¿Cómo adaptarse a la COVID-19 a largo plazo?

Por Rosario Vega.

¿Cómo debe el mundo adaptarse a la COVID-19 a largo plazo? A medida que pase la fase aguda de la pandemia, la COVID-19 permanecerá con nosotros como una enfermedad endémica, pero con una amenaza manejable. ¿Qué significa esto y qué debemos hacer para prevenir?
Incluso con programas de vacunación exitosos, no podemos esperar erradicar completamente la COVID-19 del mundo. Esto significa que seguirá circulando durante muchos años más. El SARS-CoV-2 ahora está establecido, hasta cierto punto, en casi todo el mundo.

Para la mayoría de los países, cambiará de ser una enfermedad epidémica (donde los casos aumentan repentinamente) a una endémica (donde los casos continúan apareciendo a largo plazo, con picos y valles ocasionales).

Muchas enfermedades son endémicas, desde las relativamente menores, como el resfriado común, hasta las principales causas de muerte, como la malaria. Una enfermedad puede volverse endémica en una región pequeña, como la fiebre de Lassa en partes de África occidental, o en todo el mundo, como la varicela.

Una enfermedad infecciosa se vuelve endémica cuando no se propaga tan rápido como para salirse de control, pero al mismo tiempo no se elimina por completo. Esto podría deberse a que sólo desarrollamos una inmunidad limitada o porque la enfermedad se propaga de formas que no podemos prevenir por completo, como a través de picaduras de insectos; cuando respiramos o hablamos, o porque la enfermedad se establece en poblaciones de animales salvajes donde no se puede erradicar. De hecho, la única enfermedad infecciosa humana que hemos logrado erradicar por completo es la viruela. Este fue un proceso largo y complicado, que requirió de un esfuerzo global, ayudado por el hecho de que la viruela sólo infecta a los humanos y no a los animales; tiene un período corto de incubación y teníamos una vacuna altamente efectiva.

Para la mayoría de las otras enfermedades, la erradicación total no es factible, aunque logramos reducir su propagación mediante medidas como la vacunación.

¿Cuáles son las perspectivas de la COVID-19 pospandémico? Esto es lo que está comenzando a suceder con la COVID-19 en países como el Reino Unido, donde la población se vuelve cada vez más inmune, aunque no del todo, a través de una combinación de vacunas e inmunidad natural desarrollada después de la infección.

En algunos países hay niveles más bajos de inmunidad porque menos personas se han contagiado y las tasas de vacunación son bajas. A medida que aumente la inmunidad se dificultará la propagación del virus SARS-CoV-2. Si llegamos a un punto en el que los países regularmente tienen solo una pequeña cantidad de casos, podría parecer una misión cumplida, pero todavía habrá trabajo por hacer para mantenernos protegidos.

La inmunidad de vacunas o infecciones anteriores puede desaparecer con el tiempo, y el virus seguirá evolucionando y produciendo nuevas variantes, algunas de las cuales podrían propagarse más rápido; enfermar más a las personas e incluso reducir la efectividad de las vacunas actuales.

Un ejemplo de brotes importantes que comenzaron de nuevo después de haberse controlado, es el sarampión, en 2018. La vacunación había disminuido en varios países, lo que redujo la inmunidad colectiva por debajo del umbral que mantenía la enfermedad bajo control, y los casos aumentaron a un estimado 10 millones en todo el mundo.

Entonces, ¿Qué podemos hacer para enfrentar la COVID-19 en el futuro? La pandemia aún no está bajo control y todavía hay muchas cosas que no sabemos sobre el virus, incluido cuánto tiempo podría durar la inmunidad actual de una persona; si se necesitarán vacunas de refuerzo y, de ser así, con qué frecuencia.

Pero ya sabemos lo que tiene que implicar el plan mundial contra la COVID-19 a largo plazo:

– Seguimiento del virus. El conocimiento es poder y un programa global de vigilancia genómica, junto con otros datos epidemiológicos y clínicos, nos dirá cuándo y dónde se propaga el virus y cómo evoluciona. Que no vuelva a tomarnos por sorpresa.

– Invertir en vacunas y tratamientos. Si aparecen nuevas variantes que se comportan de manera más peligrosa, debemos estar preparados para encontrar formas de prevenir su propagación, tratar a las personas que se infectan y reducir el impacto general en los sistemas de salud y la sociedad.

– Garantizar que todos en el mundo puedan acceder a vacunas, tratamientos y pruebas.

– Compartir y coordinar recursos.

@chayito09
* Traducción del artículo original: https://bit.ly/2WFNuN0

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