*No Quitan el Dedo del Renglón los Vendepatrias*Mucho Menos los Gringos Avorazados de Siempre*Gato Escondido en la Costosa Venta del Pacto Federal*Como Estado Apenas Cumplió 67 Años en Enero
Por Nidia Marín
No hay novedad alguna, en la tarea que se han dado en Estados Unidos muchos “gringos” y en la que malos mexicanos vendepatrias desarrollan un año sí y al otro también: tratar de que el vecino se quede con la Península de Baja California.
Hoy se especula si en ese tenor se inscriben las intenciones de algunos que colaboraron entusiastamente para, como dijo Porfirio Muñoz Ledo, llevar adelante la ampliación del mandato del gobernador de Baja California, lo cual calificó como una supuesta reforma “gravísima”, porque rompe con la federación, con el Pacto Federal.
El haber si es chicle y pega en marcha.
No les falta razón a quienes ven en ese juego sucio algo que va más allá, porque desde que se firmaron los Tratados de Guadalupe Hidalgo hasta la fecha muchos estadounidenses no quitan el dedo del renglón.
Tampoco los mexicanos que defienden nuestro territorio y en ese camino estuvo, por ejemplo, Armando Ríos Piter que al prever la amenaza que significaba la llegada al poder del agente naranja Trump (para el entonces TLC), propuso en 2017 que el Senado tuviera facultades para acabar con un tratado internacional.
Constantemente se habla de las intentonas surgidas en el otro lado o en México, pero también es verdad que atrás de todo ello está la historia la cual señala que desde principios del siglo XX, el gobierno federal mexicano había hecho intentos para llevar a cabo una política dirigida hacia la “mexicanización” de la península bajacaliforniana y de unirla más estrechamente con el resto de la república.
Aseguran historiadores como Lawrence Douglas y Taylor Hansen que, a lo largo de la década de 1920, hubo un auge económico en la región como consecuencia de la prohibición de la venta de bebidas alcohólicas en Estados Unidos y la apertura de gran número de cantinas y restaurantes en las comunidades fronterizas mexicanas.
Por cierto, en el mandato del general Lázaro Cárdenas, tácitamente, inició el fin del control hegemónico de la tierra del cual, hasta entonces, habían disfrutado los terratenientes extranjeros.
Llegó la Según da Guerra Mundial y en aquel lugar se crearon las condiciones propicias para que se transformara de territorio en Estado.
Y sería Miguel Alemán quien ofrecería en su campaña convertir al entonces territorio en un estado, lo cual sucedió casi al final de su administración (en noviembre de 1951), cuando envió al Congreso de la Unión la iniciativa de ley para la conversión del territorio en estado, que fue aprobada por las legislaturas nacional y estatales en enero del año siguiente (este 2019 cumple 67 años). En 1953 se promulgó la Constitución Política de Baja California, que hoy se tratan de pasar por el arco del triunfo los mañosos.
La Ley orgánica municipal, promulgada por el Congreso estatal el 29 de diciembre de 1953, decretó el establecimiento de los municipios de Mexicali, Tijuana, Ensenada y Tecate, cuyas cabeceras consistían en las respectivas ciudades del mismo nombre. Posteriormente se anexaría otro: Playas de Rosarito (nacido en 1995).
Y sí, es inevitable. De acuerdo a los científicos, la península de Baja California se desplaza cuatro o cinco centímetros cada año hacia el noroeste, con respecto al continente, es decir quedará algún día frente a Estados Unidos.
Si se multiplican los cuatro centímetros por un millón de años, es factible concluir que el desplazamiento dentro de ese periodo será de 40 kilómetros. De igual manera, “se puede calcular que cuando llegaron los españoles a nuestro país, Baja California estaba 24 metros más al sur”, ha dicho Thierry Calmus, de la Estación Regional del Noroeste, del Instituto de Geología.
Mientras tanto, decimos nosotros, está de este lado, como cantaba Pepe Guízar:
“…de acá de este lado puro mexicano, /
por más que gente me juzgue texano /
yo les aseguro que soy mexicano / de acá de este lado”.
Así que ya cálmense vendepatrias.