Sustituir el trabajo no pagado de cuidados por servicios públicos .

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/ Por Gloria López. /

Plataforma Impacto de Género Ya organiza una jornada con el objetivo de sumar fuerzas para alcanzar la meta 5.4 de los ODS: “Reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados mediante servicios públicos, infraestructuras y políticas de protección social, y promoviendo la responsabilidad compartida en el hogar y la familia, según proceda en cada país”.

Madrid, 05 may. 22. AmecoPress. – La Plataforma Impacto de Género Ya ha organizado una jornada en torno a la meta 5.4 de los objetivos de desarrollo sostenible: sustituir el trabajo no pagado por trabajo pagado y digno de cuidados. Para ello ha reunido a representantes de diversas organizaciones feministas, ministerios, instituciones como el Consejo Económico y Social de España, sindicatos y ONU Mujeres.

Una de las mesas de la jornada ha abordado la inversión en cuidados como avance hacia el ODS 5 (igualdad de género) en sinergia con el 3 (salud y bienestar para todos), 4 (educación de calidad) y 8 (trabajo decente y desarrollo económico) en España. Gracias al feminismo la sociedad ha sido consciente de la importancia de los cuidados, no sólo de la necesidad de dignificar el trabajo de cuidados y ponerlos en valor, sino también de que una economía basada en el beneficio del capital es incompatible con el derecho al cuidado. Sin embargo, esta comprensión ha de concretarse en políticas públicas y en una nueva escala de prioridades.

Isabel Serra, asesora en política internacional de la ministra de igualdad, argumentaba que el Estado es corresponsable de los cuidados y que es desde una lógica de derechos humanos que seremos capaces de garantizar el cuidado de todas las personas y de apostar por una economía que puede crecer si invertimos en el sector de los cuidados.

Serra ha hecho un recorrido por las medidas que se están poniendo marcha desde el Ministerio de Igualdad y desde el Gobierno para dar impulso a esta perspectiva. Se ha detenido en la Estrategia Europea de Cuidados y desde el punto de vista nacional en el plan corresponsables, en la estrategia de cuidados estatal en la que se está trabajando, en la ratificación del convenio 189 de la OIT que aprobará el Congreso próximamente y que “llega tarde”, así como en la acreditación profesional de las empleadas de los cuidados, algo que puede ayudar “a dignificar el sector y combatir su precarización”.

Si bien es cierto que el presupuesto del Ministerio de Igualdad es el mayor de su historia, la incidencia del Estado en la redistribución de los cuidados se tiene que medir no sólo por estas partidas sino por todos los presupuestos generales del Estado, ha puntualizado Begoña San José, integrante de la Plataforma Impacto de Género Ya, en su intervención. Desde el movimiento feminista “tratamos de crear diálogo, no sólo dentro del feminismo, sino también con los poderes públicos que son responsables de que los compromisos que han adoptado por la presión del movimiento feminista se cumplan”.

Indicadores y sectores

Begoña San José ha criticado que las mediciones que se están haciendo del trabajo no remunerado son absolutamente insuficientes, lo cual no ayuda a hacer un seguimiento de la situación: “las encuestas sobre usos de tiempo por parte de hombres y de mujeres se realizan cada siete años”, ha remarcado. Por otra parte, es importante tener en cuenta la definición de trabajo de cuidados de la OIT para desarrollar la meta 5.4 de los ODS, que incluye trabajo no pagado (a reducir) y empleo o trabajo pagado (a aumentar) en cuatro sectores: sanidad, servicios sociales (sobre todo los de atención a la dependencia), educación (sobre todo de cero a tres años) y empleo de hogar.

De 2015 a 2021 entre las cuatro ramas se han creado 700.000 puestos de trabajo en España, un 20% más de los 3, 7 millones que había en 2015. Podríamos pensar que, a este ritmo, en los nueve años que quedan hasta 2030 es factible crear otros tantos y alcanzar los 5 millones de empleos en cuidados recomendados por la OIT. Pero el avance tiene rémoras: el 62,6% trabaja a tiempo parcial, el 30% tienen un contrato temporal, los salarios son bajos y hay un desánimo que llega la lleva al abandono al no sentirse valorados en la pandemia.

La representante de Impacto de Género Ya ha criticado algunas omisiones fundamentales en la estrategia europea de cuidados, a saber: habla poco del cuidado de la infancia y nada de la sanidad ni del empleo de hogar, realizado en su mayoría por inmigrantes.

Revertir la tendencia a la mercantilización y apostar por lo público

Por su parte, Araceli Ortiz Arteaga, secretaria de la asociación para la defensa de la sanidad pública de Madrid (FADESPU), ha abogado por cambiar la tendencia a la hora de dar respuesta a una crisis de cuidados irreversible: en lugar de mercantilizar los cuidados, necesitamos apostar por una solución pública.

Para Luis Barriga, director general del Imserso, se trata de “visibilizar los cuidados invisibles”, lo cual es una “cuestión de supervivencia” y requiere de un “giro en el timón”. En su intervención ha tratado de rendir cuentas de lo que se está haciendo desde el Instituto de mayores y servicios sociales. En cuanto a la atención a la dependencia se puso en marcha un plan de choque tras los recortes llevados a cabo a partir del 2010, pero todavía se está midiendo el impacto y realizando las reformas pertinentes. Este plan de choque tiene varios objetivos: reducir las listas de espera, mejorar las condiciones de las personas (en su mayoría mujeres) que trabajan en el sistema profesional de cuidados y desarrollar los servicios que está recibiendo la ciudadanía. En cualquier caso, Barriga ha recordado que la mayor parte de los servicios sigue estando en manos privadas, lo cual dificulta garantizar el acceso al cuidado para todas las personas, una tendencia que hay que transformar.

Carolina Elías, presidenta de SEDOAC (Servicio Doméstico Activo) ha criticado que las mujeres migrantes son “bienvenidas para trabajar, pero excluidas de los derechos laborales”, y ha reclamado que las trabajadoras de hogar y cuidados puedan formar parte de las mesas de negociación de las condiciones laborales del sector, algo que hoy la ley no les permite.

Paloma Vázquez, de la Secretaría de Políticas Públicas e Institucional de CCOO del Hábitat, ha destacado las condiciones de precariedad de sectores fuertemente feminizados como la teleasistencia o las trabajadoras de residencias.

Foto: AmecoPress.