¿Para qué chingaos nos sirve la memoria?

**TIERRA DE BABEL. 

/ Jorge Arturo Rodríguez/ 

Es sabido que uno de los derivados principales del petróleo, es la guerra. Y la guerra, quiérase o no, arroja, vomita resultados nefastos. Ni quien se salve, al paso que vamos. No habrá rincón donde esconderse: el destino nos alcanzará, de una u otra forma. ¿La culpa? ¿No somos todos? Unos por hacer y otros por no hacer nada. ¿La vida sigue igual? En un mundo mediático, acelerado, estamos en un callejón sin salida, en un punto muerto. ¿Muertos? Por ahí escuché decir que hay tanta violencia que no podemos ver ni televisión en paz. Entonces sí que estamos de la chingada. Aún hay oportunidad para la paz o, como recuerdan, hagamos el amor en vez de la guerra. Claro, ya pa’ qué referirnos a México rojo de violencia. ¡En la madre!

         Pero estamos muy lejos aún de la guerra (¡Gulp!), apenas si existen enfrentamientos armados por aquí y por allá, hechos aislados, no pasa nada. En medio de una guerra, uno de los soldados le pregunta al general:

-Señor, deseo hacerle una pregunta, señor.

-Dígame, soldado Ryan.

-Señor, ¿qué hacemos si pisamos una mina del campo minado, señor?

-Soldado, según el procedimiento habitual, debe tratar de esparcirse en trocitos en un círculo de 10 metros.

Así de fácil, carajos. Pa’ que preocuparnos. En un sondeo del diario El Financiero, realizado en días pasados, el 46 por ciento de los mexicanos le preocupa “mucho” la situación entre Rusia y Ucrania, al 27 por ciento le preocupa “algo”, al 17 por ciento “poco” y solo al ocho por ciento “nada”, mientras que el resto no respondió la pregunta. Sobre los efectos en México, el 40 por ciento de la población opinó que la guerra en Ucrania afectará “mucho” al país, el 29 por ciento “algo”, el 19 por ciento “poco” y siete por ciento “nada”, con el resto de la ciudadanía sin alguna opinión.

Pos yo no lo sé de cierto, pero supongo que un día, al mal, al terrible paso que vamos, no sabremos más de la existencia de nuestros semejantes, o lo que es lo mismo, ¡sanseacabó! Y sálvese quien pueda. Espero, por ahí encontrarnos.

 

Los días y los temas

 

No es novedad, pero según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) 4 de cada 10 mexicanos viven en una situación laboral en la que sus ingresos mensuales no les alcanza para adquirir la canasta básica. ¿A poco?

         Bueno, no andamos tan mal, porque de acuerdo con el INEGI, el número de trabajadores mexicanos que ganan el salario mínimo aumentó de 13 millones 165 mil 956 a 19 millones 28 mil 666 en un año. Es decir, en enero de 2021, una cuarta parte de la población ocupada ganaba el mínimo, pero en enero de este año ya un tercio de los trabajadores ganaban esto. (aristeguinoticias.com, 01/03/22). Ahí la llevamos. Dime cuánto ganas y te diré se podrías ser mi amigo.

De cinismo y anexas

 

Dice el actor Daniel Giménez Cacho, a propósito de la película Memoria, donde da vida a uno de los personajes: “En este filme, la memoria tiene diferentes definiciones o niveles de comprensión. El más inmediato, sin duda, es una característica de lo que nos puede convertir en seres humanos así como una herramienta para justamente crecer y desarrollarnos. Gracias a ella, podemos evitar caer en cosas que no nos gustan o causar dolor a los demás. Queremos suponer que gracias a ciertos eventos, como la Segunda Guerra Mundial, la memoria nos va a impedir que suceda algo similar pero en el presente, con lo de Rusia y Ucrania, dudamos y nos preguntamos ¿para qué chingados nos sirve todo ello si no somos capaces de aprender?” (crónica.com.mx, 28/02/22).

         Y para no alarmarnos, ahí les dejo lo siguiente:

 

“Queriendo potenciar el turismo, el alcalde de Lepe decide hacer algo para llamar la atención del mundo.

Llama a los funcionarios del Ayuntamiento y al jefe de la policía local y les ordena enviar un telegrama a Pekín declarando la guerra.

Se recibe el telegrama, y el presidente de China pregunta a sus generales:
Lepe nos declara la guerra…., ¿dónde está Lepe…?

Después de 4 horas localizando al belicoso país, encuentran que Lepe es un pequeño pueblo, semejante a la cagada de una mosca en el mapamundi, ubicada al Sur de España.

Analizando el riesgo de semejante conflicto bélico, las autoridades militares chinas deciden aceptar la guerra.

El presidente llama a su secretaria y le ordena:

-Contéstele al gobierno local de Lepe y dígale que aceptamos guerra, y que además, nos digan con que potencial militar cuentan.

Se recibe el telegrama en Lepe. Después de leerlo, el alcalde le dice a un funcionario del Ayuntamiento:

-Vamos a contestarle a esa gente: Contamos con 20 policías locales, 15 bomberos, 130 pistolas, diez escopetas de caza, 5 coches de policía, tres gabarras y dos lanchas neumáticas con motor fuera borda; además, la Defensa Civil la componemos: el alcalde, 10 funcionarios y los jubilados de los hogares del pensionista; envíeselo y que nos digan ellos con que cuentan para hacernos frente.

Respuesta de China:

-Contamos con 27 millones de soldados, 120 mil oficiales, 24 generales y 6 Almirantes, 200 mil cañones, 25 mil tanques, 36 mil aviones, 150 submarinos, 30 portaaviones, 18 buques cisternas todo dirigido por satélite.

Se recibe el telegrama en Lepe.

Respuesta del Alcalde:

-Lepe no acepta la guerra por no tener sitio para tantos prisioneros.”

 

Ahí se ven.

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