* No necesitamos permiso para luchar por la vida, afirman.
/Redacción/
Chiapas, ., 04 marzo 2020.- Con un comunicado, las mujeres indígenas que integran el EZLN anunciaron se sumarán al paro nacional de mujeres convocado para el 9 de marzo.
“Sin pedir permiso a ningún hombre, sea malo o bueno” advirtieron las mujeres indígenas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que con diversas actividades se sumarán al paro nacional al que han convocado colectivos feministas para este 9 de marzo.
Las mujeres zapatistas informaron a través de un comunicado que durante la madrugada de ese día encenderán miles de luces, pues “en los caracoles y en los pueblos zapatistas la luz de las mujeres brillará”.
Diversos colectivos han convocado para el próximo lunes 9 de marzo a un paro #UnDíaSinNosotras, que ha sido acogido por la mayoría de las mujeres a nivel nacional a partir de la convocatoria del grupo feminista de Veracruz llamado Brujas del Mar.
A la iniciativa se han sumado instituciones públicas, Privadas, empresa, pequeños comercios y algunos sectores de gobierno, pese ala la animadversión presidencial a la organización de las mujeres.
La convocatoria a las mujeres es para no asistir al trabajo, comercios, escuelas, no realizar trabajo del hogar ni salir a la calle para visibilizar la importancia de quienes representan el 51% de la población, así como exigir se detenga la violencia y discriminación en su contra.
“Lo pensamos y lo platicamos y salió que las compañeras de las diferentes zonas zapatistas estuvimos de acuerdo de sumarnos al paro del día 9 de marzo del 2020”, manifiestas las mujeres zapatistas
Las integrantes de l EZLN exhortan ademas que el día 8 de marzo las mujeres se manifiesten y marchen “cada quien según su modo, su lugar y su tiempo”.
COMUNICADO
EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
MÉXICO.
1 de marzo del 2020.
A las Mujeres que luchan en México y el Mundo.
De: Las Mujeres indígenas zapatistas del EZLN.
Compañera y hermana:
Te saludamos a nombre de las mujeres indígenas zapatistas de todas las edades, tanto desde las pichitas hasta las de más juicio, que sea de edad. Esperamos que te encuentres bien y luchando en compañía de tus familias, hermanas y compañeras.
Acá tenemos muchos problemas por razón de los paramilitares que ahora son del partido Morena, y antes fueron del PRI, el PAN, el PRD y el Verde Ecologista.
Pero no es de eso que te queremos platicar, sino de algo que es más urgente y más importante. Que sea de las grandes violencias que hay contra las mujeres y que se ve que no se detienen, sino que aumentan y también aumenta la crueldad. Los asesinatos y desapariciones de mujeres ya son una locura que antes no se podía imaginar. Ninguna mujer, de cualquier edad, clase social, militancia política, color, raza o creencia religiosa, está a salvo. Tal vez podríamos pensar que las mujeres ricas, las gobernantes y las famosas, que tienen cómo protegerse con sus guardias y policías, podrían decir que están seguras, pero ni ellas, porque no son pocas las veces que la violencia que nos desaparece, nos secuestra y nos asesina, viene de familiares, amistades y conocidos.
Hay que acabar con esas violencias, vengan de donde vengan. Por eso hicimos antes un llamado a manifestarnos, como mujeres que somos, el día 8 de marzo del 2020. Cada quien según su modo, su lugar y su tiempo. Y llamamos a que la demanda principal de esas manifestaciones sea detener la violencia contra las mujeres. Y ahí también decir claro que no olvidamos a las desaparecidas y asesinadas en todos los gobiernos, sean tricolores, azules, verdes, amarillos, guindas, naranjas, cafés o cualquiera que sea su color, porque son los mismos. Y para recordarles a los malos gobiernos y a ellas que nos faltan, propusimos que llevemos una señal de color negro en nuestra ropa. Porque estamos de luto por tanta matazón que hay de mujeres en todo el mundo. Y peor todavía que ya ni las pichitas están seguras.
Hermana y compañera:
Hace unos días, lo supimos que un grupo de hermanas feministas de Veracruz, del colectivo “Brujas del Mar”, se pensó una buena idea y llamó a una iniciativa de movilización de protesta contra la violencia. Su idea es hacer el día 9 de marzo una movilización de ausencia, o sea que se vea y se sienta qué pasa sin mujeres, que sea un Paro de Mujeres.
