sean tratadas con dignidad y respeto en todos los contextos, incluyendo los conflictos bélicos.

La Violencia Sexual en los Conflictos Armados y su Penalización

Afortunadamente, en las últimas décadas, se han establecido normas legales y mecanismos internacionales para combatir y penalizar esta abominable práctica.

Esta forma de violencia causa, ademas de un inmenso sufrimiento físico y psicológico a las víctimas, puede tener consecuencias a largo plazo, incluyendo enfermedades, embarazos no deseados y estigmatización social. Además, socava la paz y la estabilidad en las áreas afectadas, obstaculiza el desarrollo y perpetúa un ciclo de violencia.

La Penalización de la Violencia Sexual en los Conflictos Armados

A lo largo de los años, la comunidad internacional ha tomado medidas significativas para abordar y penalizar la violencia sexual en los conflictos armados:

Derecho Internacional Humanitario (DIH): El DIH prohíbe claramente la violencia sexual en los conflictos armados. El artículo 27 del Cuarto Convenio de Ginebra (1949) establece que “las mujeres serán especialmente protegidas contra todo ataque de carácter indecente”, y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI) considera la violencia sexual como un crimen de lesa humanidad y un crimen de guerra.

Tribunales Internacionales: Los tribunales internacionales, como el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) y el Tribunal Penal Internacional para Rwanda (TPIR), han juzgado y condenado a individuos por crímenes de violencia sexual en conflictos armados. Estos precedentes han establecido la responsabilidad individual de los perpetradores.

Corte Penal Internacional: La CPI es el primer tribunal permanente encargado de enjuiciar a individuos por crímenes internacionales, incluida la violencia sexual en conflictos armados. La CPI ha llevado a cabo investigaciones y juicios relacionados con estos crímenes y ha trabajado para garantizar la rendición de cuentas.

Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU: El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha adoptado varias resoluciones que condenan la violencia sexual en los conflictos armados y exigen medidas para prevenir y abordar este problema, incluyendo el fortalecimiento de los mecanismos de justicia.

A pesar de estos avances legales y políticos, la violencia sexual en los conflictos armados sigue siendo un problema persistente en muchas partes del mundo. Para erradicarla por completo, se necesita un esfuerzo global continuo que incluya medidas para prevenir, proteger a las víctimas, procesar a los perpetradores y abordar las causas subyacentes del conflicto. La lucha contra la violencia sexual en los conflictos armados es esencial para promover la paz, la justicia y los derechos humanos en todo el mundo.

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