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14/02/2022/ Ciudad de México.- La violencia sexual contra las niñas y mujeres es una constante que afecta el pleno ejercicio de sus derechos. Entre la problemática que suelen enfrentar está la alta probabilidad de un embarazo no deseado, así como adquirir el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), enfermedades de transmisión sexual (ETS), entre otros problemas de salud que perduran por años, aun cuando la violencia haya terminado.
Lo anterior lo declaró la diputada del Partido del Trabajo, María Rosete, al presentar iniciativa que reforma el artículo 34 Ter de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, para que a las mujeres o niñas en situación de violencia sexual se les realicen estudios médicos que corroboren o descarten posibles enfermedades de transmisión sexual.
Explicó que es importante que se lleven a cabo estos análisis a las víctimas, con el propósito de descartar posibles infecciones, para que de manera inmediata inicien el tratamiento adecuado, lo que redundará en un elemento trascendental para su manejo.
Indicó que la vida, salud y bienestar de las niñas y mujeres deben ser el eje rector de las actuales políticas públicas, con el objetivo de adoptar las medidas de protección necesarias para contribuir a mejorar la calidad de vida de este sector poblacional.
“La prevención es de suma importancia para mantener una buena salud, así como controlar la alta morbilidad que se asocia con estas infecciones y sus secuelas; así como tratar de forma oportuna los trastornos psicológicos que puedan ocasionar estos hechos”, sentenció la congresista por la Ciudad de México.