La megafarmacia y los costos del desabasto .

/ Irene Tello Arista /

La administración que negaba el desabasto de medicamentos ahora tiene una nueva propuesta para terminar con este problema: una farmacia central y un nuevo sistema de compras. La actual administración inició un desabasto sin precedentes en insumos médicos y terminará sin resolverlo. A pesar de la inauguración de la “megafarmacia” y del anuncio del cambio de sistema de compras que ahora llevará a cabo Birmex, la paraestatal a la cual se le había encargado la distribución. Aunque en la inauguración de la megafarmacia se hizo alarde del fin de la “megacorrupción” en la compra de medicinas, es importante hacer un recuento de las distintas soluciones fallidas que se han intentado implementar para hacer frente al desabasto, así como las múltiples áreas de corrupción que se han generado con cada cambio.

El desabasto de medicinas inició con el cambio del sistema de compras consolidadas que realizaba el IMSS para pasar las compras a la Secretaria de Hacienda y Crédito Público. Esta decisión vino acompañada de un decreto presidencial que impedía la participación en la compra de medicamentos de las 3 principales distribuidoras en el país. Al darse el cambio tan abrupto en el sistema de compra de medicinas y romper el sistema de distribución de insumos, empezó el desabasto de medicinas en 2019. Debido a la falta de experiencia de la SCHP en la compra de medicamentos iniciaron las ventas parciales que abrieron la puerta al sobreprecio en la compra de medicinas. Este es un problema que persiste a la fecha debido a las compras fragmentadas y de emergencia.

Luego en 2020 se anunció la contratación de la UNOPS para llevar a cabo la compra de medicinas. Sin embargo, un gran número de las licitaciones que llevó a cabo este organismo quedaron desiertas, lo cual hizo que el desabasto continuara. La transparencia que tanto se prometió que se daría con la integración de este organismo a la compra de medicamentos vino acompañada de un aumento en el registro de contratos catalogados como “otras contrataciones” en los cuales se dejó sin especificar el tipo de adjudicación que se había dado.

Como resultado de las fallas de la UNOPS en la compra de medicinas, se integró al INSABI en la compra de medicinas. Debido a los cambios constantes en el sistema de compras, muchas de las instituciones que antes se unían a la compra consolidada de medicamentos, empezaron a comprar por su cuenta. Esto generó que el espacio de corrupción y sobreprecio de las instituciones estatales encargadas de la compra de medicinas aumentara.

Ante las fallas del INSABI en el tema de compra de medicinas, se pidió al IMSS-Bienestar que se encargara de la compra de insumos. Sin embargo, el tema de distribución seguía sin resolverse, por lo cual se tuvieron que hacer contrataciones adicionales para realizar este procedimiento, lo cual aumentó la cantidad de recursos destinados para este fin.

El último cambio en el sistema de compras vino al final del 2023 con la decisión del ejecutivo de encargar el tema de compra de medicinas a Birmex, una paraestatal con un pasado de corrupción. A esta paraestatal, se le había encargado a su vez el tema de distribución de medicinas, sin embargo, con la inauguración de la “megafarmacia” y las declaraciones del Presidente de esta semana, parece ser que la distribución de medicamentos se dividirá entre Birmex y el ejército.

En total en la actual administración se han desarrollado 5 sistemas de compra de medicinas: un sistema de compra por cada año. Con el anuncio de cada nuevo sistema, se ha prometido el fin del desabasto, el fin de la corrupción y una serie de ahorros considerables. Sin embargo, lo que no se ha mencionado, son los costos de cada cambio, las nuevas áreas de corrupción que se abrieron, así como la persistencia del problema.

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