Que sea no ir a trabajar, no comprar, no movernos, que no nos vean. Porque, lo dicen claro, parece como que las mujeres somos el enemigo principal y el sistema nos quiere liquidar, o sea aniquilar.
Después lo miramos lo que pasó con los machitos y las machitas patriarcales que hay en el mal gobierno, los partidos políticos y los grandes empresarios. Ya no les importa la desgracia maldita que viven y mueren las mujeres en México. Lo que les interesa es montarse encima de ese dolor y, borrándolo, pelearse por quién es más chingón.
Los poderosos y sus capataces políticos están, por un lado, haciéndose los muy conscientes y sensibles y ni siquiera pueden quitarse su modo patriarcal porque hasta dicen que les dan “permiso” a las mujeres para que protesten porque las matan. Ahora sí que les dan permiso de que luchen por vivir. Son unos sinvergüenzas ellos y las mujeres que tienen el mismo pensamiento de machos, aunque sean mujeres.
Y por el otro lado, pues está el supremo gobierno, que se encabrona porque ya la gente no está discutiendo lo que dice o eructa o vomita en sus palabras. Porque resulta que unas mujeres, jóvenas para más peor, le quitaron el micrófono y están gritando lo que el mal gobierno calla. Si sí es ridículo que los mal llamados opositores y opositoras políticas se hagan como buenas gentes que dan “permiso” de vivir, es más ridículo que el mal gobierno y sus fanáticos y fanáticas acuse de “golpista” la lucha por la vida de las mujeres. Ahora sí que está más peor, porque así mandan que nadie puede vivir o sobrevivir sin su permiso, y nadie puede luchar hasta que el mal gobierno lo diga en una de sus ocurrencias. De por sí así son los machistas patriarcales, que creen que todo el mundo gira alrededor de su ése-cómo-se-llama y sus coyolitos. Si alguien está luchando sin permiso, entonces es que está en contra del mal gobierno. Si asesinan a las mujeres, si las desaparecen, si las secuestran, si las torturan, si las marcan, entonces es que esas mujeres víctimas son parte de un plan que quiere quitar a un gobierno. Ya de plano no tienen vergüenza.
Y todavía los sinvergüenzas patriarcales de gobiernos y patrones dan sus consejos machitos a las mujeres: que no se dejen manipular, que se porten bien, que no rayen las piedras y las puertas, que no rompan los vidrios, que se vistan bien, que no levanten la mirada, que no den de qué mal hablar, que cuiden lo que dicen, escriben y piensan. O sea que no hagan nada sin permiso de ellos. Que sea que estamos maduras para que nos maten, nos desaparezcan y nos violen, pero no para pensar, analizar y decidir. De plano son unos babosos… y babosas, porque también hay mujeres que hasta les aplauden.
Lo que dicen es que para todo hay que pedirle permiso al mal gobierno o al patrón, hasta para sobrevivir. Porque así está de cabrona la cosa, compañera y hermana, que las mujeres en México y en el mundo están sobreviviendo. O sea viviendo con miedo. Y eso no es vivir, sino apenas es no morirse… hasta que nos asesinen o nos desaparezcan, y todo con una violencia terrorista.
Y también están quienes, supuestamente de izquierda, miran divertidos cómo el mal gobierno está mostrando que o es un baboso o un ignorante. Como si fuera necesario mirar los berrinches que hacen los malos gobiernos para saber que son las dos cosas.
Esas personas también valoran según si le sirve o no a los malos gobiernos, o si les sirve o no a quienes lo critican. Pero tampoco les importa si la iniciativa es buena o mala para la lucha por la vida que hacen las mujeres. Miran los asesinatos, las desapariciones, las violaciones, y se alegran porque eso demuestra que el mal gobierno es, además de malo, un inútil. Esas personas debieran mejor preguntarse si sus valores como de izquierda que dicen que son, les permiten mirar las luchas como si fueran verduras en un mercado y a ver qué compran o nomás mallugan.
Y en todos esos dimes y diretes que se traen allá arriba los malos gobiernos, los grandes medios de comunicación, los partidos políticos y los cabezas grandes, se olvida lo más importante que va a marcar esos días 8 y 9 de marzo, y que no es que nos están matando como mujeres que somos, sino es que vamos a luchar por nuestra vida con todos los medios y según nuestro modo, tiempo y lugar de cada quien.
Y si no les importa la vida, pues entonces ni son de derecha, ni de izquierda, ni de centro. Ni humanos son, pues.
