La oposición se la juega en el Senado .

Retrovisor .

/ Ivonne Melgar /

“Alito no es el PRI”, repiten como mantra quienes aún quieren salvar la coalición Va por México.

Esperan que en las próximas horas los priistas afines a Miguel Osorio echen por tierra la reforma constitucional que liberó a Alejandro Moreno de la amenaza gubernamental de desafuero y cárcel.

Pero PAN y PRD deberán prepararse para un escenario en el que la dirigencia priista también se salga con la suya el próximo miércoles 21 de septiembre en la votación del Senado, rom­piendo la cohesión del bloque de contención, como ya sucedió en la Cámara de Diputados este miércoles 14 con la coalición legislativa opositora.

En el Senado, PAN, PRI, PRD, Movimiento Ciudadano y Blo­que Opositor suman 53 votos. De manera que los 75 de Morena y sus aliados resultan insuficientes para aprobar una reforma constitucional que requiere de la denominada mayoría califi­cada, consistente en las dos terceras partes de los legisladores presentes en el pleno.

El problema para la oposición es que ahora mismo están en la mira del gobierno y de Morena una docena de senadores de sus bancadas que pueden doblarse ante promesas partidistas o la presión de sus gobernadores e incluso ante el amago de que se les reactiven expedientes.

De ahí que algunos pueden faltar a la sesión del día 21, votar a favor o en abstención. Todo se contabiliza en la matemática parlamentaria que ahora mismo hacen Alito, la Secretaría de Gobernación y el jefe de la mayoría morenista en la Cámara alta, Ricardo Monreal, para conseguir los 10 de oposición requeridos y conseguir los 85 votos equivalentes al 66. 4% del pleno, si es que asisten los 128.

Es raro un quórum total. El 21 de febrero de 2019 acudie­ron 127 senadores para aprobar el decreto de la creación de la Guardia Nacional, el mismo que ahora se busca modificar en su Quinto Transitorio para que el plazo de la participación militar en ese cuerpo policial –que originalmente sería civil– sea pro­longado cuatro años más y no concluya en 2024.

En el hipotético caso de que se repita esa asistencia de 127, se requerirían 84 votos para la mayoría calificada, es decir, 9 sena­dores de oposición agregados a los 75 de la autoproclamada 4T.

¿De dónde pueden salir? De los 13 de la bancada del PRI que coordina el senador Osorio. Porque, si bien Marko Cortés y Jesús Zambrano ya le perdieron la confianza a Alejandro Moreno, los priistas le siguen creyendo y ahora mismo se habla hasta de 5 senadores que podrían votar a favor de la prolonga­ción de la presencia de las Fuerzas Armadas en tareas de segu­ridad hasta 2028, favoreciendo así la expectativa del dirigente de cumplirle al ciento por ciento al gobierno.

Los votos dudosos podrían recaer en Manuel Añorve, Carlos Aceves, Verónica Martínez, Ángel Yáñez y Mario Zamora.

En algún momento hubo dudas sobre el senador mexiquen­se Eruviel Ávila, pero las disipó el voto en abstención de la diputada Ana Lilia Herrera, aspirante a la gubernatura en el Estado de México, donde una definición de ese tipo, según los códigos atlacomulquenses, siempre se toma en consulta con el gobernador. También pueden salir del PRD, si prosperan las presiones hacia sus tres senadores: Miguel Mancera, Antonio García Conejo y Juan Manuel Fócil. Aunque se prevé que el dirigente del partido, Jesús Zambrano, les pedirá que salven a la coalición, bajo la certeza de que en las próximas horas se define el futuro electoral aliancista.

En la pepena de los votos faltantes para la 4T, que cabildea como suya la propuesta priista que salvó a Alito, se barajan per­files de Movimiento Ciudadano susceptibles de un apretón: Noé Castañón, Antonio Gama y Gloria Núñez. Pero en la bancada del partido que conduce el senador Dante Delgado resulta im­perdonable voltear banderas en definiciones de principio. Así que desde ya podría descartarse cualquier resta entre sus 12 representantes.

Y en el caso de los 21 del PAN, todos le han dicho a Julen Rementería “cuenta conmigo, coordinador”. Mas en los cálculos morenistas no descartan aplicar la judicialización de la políti­ca –esa ruta que tan bien saben cruzar– contra Ismael García Cabeza de Vaca.

Incluyen, además, en la lista de ausencias o abstenciones convenientes al panista de Yucatán Raúl Paz Alonso. Pero en las cuentas opositoras lo consideran un seguro voto en contra, porque saben que quiere saltarse a MC y ahí no sería bienve­nido si favorece lo que en el bloque de contención hoy es una consigna: los militares no deben quedarse en la Constitución.

Del Grupo Plural, los cuatro votos van en contra.

De manera que la suerte de Va por México o de una eventual reconfiguración sin el PRI o sólo con parte de éste hacia una futura coalición con Movimiento Ciudadano desde el Senado, quedará sellada en las próximas horas.

Por lo pronto, el senador Monreal admitió ayer estar batallan­do como nunca para sensibilizar a unos coordinadores de opo­sición “cerrados” y “decididos” a ejercer su veto constitucional.

Frente a la incertidumbre parlamentaria, lo único que queda claro es que, para Marko Cortés y Jesús Zambrano, con Alito todo se acabó. “Con él, ni a la esquina”. De manera que la coalición que iba por México ya no va, en tanto continúe Alejandro Moreno en una presidencia que terminaría dentro de 11 meses.

Demasiado tiempo para una oposición a la que ahora le urge saber si hay PRI más allá de Alito.

Ésa es la incógnita que despejaremos el miércoles.

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