La lucha por la vida es esencial a toda la humanidad, y no necesita el permiso de nadie porque lo traemos en la sangre. Y si alguien piensa que la lucha por la vida de las mujeres es golpista o de derecha o gobiernista o izquierdista o antigubernamental o es de un color, pensamiento o religión, pues entonces es que defiende la muerte. Si se enteran de otra asesinada, primero preguntan de qué color es su piel, su partido, su religión: y según si es su contrario pues entonces mal hablan, pero no de los asesinos, sino de la mujer víctima.
Nosotras no entendemos cómo es que el mundo llegó a eso, y que todavía dicen que nosotras las indígenas zapatistas estamos atrasadas y no conocemos el desarrollo y progreso que traen los megaproyectos y el dinero y el consumo. Eso es su progreso: malbaratar la vida de las mujeres, porque resulta que es muy barato desaparecer, secuestrar o asesinar una mujer, porque no hay castigo. Al revés, hasta no faltará quien aplauda y diga “una enemiga menos”, “un estorbo menos”, “una pecadora menos”, “una radical menos”, “una conservadora menos”, “una mujer menos”.
No entendemos por qué hay personas así, pero sí entendemos que no podemos quedarnos sin hacer nada, pensando que esos dolores y esas rabias son ajenas, que sea que no nos tocan… hasta que nos toquen.
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Como mujeres zapatistas que somos esto es lo que pensamos y sentimos cuando analizamos sus palabras y acciones de las hermanas brujas:
Primero.- Nosotras saludamos su iniciativa. La miramos como algo valioso, bueno, noble, honesto y legítimo. Y la apoyaremos según nuestros modos. Porque cualquier mujer, sea una, o unas cuantas, o muchas, que luchen por la vida, deben saber que no están solas. Porque nuestro pensamiento es que, si las ausentes, las asesinadas, las desaparecidas y las encarceladas deben saber que no están solas, pues con mayor razón las vivas que luchan.
Pensamos que es buena idea, porque el día 8 de marzo, van a mirar y a sentir nuestros dolores y nuestras rabias. Y el día 9 los machistas patriarcales se van a preocupar de qué estamos pensando o planeando o sintiendo, porque no lo van a saber, que sea no nos van a mirar. ¿Qué tal que nos organizamos más y mejor? Porque a veces, del dolor y la rabia no sigue la desesperación o la resignación. Puede ser que siga la organización.
Segundo.- Por eso, según nuestro modo de cómo mujeres indígenas zapatistas que somos, es que platicamos con nuestras demás compañeras zapatistas de las comunidades. Les preguntamos si es buena idea eso del paro nacional el 9 de marzo. Y si sí es buena idea, pues no sólo decir que es buena idea, sino de hacer algo para apoyarnos como mujeres que luchan que somos.
Y les propusimos la idea de que ese día 9 de marzo, las compañeras que tienen cargo, sea de autoridad autónoma, sea de mando organizativo o de mando militar o de comisiones de educación, salud, tercias y de todos los trabajos que hacemos como mujeres zapatistas que somos, pues nomás no nos presentemos a nuestros trabajos.
Y eso porque así será nuestro modo de decirles que apoyamos esa idea del 9 de marzo sin mujeres, como una iniciativa más de las mujeres que luchan por la vida. Y como las mujeres indígenas somos mayoría en la autonomía zapatista, pues ese día se va a parar la autonomía zapatista.
Lo pensamos y lo platicamos y salió que las compañeras de las diferentes zonas zapatistas estuvimos de acuerdo de sumarnos al paro del día 9 de marzo del 2020, convocado por las hermanas Brujas del Mar.
Tercero.- El día 8 de marzo, miles de mujeres zapatistas nos reuniremos en nuestros caracoles y hablaremos de los dolores y las rabias que escuchamos en los dos encuentros de mujeres que hemos tenido, pero también hablaremos de luchas, de las nuestras y de las de ustedes, compañeras y hermanas que nos leen. Y llevaremos una señal de color negro en nuestras ropas.
Y el día 9 de marzo muchas no nos iremos a nuestros pueblos, sino que quedaremos y, en la madrugada de ese día 9 de marzo, encenderemos miles de luces. En los caracoles y en los pueblos zapatistas la luz de las mujeres brillará.
No sólo para que las mujeres que hagan ese día un día de lucha sepan que las miramos, que las admiramos, que las respetamos y que las saludamos. Que no están solas pues.
También para que, con esas luces, las hermanas ausentes, las asesinadas, las desaparecidas, las encarceladas, las migrantes, las violentadas, sepan que acá, en estas montañas en resistencia y rebeldía, hay quienes se preocupan por ellas y por sus familiares, por su dolor y por su rabia. Y no importa si esa hermana que está luchando es blanca o negra o amarilla o del color de la tierra. No importa si cree o no cree en una religión. No importa si se viste bien o mal. No importa si tiene paga o no. No importa si es partidista o no partidista. No importa si es amiga o enemiga.
Lo que importa es que esté viva y libre. Porque así, vivas y libres, pues entonces sí nos podemos criticar, mal hablar, pelear, o debatir, discutir, analizar y tal vez hacer un acuerdo: luchar contra la violencia que se hace contra las mujeres.
Porque con tanta matazón nomás vamos de un luto a otro, de un dolor a otro, de una indignación a otra. Tal vez es ése su plan del maldito sistema. Que sea que es estarnos matando y desapareciendo para que no tengamos tiempo ni modo para organizarnos y luchar contra el sistema patriarcal y capitalista.
Pero, como de por sí pasa en la historia del mundo, pues lo que va a pasar es que nos vamos a organizar precisamente para detener esa matazón. Y ya después, pues habrá quien diga que hasta ahí nomás. Pero habremos otras que nos seguiremos más allá, hasta terminar con la raíz del árbol de nuestro dolor: el sistema capitalista patriarcal, racista, explotador, represivo, robador y antihumano.
Porque, cuando al fin conquistemos el derecho a vivir, habrá quien diga que la esclavitud es buena y la abrace y la defienda como destino, mandato divino, mala suerte o hasta buena suerte.
Habrá quien diga que lo que sigue es tener buena paga. O sea que la explotación que tenemos hombres y mujeres tenga el mismo salario.
Habrá quién necesite la libertad como se necesita el aire y luche por conquistarla.
Habrá quien sea libre y luche por defender su libertad.
Habrá quien diga que se puede solas, como mujeres que somos.
Y habrá quien diga que hay que destruir a la bestia del sistema, y que para eso se necesita luchar con todas, con todos… y con todoas.
Y en lugar de muchas asesinadas, muchas desaparecidas, muchas secuestradas, muchas violentadas, tal vez habrá muchas ideas, muchos pensamientos, muchos modos de la lucha de como mujeres que somos.
Y tal vez entonces se entienda que la diferencia es buena, pero para que exista esa diferencia tiene que vivir.
Cuarto.- Por lo tanto, hacemos un llamado respetuoso a las hermanas y compañeras del Congreso Nacional Indígena – Concejo Indígena de Gobierno, de la Sexta Nacional e Internacional, y de las Redes en Resistencia y Rebeldía, a que analicen y discutan si está bien o mal esa propuesta de las hermanas brujas o si hay otras. Y si piensan que está bien, pues que le entren y sin pedir permiso. Y si piensan que está mal y que más mejor otra cosa, que sea otra iniciativa, pues a darle pues, y tampoco pedir permiso.
Así como nosotras no le estamos pidiendo permiso a los mandos y autoridades, ni a padres, hijos, novios, maridos o amantes, sino que lo vamos a hacer porque no de balde nos alzamos en armas desde el primero de enero de 1994.
Entonces ahí lo vean. Nomás sepan que no nos importa si nos dicen que somos conservadoras o golpistas o derechistas o izquierdistas.
Y a esos malos gobiernos que dicen que la sociedad se divide en liberales y conservadores, pues si es que dicen que están contra el neoliberalismo, entonces les viene tocando que se llaman “neoconservadores”.
Así pensamos y así vamos a hacer como mujeres indígenas zapatistas que somos.
Y lo vamos a hacer SIN PEDIR PERMISO A NINGÚN HOMBRE, sea malo, o bueno, o ni modos.
Es todo.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Por las mujeres indígenas zapatistas del EZLN.
Marisol, Yeny, Rosa Nery, Yojari, Lucia, Sol, Elizabet, otra Elizabet, Yolanda, Natalia, Susana, Adela, Gabriela, Anayeli, Zenaida, Cecilia, Diana, Alejandra, Carolina, Dalia, Cristina, Gabriela, Maydeli, Jimena, Diana, Kelsy, Marisol, Luvia, Laura.
Comandantas y Coordinadoras de Mujeres Zapatistas del EZLN.
México, 1 de marzo del 2020.